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El Mirandés, un huésped ingrato

Rodri, en una acción del duelo con el Mirandés de la primera vuelta | LOF

Rafael Ávalos

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Cierto es que el último resultado no es negativo. Además de puntuar, le permitió poner punto final a una aciaga dinámica como visitante: después de siete derrotas, consiguió sumar fuera. Pero el punto logrado ante el Mallorca no supuso una alegría mayor para el Córdoba debido a que el Almería respondió con una victoria. Es decir, el conjunto blanquiverde volverá a afrontar un encuentro en El Arcángel con la obligación más que con el objetivo de conseguir el triunfo para evitar una posible caída a las posiciones de descenso o al menos un apuro creciente en la siguiente jornada. No cabe otra opción que ganar para los de Luis Miguel Carrión, que además desean acabar con su negra trayectoria compartida con el Mirandés. El cuadro burgalés visita el coliseo ribereño el domingo (18:00) en una situación límite, ya que es colista y está a nueve puntos de la permanencia. De esta forma, los rojillos llegan con la única idea de dar el zarpazo y obtener un oxígeno que empieza a agotársele en la tabla. Desde luego, saben lo que es salir airoso de este tipo de enfrentamientos, pues siempre cerró su comparecencia a orillas del Guadalquivir con algún botín.

Las estadísticas están para ser rotas. Es una de esas afirmaciones que se convierten en tópicos en el mundo del fútbol, pero que en esta ocasión ha de ser realidad para escapar de futuros agobios. En la lucha por la salvación, cada partido es una final para el Córdoba, y el del domingo no lo será menos. Los blanquiverdes no tienen otra cosa en su cabeza que no sea lograr los tres puntos ante un Mirandés cada vez más herido. Pero visto lo visto, primero habrán de superar sus propios fantasmas, los que pueden surgir de las miradas al pasado. Lo que sucediera en anteriores temporadas está claro que no afecta a un nuevo choque, pero sí que aparece como una especie de mal augurio. En ese sentido, el viento sopla a favor de la escuadra burgalesa, que en sus tres anteriores comparecencias en El Arcángel fue capaz de alcanzar dos victorias y un empate. Un registro éste que, por otro lado, bien puede ser un acicate más para los califales: siempre hay una primera vez, y qué mejor que ante los rojillos llegue en sólo unos días.

El Mirandés es un huésped ingrato en El Arcángel desde su primera visita al coliseo ribereño. En la temporada 2012-13, el conjunto castellano leonés estrenó su historial como visitante en Córdoba con una victoria por 1-2 que en poco dolió a los locales. El conjunto blanquiverde llevaba ya varias semanas en tierra de nadie y con la ilusión completamente lánguida tras una triste dinámica con Juan Eduardo Esnáider. Aquel partido fue la triste despedida a la campaña en el estadio cordobés. Precisamente ese resultado se repitió el pasado ejercicio, cuando el cuadro califal se vio sorprendido por el equipo entonces dirigido por Carlos Terrazas en un magnífico momento en la tabla: los de Oltra pugnaban con el Alavés por el liderato. Dos cursos antes, y uno después de su primera aparición a orillas del Guadalquivir, el Mirandés no ganó pero también supo sumar. Entonces, en la 2013-14, en una etapa en la que Ferrer trataba de llevar al Córdoba al play off -que finalmente logró y en el que subió a Primera-, igualó a uno y dejó una vez más con semblante serio a los locales. El domingo esa dinámica tendrá que cambiar para evitar disgustos.

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