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José María Bellido: “Si hoy hubiese elecciones, el PP gobernaría”

Jose María Bellido | MADERO CUBERO

Antonio Gutiérrez

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“En la política hay que ser un profesional, pero no es una profesión”. Desde este año, José María Bellido (Córdoba, 1977) es el nuevo portavoz del grupo municipal de PP, un cambio lógico y natural, como él asegura, que cumple de forma estricta los procesos de relevo tranquilo que suelen generarse entre los populares. Eso de que “cuando toca, toca” o de que “los tiempos son los tiempos” encuentra en Bellido uno de sus principales referentes y baluartes.

Medido, conciso y profundamente analítico, la voz cantante del Partido Popular en Capitulares comienza a abandonar su papel de contable milagro y a asumir el de posible candidato. En esta entrevista no hay números, no se habla de endeudamiento, no se discuten cifras, cierres de ejercicio, ratios de deuda o similares. De hecho, el nuevo portavoz de los populares reconoce que durante su mandato se encerraron demasiado en el despacho -él el primero-, perdieron de vista la calle y eso les costó una mayoría absoluta que, en su opinión, no augura un fin de ciclo en el equipo de los populares y que le duele “por todas aquellas personas que formaron parte de nuestro gobierno y que se han tenido que ir con el sabor amargo de trabajar mucho y lograr unos resultados que luego no han servido para continuar”.

PREGUNTA. ¿Es usted el cambio o el recambio en el Partido Popular de Córdoba?

RESPUESTA. Ni una cosa ni otra. El PP ha hecho lo que viene haciendo en los últimos tiempos en Córdoba que es dar el traspaso en la portavocía del Ayuntamiento a personas de la edad que tengo yo actualmente, 38 años. La misma que en su momento tuvieron Rafael Merino y José Antonio Nieto cuando asumieron mi mismo rol. Con la misma naturalidad con la que se hizo entonces se ha hecho ahora.

P. Sin embargo, en este cambio se ve la imagen de un futuro candidato. De hecho, los dos nombres que cita lo acabaron siendo.

R. Es normal que salga esta pregunta y, con total franqueza porque los tiempos son los que son, ahora mismo lo que ha habido es un cambio en la portavocía porque José Antonio (Nieto) sigue siendo concejal pero su actual desempeño en el Congreso y ese puesto no es compatible con ser portavoz del grupo municipal. Esto exige una dedicación de todos los días de la semana y, por tanto, se ha ido trabajando en estos meses en el sentido de que mis compañeros me han elegido portavoz. El candidato para las municipales se elegirá en 2018 o 2019 y el partido tendrá que elegir entre quien tenga más garantías de éxito y de formar gobierno, que, entiendo, deben ser los requisitos que marquen su elección. Si el partido quiere contar conmigo, por mí encantado; si cree que es otra persona, mi labor en estos años es lograr que el partido llegue en condiciones de ganar las elecciones.

P. Su posición como posible candidato o incluso alcalde en sustitución de Nieto se rumoreó con insistencia en el anterior mandato ¿Qué hubo de cierto en aquellos rumores?

R. No, nunca estuvo sobre la mesa esa posibilidad. José Antonio tenía un compromiso por cuatro años con la ciudad y siempre se mostró convencido de cumplirlo. Nunca se planteó abandonar la Alcaldía; sí es cierto que hubo una reflexión de todo el grupo municipal sobre cómo orientar en 2015 el partido y si José Antonio no hubiera sido el candidato yo tampoco lo hubiese sido e incluso no habría ido en la lista. Aunque ya le digo que la reflexión era más de equipo que de personas concretas. En esa reflexión convenimos en que había que darle una oportunidad a este proyecto.

Nunca estuvo encima de la mesa que Nieto abandonase la Alcaldía y que yo pudiera sustituirlo

P. ¿Qué ha cambiado para que hace unos meses ni se plantease ser el candidato y ahora se muestre abierto a esta posibilidad?

R. Ha cambiado todo. El panorama ha cambiado radicalmente. Un gobierno tiene muchas satisfacciones personales y profesionales y te permite influir en el desarrollo de tu ciudad, pero también tiene una parte de frustración cuando no logras lo que te propones. Como le he dicho iniciamos un proceso de reflexión en el que, si hubiésemos decidido dar un paso atrás, lo hubiésemos dado todos, pero si en aquel momento decidimos seguir adelante, lo que no sería lógico es que ahora todo el equipo que hemos sido elegidos por los ciudadanos diésemos marcha atrás. Hemos hecho cambios, pero seguimos en una misma línea de trabajo y, lo más importante, tenemos un compromiso con los ciudadanos que nos apoyaron en las urnas.

P. ¿Estamos ante un fin de ciclo del actual equipo del Partido Popular en Córdoba?

R. No, ni mucho menos. Primero José Antonio Nieto no se va y sigue siendo el presidente del partido. Simplemente va a compatibilizar su puesto de concejal. Ha habido un relevo que, le insisto, es normal, en la portavocía que asumo con mucho gusto porque así lo han decidido mis compañeros. Pero no hay que olvidar que el Partido Popular sigue siendo la fuerza más votada en Córdoba, que en las últimas elecciones generales hemos subido en 12.000 votos y con el mismo candidato en ambas. Lo que hay es un cambio de rol.

Los toros, las procesiones o el cuadro de San Rafael tapan la falta de gestión y serían cuestiones de risa si no fuese porque hieren la sensibilidad de muchos cordobeses

P. Hombre, yo pienso que una transición sí que hay. A mí personalmente me cuesta imaginar una lista en el año 2019 en la que repitan Luis Martín, Nany Arcas, Amelia Caracuel... ¿Ni siquiera se puede hablar de que esa hipotética transición está iniciada?

R. (Sonríe) Insisto en que ahora mismo lo único que hay es un relevo en la portavocía. Hablar de la composición de la lista de 2019 es absolutamente prematuro, pero sí hay una cosa que tengo clara: en este equipo todo el mundo cuenta. Tenemos once concejales y el trabajo no va a ser nada vertical, sino muy horizontal y eso contrasta con el gobierno local en donde se ve claro que no hay equipo, no hay concejales con la suficiente preparación y experiencia para gestionar un Ayuntamiento como el de Córdoba y eso se está empezando a notar todos los días. Nosotros sí podemos presentar ante los cordobeses un equipo que cuenta con la suficiente preparación, que ha desempeñado labores de gobierno y creo que ahora, con el tiempo, se valora más el trabajo que hicimos al frente de esas delegaciones, aunque sea por la comparación con lo que está sucediendo ahora.

Ahora que ha pasado el tiempo creo que muchos están valorando el trabajo que hicimos al frente de Capitulares

P. ¿Se imagina unas primarias en su partido para elegir el candidato?

R. Sí, claro. Se llame primarias o de otra manera, pero creo que hay una demanda ciudadana muy clara que exige mayor democracia interna en los partidos a la hora de confeccionar las listas. Y creo que el Partido Popular también va a responder a esa demanda.

P. Usted formó parte del equipo de campaña de Nieto en las pasadas elecciones. ¿Qué falló para perder la mayoría absoluta?

R. No es una cuestión de campaña. Se trata de hacer algo de autocrítica. Tanto los éxitos como los fracasos tienen su explicación y, en este caso, más que la campaña que son 15 días, es que nosotros, con la situación que nos encontramos en el Ayuntamiento, nos centramos mucho en querer arreglar asuntos de calado y de profundidad que nos llevaron, a mí el primero, a encerrarnos mucho en el despacho y perder de vista otros asuntos que son muy importantes. Y no nos ha pasado solo en Córdoba, sino en otros muchos municipios. El partido tiene que pensar en darle soluciones a los jóvenes, que realmente lo tienen muy complicado, y a las clases medias porque han caído sobre sus hombros muchas de las medidas de esta crisis y a las que se les han caído muchas de sus expectativas de futuro y de sus previsiones de vida. Ahí el partido, forzado por los acontemientos y quizás con algo de falta de sensibilidad, tiene que volver a recuperarlas porque han sido siempre bandera.

P. En definitiva, que perdieron el apoyo de las clases medias.

R. Sí, es obvio que hemos tenido un retroceso importante en algunos sectores de clase media y en mucho sector joven que han responsabilizado al Partido Popular por estar en el Gobierno. En este punto, tengo que poner encima de la mesa un dato curioso y es que en todas las capitales la caída de voto es de un tercio para el partido.

Claro que veo factible unas primarias en el Partido Popular, de hecho creo que la demanda ciudadana es muy clara en este sentido

P. Usted estaba en el despacho con Nieto cuando comienzan a darse a conocer los resultados electorales. A medida que van saliendo los datos, ¿se asume que su etapa al frente de Capitulares se ha acabado? ¿Por qué se proponen esos seis meses de provisionalidad de Nieto al frente del Ayuntamiento?

R. Sí, sabíamos perfectamente lo que iba a pasar porque las matemáticas así lo decían. Lo que hicimos fue un ejercicio de responsabilidad de los puntos y asuntos que sabíamos que, en ese momento, estaban en un momento crítico para que tuviesen éxito o fracaso y uno de ellos era el Plan Urban. En esos momentos estábamos en mitad del cambio de programación autorizada por el Ministerio y hubo ese ofrecimiento de resolver esas cuestiones, sabiendo como sabíamos que esto iba a acabar como ha acabado. Y fíjese que, a pesar de todas las críticas que recibimos, la ejecución del Urban ha sido la que nosotros proyectamos, alrededor de casi un 80% que nos permite no perder prácticamente fondos europeos. Por tanto, el cambio de programación que propusimos se ha demostrado acertado. En aquel momento, lo que nos preocupaba es que había que imprimir un ritmo de ejecución que siempre cuesta más para un gobierno nuevo, algo que me alegro sinceramente de que no haya sucedido, por el bien de la ciudad, pero insisto en recordar que recibimos muchas críticas por ello.

P. En lo personal, ¿qué recuerda de esa noche electoral en la que ganaron pero, una vez más, se quedaron sin gobernar tras perder la mayoría absoluta?

R. En lo personal la sensación que te deja es una profunda tristeza y desazón por saber que se han hecho las cosas bien, pero que no vas a poder continuarlas. A eso hay que unirle la amargura de saber que para gobernar el Partido Popular tiene que sacar mayoría absoluta.

Nos metimos demasiado en el despacho, yo el primero, y perdimos de vista asuntos importantes

P. ¿Cuántos votos perdieron entre los funcionarios de Capitulares?

R. Pues no lo tengo comprobado, pero creo que los funcionarios, al menos en mi área, guardan un buen recuerdo, que es mutuo. A mí han sido varios los que me han expresado que trabajaron muy a gusto con el Partido Popular y que están muy satisfechos con lo que hicieron. Gracias a su implicación se consiguieron sacar adelante muchos temas atascados en el Ayuntamiento. Aunque lo mismo que he dicho con las clases medias es aplicable a los funcionarios: a ellos les ha tocado soportar parte del peso de la salida de esta crisis, teniendo que suplir la falta de personal y parte de su salario que ahora están recuperando. Es normal que quien sufre sobre sus hombros la crisis se moleste, aunque también es cierto que creo que se darán cuenta de que, pese a todo, han podido soportar la crisis mejor que muchas personas que no están en esa situación de seguridad que ofrece la Administración a la que, por supuesto, han accedido con su trabajo y sacando unas oposiciones.

P. Echando la vista atrás, ¿se atascaron en el segundo año de su mandato?

R. Sobre todo lo que nos pasó factura es que estábamos muy limitados por la situación en la que nos encontramos el Ayuntamiento en junio de 2011. Desgraciadamente, y aunque las medidas de ajuste, por mucho que las criticaran desde la oposición, no fueron medidas de ajuste duras, cualquier testigo imparcial lo valorará así: no hubo despidos masivos, se mantuvieron los servicios públicos... Pero lo que sí es cierto es que al tener que centrarnos en esto no pudimos dedicar esfuerzos a otras cuestiones en ese segundo año. Tuvimos que agarrarnos al flotador que nos lanzaban desde el Gobierno con los fondos ICO y centrarnos en no caer. También hay que tener en cuenta otra cuestión y es que el año 2012 fue terrible para toda España. Terrible, insisto. Y eso se notó mucho.

P. Pese a esa mayoría absoluta, el balance de gestión, más allá de sanear la cuentas, desde el punto de vista de resultados tangibles es muy escaso. El Centro de Exposiciones se sacó en el último momento, pero muchos proyectos se quedaron anclados o se plantearon y no contaron con el respaldo ciudadano.

R. Yo tengo otra visión. Como ha dicho, lo importante era sanear las cuentas porque si no no había dinero ni para políticas municipales ni, por supuesto, para inversión. En estabilizarlo todo se nos fueron dos años. A partir de ahí se pusieron en marcha muchos programas que, ojo, se siguen manteniendo como el 50 obras en 50 barrios, que ha sido muy desmerecido por la izquierda, pero ha supuesto una inversión de 15 millones de euros en todos los barrios de Córdoba que estaba paralizada cuando nosotros llegamos y que parece que no tiene importancia. El Centro de Exposiciones, por mucho que se le critique, ha desbloqueado una situación que llevaba arrastrándose desde el año 1999. Y luego estaban en marcha varios proyectos de inversión, en colaboración público-privada, que por no repetir gobierno se han interrumpido por una decisión estrictamente política. Hablo de proyectos como el Metrotrén, el mercado del Pósito, el de Lepanto... Si hubiésemos continuado otros cuatro años se hubiesen visto de forma más clara los resultados de nuestra gestión.

En el segundo año de mandato sufrimos la terrible situación económica a nivel nacional. El proyecto se ha interrumpido y si hubiésemos continuado se habrían visto más frutos

P. Más allá de esas cuestiones, líos y falta de entendimiento con la ciudadanía también tuvieron. ¿Tener una mayoría absoluta como la que tuvieron se puede considerar un problema por la falta de diálogo que se genera?

R. La mayoría absoluta que tuvimos permitió que el Ayuntamiento esté como está ahora. Si no la hubiésemos tenido, lo que se tuvo que hacer para salvar al Consistorio no se hubiese podido ejecutar porque hubiesen entrado en liza otros cálculos y medidas más ligados a la política que a la gestión. Dicho esto, quien vivió muy cómoda con nuestra mayoría absoluta fue la oposición. Ellos no se implicaron en la gestión del Ayuntamiento, les bastó con oponerse a todo, aunque sepas que es bueno para la ciudad. No tienen necesidad de asumir ninguna responsabilidad porque ya la asume quien gobierna. Y aquí pasó mucho esto. Mucho me temo que, por mucho que hubiésemos tratado de alcanzar acuerdos, no había receptividad por parte de los grupos de la oposición, salvo en algunas ocasiones con el portavoz del grupo de Unión Cordobesa, Juan Miguel Alburquerque. Recalco lo del portavoz.

P. ¿Cuántas veces ha recordado el famoso Pleno del Viernes de Dolores (en el que se aprobó el plan de ajuste municipal)?

R. Bueno, ese es un Pleno que, desde luego, a mí me ha marcado en mi carrera profesional y política. Y es todo un ejemplo de lo que le acabo de decir. No había pasado un año desde el cambio de gobierno, estábamos aprobando un préstamo de treinta y tantos millones para el pago de facturas que venían arrastrándose desde hacía años, obligados por la ley, que se aprovechó por los que hasta hace cuatro días estaban gobernando y eran responsables de esa situación para, prácticamente, no dejar ni siquiera intervenir a los que estábamos allí sentados con toda la responsabilidad democrática del mundo y tomando medidas que eran necesarias. Creo que ese Pleno es un ejemplo muy claro de lo que no debe ser ni un Ayuntamiento ni una institución. Yo me tuve que dejar la voz para que se me entendiera. Reconozco que ha sido de los peores días de mi carrera política.

P. ¿Se quedó con ganas de sacar a subasta las naves de Rafael Gómez como tenía previsto?

R. Ni me he quedado con ganas ni sin ganas. En este tema también se ha hecho mucha demagogia porque se nos acusó de estar compinchados con Rafael Gómez no sé a cambio de qué. Yo siempre actué bajo un criterio de seguridad jurídica. Había que tratar a todos los deudores por igual y la problemática que tiene esa subasta no es que se haga o no, sino que es indiferente desde el punto de vista del resultado porque no se va a sacar un duro. Espero que se haga pronto, pero se trata básicamente de culminar el proceso administrativo más que de la esperanza de obtener algún tipo de ingreso.

El Pleno del Viernes de Dolores en el que se aprobó el plan de ajuste me marcó política y personalmente. Refleja todo lo que nunca puede pasar en una institución

P. Ya que estamos, ¿le pidió alguna vez Rafael Gómez, entonces líder de la oposición, reunirse para tratar de este tema en su despacho?

R. Jamás, eso sí tengo que decirlo. No hubo ni siquiera intención de plantearla. Me llegó, eso es cierto, el malestar que sentía cuando se trataba este tema. Tampoco creo que él viese mucha receptividad por mi parte. No hay nada como poner la distancia de por medio y creo que captó el mensaje desde primera hora y nunca mostró intención de acercarse.

P. Seamos sinceros. Esos 20 millones no se van a cobrar jamás ¿no?

R. El otro día lo dijo la alcaldesa, y por cierto no le cayeron las críticas que me cayeron a mí cuando lo dije. Es la realidad. Al final lo que tenemos son multitud de hipotecas en las que el Ayuntamiento está muy retrasado en la preferencia de cobro, que hay que recordar que derivan de una situación administrativa anterior al gobierno del PP. ¿Quién se va a meter en comprar un piso sabiendo que está cargado de hipotecas? Esto es lo mismo.

P. ¿Y la famosa carriola de Rosa Aguilar se quedó con ganas de venderla?

R. Lo intentamos, lo intentamos. De hecho incluso hubo interesados en comprarla, pero más allá de la subasta, lo importante de la carriola es lo que representa, es la imagen de una época que, curiosamente, ahora parece que se intenta repetir. Francamente, yo no he visto un gobierno más austero, para lo bueno y para lo malo, que el de José Antonio Nieto al frente del Ayuntamiento. No se hizo ningún gasto que no fuese necesario y eso nadie nos lo puede reprochar. Se bajaron las dietas de los concejales y del personal directivo para los viajes, se obligó a viajar en clase turista, a alojarse en hoteles que en ningún caso fueran superiores a cuatro estrellas, no hubo ningún gesto del alcalde...

Rafael Gómez jamás intentó reunirse conmigo para tratar el tema de las naves. No hay nada como marcar distancia y él captó el mensaje

P. Hombre, como gesto el viaje a Nueva York para traer a Rafael Nadal a la Copa Davis no creo que fuese necesario.

R. Bueno, pero el viaje a Nueva York no le costó un euro a los cordobeses. Ahora parece que se quiere reescribir y parece que, después de cuatro años, volvemos a esos modos de mandar el coche oficial por delante cuando voy de viaje. Nosotros cuando viajábamos nos movíamos en Metro o transporte público. Me resulta muy curioso la facilidad que tienen los partidos de izquierda para reescribir la historia al hilo del uso del coche oficial en Fitur.

P. Una cuestión previa antes de entrar en la actualidad municipal. ¿Cree que, vistos los primeros meses del nuevo gobierno local, si ahora mismo se repitiesen las elecciones el PP volvería a ganar e incluso podría gobernar?

R. Estoy convencido. Tenemos el ejemplo de los resultados de las últimas elecciones generales. Mire, yo creo que hay un problema de fondo grave y que parte del pacto de investidura en el que el Partido Socialista lidera un gobierno de izquierdas con los partidos que se sitúan a la izquierda radical del PSOE y que están haciendo política para esas personas que no son la mayoría de la sociedad. Esto es lo que está detrás de muchos de los choques que se están produciendo en estos meses. Muchos cordobeses se están dando cuenta de la situación que había. Que no hay milagros y nadie tiene la varita mágica para arreglar los problemas que hay en las ciudades, que la labor que se venía haciendo estaba bien y, sobre todo, que la que se está haciendo ahora es peor.

P. Una de las primera medidas de este nuevo gobierno ha sido retirar de la venta el edificio de Gran Capitán, el ayuntamiento viejo. ¿Recibieron alguna oferta en firme para su venta?

R. En este punto hay que poner las cosas en su contexto. Teníamos un edificio municipal en el estadio El Arcángel en el que se habían gastado dos millones y medio de euros, con fondos del Estado, y estaba prácticamente vacío. Y teníamos otro en Gran Capitán que no cumple ninguno de los requisitos de seguridad e higiene laboral para los empleados porque es muy antiguo. La decisión lógica era el traslado y aprovecharlo para lograr recursos y conseguir ingresos para poner en carga el otro, que necesitaba una importante inversión. No había ofertas, pero sí había interés, claro que había interés y conversaciones con grandes empresas comerciales que sí estaban interesadas en él. Si se hubiese continuado el proceso (innovación del PGOU para acoger nuevos usos) era factible venderlo por esos cinco millones y medio.

P. Ya que hablamos de Ganemos/Podemos. ¿Tanta influencia cree que están teniendo en las decisiones del gobierno local?

R. Yo creo que no. Hay dos ámbitos. Primero hay un gobierno que con gusto, que cada vez que puede lo recuerda la alcaldesa, cumple los acuerdos de ese pacto de investidura y que está dirigido a un sector de la sociedad al que respeto, pero que creo que no es el mayoritario. Sobre todo creo que esas políticas no son las que más le convienen al interés general de todos los cordobeses. Y segundo, hay un problema grave que es una absoluta falta de gestión en el trabajo del día a día. No hay nada nuevo que se haya hecho en Córdoba desde que está el gobierno local. En este punto, hay una agenda política que tapa ese déficit absoluto de gestión, y ésa es la que está marcando tanto el acuerdo de investidura como Ganemos.

No sé si Ganemos entrará en el gobierno local. Me muevo muy mal en ese mundo asambleario de la izquierda cordobesa

P. ¿Cree que finalmente entrarán en el gobierno local como cada cierto tiempo se rumorea?

R. No lo sé, la verdad es que me muevo muy mal en ese mundo asambleario de la izquierda cordobesa (risas). Y creo además que es irrelevante a efectos prácticos porque el acuerdo de investidura ya está ahí y la agenda política, como le he dicho, ya la marca Ganemos.

P. Ya que hablamos de partidos nuevos, ¿cómo ve a Ciudadanos en el Ayuntamiento? ¿Esperaba que obtuvieran mejores resultados?

R. No me gusta hablar mucho de otros partidos. El referente de la oposición es el Partido Popular. Yo creo que hacen el papel que ellos deciden en sus órganos de dirección y yo lo respeto. Cada uno tiene sus formas y sus fondos. Lo que sí creo es que hay mucha gente que en su día votó al Partido Popular, luego votó a Ciudadanos y que ahora mismo se están planteando volver a apoyar al PP.

P. Hablan de un gobierno muy débil. ¿Es capaz de augurar cuándo se producirá la primera gran crisis del gobierno local?

R. No lo sé, la verdad. Lo que sí le puedo decir es que crisis siempre las hay con un partido, con dos y con tres porque gobernar es, a fin de cuentas, darse de bruces con la realidad. Por muchas buenas intenciones que se tengan, al final chocas con el funcionamiento de la Administración, las posibilidades económicas que tengas... Al final la pelea del gobierno vendrá por saber quién asume el desgaste de decisiones que no funcionan, que no se pueden tomar o que, simplemente, no salen y eso nadie quiere hacerlo. De lo que sí estoy seguro es de que en este punto, en este gobierno habrá mucha menos solidaridad que en el gobierno del PP y tendrán más grietas.

Las crisis internas afectan a todos los gobiernos y en éste vendrá cuando haya que decidir quién asume el desgaste de una gestión que, por ahora, no existe

P. Usted personalmente, en su etapa de edil de Hacienda, negoció con Isabel Ambrosio como delegada de la Junta y ambos tuvieron elogios mutuos. ¿Tanto ha cambiado Ambrosio ahora como alcaldesa?

R. Pues no lo sé si habrá cambiado mucho o no. Como dice, negociamos en su día por las deudas de la Junta con el Ayuntamiento y fue un buen acuerdo. Lo que creo es que Isabel Ambrosio no está logrando ser una buena alcaldesa. Quizás no sabía dónde venía, lo que es la política local, el estar todo el día dando la cara, dedicándole muchas horas al día a esta labor que va mucho más allá de las horas de oficina o de despacho, yendo a los actos en los que reclaman tu presencia... Y yo no sé si eso lo hacía antes, pero lo que sí sé es lo que se está notando es que ese papel o no lo asume o, directamente, no le gusta.

P. Es curioso, porque eso que dice de Ambrosio se dijo en su día de José Antonio Nieto: el alcalde no está, al alcalde no le gusta ser alcalde y quiere ser parlamentario, líder del PP-A, quienes dirigen el Ayuntamiento son Torrico y Bellido... Lo mismo es algo intrínseco a dirigir Capitulares.

R. Es verdad, como le he dicho ya en esta entrevista, que nosotros teníamos un problema y es que nos metimos mucho en el despacho para arreglar los graves problemas que teníamos de tesorería. Yo he hecho autocrítica, pero lo que sí veo es que un buen alcalde tiene que abstraerse porque una cosa es ser un buen alcalde y otra ser un buen administrador del Ayuntamiento. El alcalde no lo es solo de los funcionarios del Ayuntamiento, sino que es de toda la ciudad.

Ambrosio demuestra que el papel de alcaldesa o no lo asume o, directamente no le gusta

P. Estas polémicas que estamos viendo últimamente con los toros, las procesiones, los cuadros que van y vienen... ¿No le parecen un poco impostadas? Ya que estamos hablando de la necesidad de gestión esto realmente no aporta nada.

R. Lo he dicho antes. Hay una absoluta falta de gestión. No hay un cambio verdadero en la ciudad empezando por el presupuesto que hay para este año que, en un 80%, es exactamente igual y cuando digo igual es igual. Al céntimo. No hay un cambio porque no hay ideas y se tapa con este tipo de polémicas en las que Podemos/ Ganemos son los que están intentando que se visualice un cambio que no existe con decisiones que no llevan a ningún sitio. Afortunadamente, la fiesta de los toros no depende del Ayuntamiento. Con las subvenciones a determinados colectivos pasa lo mismo, que no dependen de papá Ayuntamiento para seguir funcionando. Que quiten o no el cuadro de San Rafael no va a hacer que la gente le tenga más o menos cariño a San Rafael. Pero sí se quiere transmitir un mensaje que es dañino por varias cosas: primero porque ese cambio no existe y segundo porque sí se está hiriendo la sensibilidad de una parte de la población. Hay muchos cordobeses que se sienten atacados y eso no es bueno, coincidan o no con tu forma de pensar. Si no fuera por este daño, estos temas serían para tomárselos a risa, pero se están cuestionando valores que son importantes para una parte importante de la sociedad.

P. Así como prueba: dígame tres cosas buenas del gobierno local.

R. Tres cosas buenas.... me va a costar trabajo. Bueno, una cosa buena es que han mantenido el Centro de Exposiciones, Ferias y Convenciones. Por más que pienso... no se me ocurre ninguna. Podrían tener más si hubiesen tomado las decisiones desde la cabeza y no desde las tripas.

P. ¿Cree que se han tomado demasiadas decisiones desde las tripas?

R. Mire, hubo cambio de actitud casi de un día para otro de la propia alcaldesa que fue muy significativo. En una entrevista en un medio reconocía la buena labor que se había hecho por parte del anterior equipo de gobierno en materia de Hacienda. Esto fue en la primera semana al frente del Ayuntamiento; en la segunda ya se estaba cuestionando hasta esto. Yo creo que hay un tacticismo por parte del equipo de gobierno sobre los asuntos que tenían comprometidos con determinados colectivos y grupos de presión echarlos para atrás, pero no han sido valientes y los han justificado y escudado en esta marcha atrás echando piedras contra el gobierno anterior. Pudimos tener muchos errores, pero pongo la mano en el fuego por la honradez de todos mis compañeros. Se ha lanzado mucha mierda sobre el anterior equipo de gobierno por pura estrategia y tacticismo.

Pudimos tener muchos errores, pero pongo la mano en el fuego por la honradez de todos mis compañeros. Se ha lanzado mucho mierda por pura estrategia y tacticismo político

P. ¿Qué es lo que más le preocupa de esta falta de gestión a la que se alude constantemente desde su partido? ¿Cuál cree que será el primer gran efecto?

R. Las cosas no funcionan solas. Aquí había una tendencia que, al igual que ocurre a nivel nacional, comenzaba a dar resultados positivos en muchos indicadores importantes para la sociedad: contrataciones, altas en la Seguridad Social, pernoctaciones, visitas, ventas de comercio... Todo lo que genera riqueza estaba funcionando y eso no viene solo, tienes que trabajar y dejarte el alma. Lo que veo ahora es una total dejadez. Estamos viviendo de la herencia, pero eso dura solo un tiempo. Las ciudades compiten entre ellas y si nosotros no seguimos compitiendo, los otros nos van a tomar ventaja. En definitiva, poca gestión y mucho postureo.

P. Usted es una persona analítica. ¿Tiene ya fijada su fecha de caducidad en la política?

R. No, yo creo que eso tendrá que venir de forma natural. Lo que sí tengo claro es que la política es para un tiempo y que hay otros caminos en la vida que hay que ir explorando y que hay que ir abriendo en la iniciativa privada. Ahora mismo mis energías están centradas en las municipales de 2019, en las que espero que el PP consiga gobernar y que yo tenga un papel protagonista, de una forma u otra.

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