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Blanca luz de la Virgen de la Merced

Rafael Ávalos

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La imagen visita la iglesia con su nombre en un rosario de la aurora especial | La hermandad del 'Zumbacón' conmemora así el 40 aniversario de la bendición de la talla y celebra el año dedicado a su advocación

La luz lo invade todo. Conquista cada rincón de la ciudad. El sol, a tempranas horas de la mañana, luce allá en lo alto, en un cielo claro y limpio. Pero la luminosidad ha de ser mayor este domingo, en el que resplandece la Reina del Zumbacón. En San Antonio de Padua aguardan un trayecto único, quién sabe si irrepetible, y unos instantes sin duda inolvidables. Blanco puro en sus prendas y mucho más en su rostro, en su dulce mirada. Dispuesta en una sencilla parihuela, Nuestra Señora de la Merced recoge el calor, en momentos de temperatura suave, de sus fieles y de quienes la acompañan a lo largo de un recorrido especial. Camina hacia el templo erigido, y por fortuna tiempo atrás recuperado para Córdoba, en su nombre. La Virgen, con paso firme, sale al encuentro de Ella, pues en la sede de la Diputación espera otra hermosa talla bajo su advocación.

A las siete y media de la mañana comenzó en la parroquia de San Antonio de Padua el tradicional rosario de la aurora que la hermandad de la Merced realiza con su titular mariana. Un acto público de fe que esta vez no tuvo lugar en septiembre, el mes de Santa María de la Merced y que la corporación del Lunes Santo realizó este primer domingo de octubre por una razón de gran valor. La cofradía del Zumbacón celebró a lo largo de las últimas semanas el 40 aniversario de la bendición de la imagen que saliera de las gubias de Francisco Buiza y en esta emocionante jornada culminó los actos en su honor. También con significado más allá de la hermandad, pero al tiempo completamente ligado a ella. Conmemoró el año dedicado a María bajo la advocación mercedaria en lo que es el inicio del triduo antes del Jubileo de dicha orden, que tendrá lugar a partir del 10 de agosto de 2018, con motivo de su octavo centenario.

Por dicho motivo, la corporación del Lunes Santo decidió completar de inmejorable manera el mes festivo en torno a su titular. El rosario de la aurora, que concluyó cerca de las dos del mediodía de este domingo, permitió vivir un momento memorable. Éste fue la visita de Nuestra Madre y Señora Santa María de la Merced a la iglesia con su advocación, erguida imponente muy próxima al corazón de Córdoba. Al templo que forma parte del magnífico conjunto arquitectónico que hoy es sede de la Diputación Provincial acudió la Virgen, acompañada de un sencillo cortejo, con las voces de un coro de hermanos y con el rezo de los misterios del Santo Rosario. Llegó sobre las diez y cuarto para quince minutos después presidir una misa oficiada por el sacerdote José Antonio Rojas, director del Secretariado Diocesano de Pastoral Penitenciaria, párroco de San Ignacio de Loyola, capellán de la cárcel de Alcolea y miembro del Consejo Presbiterio.

Fueron esos instantes emocionantes, como los que dejara la imagen de Francisco Buiza ante la barroca fachada del Palacio de la Merced. La Virgen vistió esta vez, al igual que a lo largo de los cultos que tuvieron lugar en septiembre, una tabla bordada (escapulario) realizada sobre tisú de plata y en base a una antigua casulla francesa del siglo XIX, obra de Antonio Villar y obsequio de la juventud de la corporación. Del mismo modo portó un escapulario de mano bordado, regalo de un grupo de devotos de Nuestra Madre y Señora Santa María de la Merced, que este domingo iluminó Córdoba.

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