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La burbuja del turismo le estalla en la cara a la patronal hostelera

Francisco de la Torre, a la izquierda, recibe la felicitación del presidente saliente, Antonio Palacios | MADERO CUBERO

Manuel J. Albert

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Los datos del turismo no pueden ser mejores. Años de crecimiento en el número de visitantes. Mejoras en los datos de pernoctaciones en los hoteles. Ríos de guiris recorriendo el entorno de la Mezquita prácticamente todos los meses del año, incluso en las demenciales semanas de verano cordobesas. Nada parece frenar este flujo de viajeros que se ha convertido en el principal combustible de la que parece ser última de las industrias con perspectiva de futuro de la ciudad: el turismo.

Pero la que debería haber sido una plácida burbuja de jabón en crecimiento económico ha terminado estallándole en la cara a la patronal. Y no ha sido por su actividad diaria, sino por lo que parece más un choque de intereses personales y de egos que todavía nadie se ha atrevido a verbalizar públicamente.

En principio, todo gira en torno a la distribución, control y limitación de las terrazas de los bares: los famosos veladores. El intento del gobierno municipal de crear un sistema regulador partiendo de una mesa de diálogo pronto chocó con los recelos -primero- y los desacuerdos -después- de los hosteleros. La patronal, Hostecor, se encontraba paralelamente inmersa en una reestructuración nada fácil después de un cambio de directiva que había estado precedida por una profunda crisis interna y hasta un cisma: el nacimiento de la asociación Córdoba Apetece, liderada por Alberto Rosales.

Este nuevo organismo acabaría en el plazo de un par de años uniéndose de nuevo a Hostecor. Pero antes, propició que la presidencia la ganase un candidato apoyado por ellos: Francisco de la Torre. Juntos, Hostecor y Apetece impulsaron hace un mes el nacimiento de una nueva entidad: Hostetur, presidida por De la Torre y pensada para aglutinar a todos los sectores, incluyendo aquellos negocios vinculados con la hostelería y el turismo, como las agencias de viajes o la asociación de comerciantes Comercio Córdoba, presidida por Rafael Bados .

Con esa efervescencia interna y la presencia de nuevas directivas sujetas a constantes tensiones, la negociación con el Ayuntamiento a cuento de las terrazas de los bares terminó naufragando el 15 de octubre de 2015. Ese día, los hosteleros se levantaron unilateralmente de la mesa de los veladores. Y en buena medida lo hicieron siguiendo la tesis de Rosales, señalan las fuentes. Desde entonces, los desencuentros y los cruces de notas de prensa con declaraciones más o menos gruesas han marcado la tónica de un debate prácticamente inexistente. Pero no todos eran conscientes de que ese desgaste terminaría afectando al seno mismo de la patronal.

La tensión se rompió del todo cuando el jueves 9 de marzo el presidente de Hostetur anunció a su junta que pensaba aceptar la invitación de dialogar en el Ayuntamiento con Pedro García, delegado de Turismo y Urbanismo, además de primer teniente de alcalde. Testigos de la reunión aseguran que “volaron los cuchillos” entre el presidente y el vicepresidente de Hostetur, Alberto Rosales. El vicepresidente y responsable de Apetece defendía que no se mantuviese ningún contacto con el Ayuntamiento de Córdoba sobre el tema de los veladores “hasta que no se recuperen las condiciones de cohesión, lealtad y disposición de acuerdo que caracterizó a la mesa creada en su día”.

Pero Rosales daba un paso más en su tesis de bloqueo al afirmar que la organización hostelera no debía avanzar sin que se tuviese en cuenta a Comercio Córdoba. Este detalle es clave porque Rafael Bados, presidente de los comerciantes, mantiene un contencioso paralelo con García a cuenta del presunto plagio de un certamen que fusiona moda flamenca y equitación. En cualquier caso, la junta de Hostetur votó en contra de la reunión.

A pesar de las advertencias, el miércoles Francisco de la Torre se sentó con García en un encuentro del que los dos salieron muy satisfechos y con intención de repetir para llegar a acuerdos concretos. Pero Rosales, en nombre de la junta directiva de Hostetur, no tardó ni dos horas en emitir una demoledora desautorización. El presidente de la patronal, por su parte, se defendió interpretando que la junta directiva había quedado invalidada porque dos de sus integrantes -pertenecientes a Córdoba Apetece- no eran miembros de pleno derecho de Hostetur. De la Torre interpretó que ese defecto de forma invalidaba la decisión adoptada y le daba vía libre para aceptar la invitación de Pedro García de sentarse a dialogar.

El cruce de reproches ha seguido. Públicamente, ni Rosales ni De la Torre quieren dar por rota a la nueva patronal pero la hoguera no se extingue. Fides -otro invento del sector para tratar de explotar el turismo, con una fuerte influencia de Bados y Rosales- cargó de nuevo contra García, tachando su gestión de “sectaria y torticera”. Todo ello, en un ataque que iba tanto al primer teniente de alcalde como al presidente de Hostetur.

Y mientras los organismos de gestión y representación de la patronal turística arden, las cifras del visitantes se multiplican. Incluso en la temporada más baja posible. Así, enero de 2017 ha tenido unos registros mucho mejores que los de 2016 y ha dejado de ser un mes flojo para el sector hotelero de Córdoba, que cerró con un 46,15% de ocupación.

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