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¿Otro Córdoba es posible? Ellos creen que sí

Plataforma CCF Somos Nosotros en el Círculo de la Amistad | ÁLEX GALLEGOS

Paco Merino

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Llueve en Córdoba un lunes al filo del mediodía. El equipo perdió su último partido en un lugar en el que duele: un Sánchez Pizjuán vacío y ante el filial del Sevilla. Con un autogol. Faltan once jornadas y el descenso se queda a un punto. Un grupo de cordobesistas comparte el miedo por la situación en el majestuoso escenario del Círculo de la Amistad, el mismo sitio en el que hace unos días se rindió homenaje a Campanero y se aplaudió con emoción una imagen proyectada en la que un señor bastante mayor, con acento argentino, mandaba un mensaje desde Buenos Aires agradeciendo sus años en Córdoba. Daniel Onega se llama este hombre. Igual las jóvenes generaciones blanquiverdes, que idolatran a Javi Moreno o a Florin Andone, desconocen qué hizo ese centrocampista alopécico y anchote con la blanquiverde en los años 70.

No es el caso de los promotores de la Plataforma CCF Somos Nosotros, cuyo núcleo duro está formado por abonados veteranos y guardianes de la esencia del cordobesismo. Quieren “velar por los principios deportivos y objetivos recogidos en los estatutos del Córdoba CF desde su fundación en el año 1954”, apuntan como primer objetivo dentro del manifiesto fundacional que presentaron en sociedad. ¿Una revolución nostálgica? Seguro que sí. ¿Un movimiento social emergente? Pues puede que también. En las primeras horas desde que lanzaron a través de las redes soclales el formulario de adhesión, unos 200 aficionados se sumaron a esta causa teñida de pasión, crítica y una dosis indisimulable de temor. “Todos sabemos lo que puede significar caer en la Segunda B y hay que evitarlo”, dijeron con solemnidad.

José Luis Llergo, presidente de la peña Cordobamanía, y Pablo Trujillo, en representación de Minoritarios CCF, tomaron la palabra para explicar una situación en la que sobran las explicaciones. Al menos, para un colectivo que muestra desde su nacimiento la puertas abiertas “para cualquier ciudadano, sea o no abonado del Córdoba”, con el fin de conseguir que el propietario del paquete mayoritario de acciones, Carlos González, reconsidere algunos -bastantes- aspectos de su gestión. “No podemos forzarle a que se vaya o a que venda, pero sí tenemos el derecho y el deber de decir lo que no nos parece bien”, afirmaron los impulsores de CCF Somos Nosotros, una marca en la que se engloban la Agrupación de Peñas Cordobesistas, Incondicionales CCF, Minoritarios CCF y las peñas Cordobamanía, Frente Penitente, Parque Cruz Conde, La Cava, Espejeña José Antonio Leiva, Sentimiento Blanquiverde, Cruz Carrascosa de El Carpio, Egabrense Manolo Lama, El Portal, Julio Oteros de Nueva Carteya, La Breva de Santaella, La Castana de Hinojosa, Los Corchúos de Villaviciosa, Mojina de Alcaracejos, Pasión Infinita de Pedro Abad, Parque Azahara, Posadas, Sultanes del Arcángel, Villafranca de las Agujas, La Bodeguita de La Carlota, Los Tiznaos de Torrecampo, Miguel Reina de Montemayor, 15 de mayo, Los Porrones Blanquiverdes de La Rambla, Amigos de la Cochera, Sangre Blanquiverde de Cataluña y Belmez. “Muchas de ellas forman parte de la Federación de Peñas”, ha aclarado José Luis Llergo, quien no ha escondido el clima de división que existe en el seno del peñismo cordobesista, una circunstancia “propiciada por el club”, ya que responde a una estrategia que “lleva haciendo este hombre (Carlos González) desde que se hizo cargo”.

La razón de ser de la creación de CCF Somos Nosotros está, según declara esta plataforma en su manifesto fundacional, en “la discutible gestión económica, la falta de transparencia respecto a la misma y la distorsionada interpretación del verdadero significado de la masa social llevadas a cabo por el accionista mayoritario de la entidad”. Los impulsores de este movimiento crítico aluden a la “tensa crispación creada por los gestores del principal club deportivo de la ciudad” y al “enfrentamiento con diversas instituciones sociales, académicas y económicas”, además de a la “animadversión con el conjunto de la prensa deportiva local y en determinadas ocasiones faltas de respeto al conjunto de la sociedad cordobesa, mediante provocaciones varias y continuos actos que atentan contra los principales valores democráticos”.

CCF Somos Nosotros hace un llamamiento “a la sociedad cordobesa” para que se una a una plataforma cuyo fin último es “recuperar el Córdoba CF y devolverlo a sus legítimos dueños morales, sus aficionados y sufridos seguidores”. ¿Y eso significa que Carlos González se marche o venda? “No podemos exigir a este señor nada de eso, pero sí tenemos que decirle que existe otra forma de gestionar. Pretendemos que cambie de alguna forma. A lo mejor se harta de nosotros. Él ha venido a ganar dineros y está su derecho, pero nosotros estaremos ahí para velar por el Córdoba”, aseguró Trujillo, quien recalcó, como Llergo, que “siempre” van a estar “pase lo que pase” al lado “de la plantilla de jugadores y del cuerpo técnico” porque “son ellos los que salen al campo a defender unos colores que son los nuestros”.

El gran obstáculo con el que choca esta iniciativa es, según admiten sus impulsores, “la tradicional desidia y la indolencia de los cordobeses”, si bien Trujlllo muestra su esperanza: “Si no nos movemos por el fútbol, no nos movemos por nada”. La plataforma tiene como una de sus actuaciones prioritarias contribuir a desbloquear el tono de amenaza permanente que se mantiene desde el club, y que “ha llevado a muchos abonados a sentir miedo por expresar su opinión”. “Nosotros también lo hemos tenido, de hecho, porque ni siquiera en nuestro logotipo hemos utilizado el escudo de nuestro Córdoba por temor a ver que cualquier día llegamos a El Arcángel y nos encontramos nuestro carné inhabilitado”, apuntaron.

Quieren conseguir que “el accionista mayoritario aleje al club de confrontaciones, deje de litigar en juicios por su mala gestión en diversas demandas por impagos, abandone la senda de la confrontación continuada contra la afición y los diversos estamentos cordobeses, no realice vetos a determinadas personas al equipamiento municipal que es el Estadio El Arcángel, a diversos medios de comunicación que ejercen la libertad de prensa, a colectivos peñísticos que no siguen su misma línea de pensamiento, a focos de animación que solo encuentran trabas en su intención de apoyar al equipo y al resto de propietarios minoritarios del club impidiendo su entrada a las juntas generales ordinarias y extraordinarias de accionistas”. Un reto de altura. Mientras tanto, el equipo entrena para afrontar una jornada más con la amenaza del descenso. Afuera sigue lloviendo.

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