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El partidazo perdido

Los oviedistas celebran el gol del triunfo | LFP

Paco Merino

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El Córdoba sale de vacío del Carlos Tartiere tras coleccionar oportunidades ante un Oviedo que jugó con uno menos desde el arranque de la segunda parte

Tuvo fútbol. Tuvo fe. Le sobró corazón. Le faltó el gol. Y, claro, terminó perdiendo un partido clave en sus aspiraciones para el ascenso. Lo hizo ante el Oviedo, un adversario muy directo que resistió como pudo el acoso blanquiverde cuando se quedó con uno menos en el inicio de la segunda parte.  El Córdoba fue mejor contra diez y también contra once. Acumuló ocasiones de manera continua, en un goteo dramático por la falta de concreción. A balón parado, en remates desde fuera, desde dentro, con la cabeza y con los pies. Hizo todo lo que pudo y terminó perdiendo el partido. Se tome esa realidad como piropo o como lamento, lo cierto es que los blanquiverdes vieron pasar de largo una ocasión inmejorable para alimentar sus opciones de regresar a Primera. Seguirán una jornada más fuera del paquete de play off, con las matemáticas y el fútbol lanzando mensajes contradictorios.

Oltra metió a Eddy por Luso. El aragonés, sancionado, no estaba disponible. Y el roquetero de sangre azerbayana y angoleña es el que más se le puede parecer. Así que adentro. No parece probable que el técnico valenciano pegue muchos volantazos de aquí hasta el final de un curso turbulento, en el que puede ocurrir cualquier cosa. En los imprevisibles códigos de la enloquecida Segunda División se fundamentan las esperanzas del Córdoba y de casi todos los aspirantes al ascenso, que siguen siendo muchos y de lo más variado.

Arrancó el Córdoba con los planes muy mascados. Sin contemplaciones atrás, buscando el robo y la salida rápida. El Oviedo no fue, desde luego, un vendaval. Los azulones se dejaron hacer y dejaron bastante el balón a los de Oltra, que supieron leer la situación y amoldarse. Le dieron buen uso a la posesión. A los cinco minutos armaron una buena acción combinada que terminó con un preciso centro de Pedro Ríos al que no llegó Florin, al que se le anticipó Verdés. El rumano estuvo bullidor, como de costumbre. Provocó faltas -algunas se las pitaron, la mayoría no-, se encaró con quien hiciera falta y remató todo lo que le llegó en medianas condiciones. Todo iba bien... hasta que dejó de ir. A los doce minutos, al Córdoba se le vino el mundo encima después de una acción de pifias encadenadas. Todo comenzó con un absurdo despeje que terminó en un innecesario saque de esquina. Tras él, hubo un remate de cabeza franco que desvió Razak. Josete, en la boca de gol, remató para que el ghanés despejara de nuevo. La pelota la volvió a golpear el carbayón y esta vez fue dentro. Toda la escena la observaron los blanquiverdes, la mayoría con el brazo levantado reclamando fuera de juego pero sin acudir en auxilio de su portero mientras era fusilado.

No se deprimió el Córdoba. Al contrario, se vino arriba aunque un par de minutos después del mazazo estuvo cerca de recibir otro. Borja Valle agarró la pelota y se fue como un rayo hacia la meta de Razak, pero Deivid se interpuso en su camino y le esperó para meterle el pie con habilidad y sacarle la bola de las botas con limpieza. El empate lo tuvieron cerca los de Oltra con Pedro Ríos y Florin. El jerezano lanzó una furiosa andanada nada más entrar en el área, tras irse de dos rivales, y Miño rechazó. En la acción del rumano no tuvo que intervenir el meta porque el internacional no pudo conectar bien el disparo. Estaba absolutamente solo para enviar a la red. Se echó las manos a la cabeza, como el resto de sus compañeros. Luego llegó otra de Xisco, que se marchó alto. El Córdoba se fue al vestuario con la irritante sensación de haber merecido algo más que ir perdiendo un partido en el que dominaba.

La sensación de gobierno blanquiverde se acentuó tras el descanso. Miño sacó con los pies y en la misma línea de gol un cabezazo de Xisco a centro de Fidel. Al balear, por cierto, le empujó por detrás Peña. Una acción clave se produjo a los seis minutos, cuando Héctor Verdés vio el camino de los vestuarios tras una entrada con doble impacto -patada y puñetazo- sobre Florin Andone, al que venía propinando un castigo permanente desde que arrancó el pleito. Cordero Vega echó al defensa ovetense y el Córdoba, con uno más, empezó a asediar al contrario de un modo brutal. Generelo quitó del campo a un delantero, Toché -que no la vio en toda la mañana- para apuntalar la defensa con Bautista. Desde entonces y hasta el final, el partido se convirtió en un monólogo del Córdoba. Los carbayones se pertrecharon en su área y se dedicaron a hacer lo clásico: embarrar el partido, perder tiempo y sacar, cuando podían, alguna contra. Tuvieron una que pudo ser definitiva. Tras un saque de córner, Koné se escapó en una carrera que le llevó hasta la zona de tres cuartos, donde ya extenuado le entregó el balón a Borja Valle para que éste lo desperdiciara ante Razak. Fue la única opción del Oviedo.

El Córdoba entró por las bandas con Fidel y Pedro Ríos, por el centro con Xisco y Caballero, y por todas partes con Florin Andone. Oltra metió más tralla dando entrada a Markovic y Nando por Stankevicius y Deivid. En la retaguardia apenas quedó nadie. No hacía falta. En pocos partidos se pudo apreciar más tiempo de posesión y más creación de ocasiones por parte del Córdoba, que acumuló llegadas y remates. Xisco tuvo un par de cabezazos que salieron fuera, Florin estrelló un balón en el palo, Caballero lanzó rozando la cruceta... Se reclamó un penalti por una entrada de arte marcial de Peña sobre Florin ya en el tiempo añadido. Nada. El Oviedo se quedó con los tres puntos en un partido épico. Y el Córdoba se marchó con la cara cortada. Fue su primera derrota lejos de casa desde el mes de enero. Llevaba seis salidas consecutivas puntuando y en el Tartiere pudo hacerlo perfectamente. Puede decirse que lo mereció. Pero la Segunda División no es un concurso de méritos y al Córdoba le tocó sufrir el lado más cruel en el momento más inoportuno.

FICHA TÉCNICA

REAL OVIEDO, 1: Miño, Fernández, Verdés, Josete, Peña, Jon Erice, Míchel (Edu Bedia, 64), Susaeta, Borja Valle (Hervías, 74'), Koné y Toché (Bautista, 52').

CÓRDOBA, 0: Razak, Stankevicius (Nando, 78'), Rodas, Deivid (Raúl de Tomás, 84'), Cisma, Eddy Silvestre (Markovic, 67'), Caballero, Pedro Ríos, Fidel, Florin y Xisco.

ÁRBITRO: Cordero Vega (Comité Cántabro). Amonestó con tarjeta amarilla al local Miño y a los visitantes Caballero, Eddy Silvestre, Fidel y Nando. Expulsó a Héctor Verdés por doble amarilla en el minuto 51.

GOL: 1-0 (12') Josete.

INCIDENCIAS: Partido correspondiente a la trigésimo sexta jornada del campeonato de Liga Adelante, disputado en el Estadio Carlos Tartiere ante unos 17.000 espectadores. Se dejó sentir la presencia de un grupo de seguidores blanquiverdes en la grada ovetense.

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