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De Bielorrusia al refugio de Córdoba

Llegada de los 15 niños bielorrusos a Córdoba | ÁLVARO CARMONA

Alejandra Luque

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Quince niños viajan a la ciudad para disfrutar un mes en familias de acogida y paliar los efectos provocados por el desastre de Chernobil

Quince niños menores de edad, todos procedentes de orfanatos o de familias desfavorecidas. Todos diferentes pero a los que les une un hecho que no vivieron, pero que sí está marcando sus vidas: el desastre nuclear de Chernobil de 1986. Es el segundo grupo que llega a Córdoba –el primero ya lo hizo a finales de junio- y la asociación Anida ha querido darles la bienvenida en el Real Jardín Botánico de Córdoba

Estos 15 menores estarán en la ciudad durante un mes, tiempo en el que sus familias de acogida intentarán paliar todas las carencias que sufren en sus lugares de origen. Para algunos, no es la primera vez que viajan a Córdoba. Son “repetidores” de otros años y hasta que sean mayores de edad la organización les garantiza su viaje a Córdoba.

La selección de los menores que forman parte de los grupos la realiza un grupo técnico de la organización que viaja a Bielorrusia todos los años. Allí, estos expertos conocen a las familias de los menores y son conscientes de la realidad que viven. Este trabajo lo realiza Anida en colaboración con las asociaciones y organismos oficiales bielorrusos, implicados también en la causa.

Además de vivir en un ambiente radicalmente distinto, uno de los pilares en los que se sustenta esta iniciativa es que los menores reduzcan el nivel de radionúclidos en el organismo, disminuyan el estrés psicológico y contrarresten cualquier carencia nutricional. A este respecto, el presidente de Anida, Mariano Pérez de la Concha, ha destacado que “la dieta mediterránea que se les impone aquí desde Sanidad” hace que los menores vuelvan a sus casas “con cuatro o cinco kilos más”. Ha asegurado que a esta mejora contribuyen “tanto el clima como la temporada de baños”.

En el acto, Pérez de la Concha ha agradecido tanto al Ayuntamiento de Córdoba como a la Diputación “la aportación económica que destinan a este programa”. El presidente de Anida ha estado acompañado del presidente de la Federación Española de la Acción Social con la Infancia Bielorrusa (Fedasib), Jose Antonio Domínguez, quien ha recordado algunos actos llevados a cabo en el 30 aniversario de la catástrofe nuclear. Además, ha destacado el trabajo realizado en el terreno por “todas las organizaciones internacionales” y ha resaltado el “choque que supone acudir a hospitales y ver la cantidad de camas destinadas a la oncología infantil”.

A este respecto, Domínguez ha insistido en la necesidad de “continuar con este programa de acogidas para ir disminuyendo cuanto más mejor el porcentaje de niños que sufre cáncer”. El acto también ha contado con la presencia del segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento, David Luque, quien ha asegurado que “la gratitud que se siente por parte de las instituciones sólo se puede materializar en actos como éste”. Hay que recordar que Córdoba ha sido la ciudad pionera en sumarse a este programa de acogida. A juicio de Luque, “este hecho muestra que Córdoba es una ciudad de refugio y de acogida”.

Por último, la delegada de Consumo y Participación Ciudadana de la Diputación, Aurora Barbero, ha resaltado los lazos de unión que se “generan entre las familias y los niños”. A finales de agosto, todos los niños bielorrusos volverán a sus casas. Pero Anida ya piensa en el año que viene. Y es que en el acto de bienvenida el presidente de la organización le entregó a Luque el programa de acogida para el 2017.

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