Sin paraguas para la cabalgata

Consta que tras la “hecatombe meteorológica” que el pasado año aguase la salida de la cabalgata de Reyes, y tras las muy numerosas sensibilidades que demostró tocar la lógica cancelación, la atención sobre lo que pueda venir desde el cielo en la tarde del 5 de enero adquiere en el presente año tintes de Asunto de Estado. Quieren no obstante los arúspices vaticinar cielos rasos sobre la capital para tranquilidad de madres, padres, y cuñados en general.

Comienza el año como suele ser costumbre con el dominio de la dorsal anticiclónica sobre Europa Occidental, un fuerte bloqueo a cualquier entrada de frentes borrascosos propicio para que se de la inversión térmica que deja las acostumbradas mañanas heladoras que tan bien decoran las cabeceras informativas. En los cuatro días que lleva el año ésta ha sido la tónica general, salvo por el descuelgue de una baja que en la jornada de ayer dejase precipitaciones al norte de la provincia y que aún podría dejar algo de inestabilidad en forma de nieblas y brumas matinales durante la presente jornada.

El día C

Para mañana, 5 de enero y día de la Cabalgata de Reyes, dicha baja seguirá su camino hacia el Atlántico Norte, empujando desde el norte africano un nuevo envite sureño que reforzará la dorsal anticiclónica sobre la península ibérica. El resultado el ya anunciado, mañanas de las de salir con abrigo, guantes y bufanda, y que podría rozar la helada en amplias zonas de la provincia. Tarde rasa donde los únicos paraguas serán los que abran los agonías que salgan a la caza del caramelo.

Anunciada tranquilidad para la tensión arterial de los organizadores de las carrozas, que aún se mantendrá, al menos, durante el primer tercio de enero. Un mes donde la estadística manda otear los fríos que andan cociéndose al norte y al interior del continente. Que los Reyes, ya que vienen sin lluvia, nos traigan nieves.

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