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Santiago Murillo: “Siempre he sido un radical”

Santiago Murillo | ALVARO CARMONA

Paco Merino

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“Que le den por culo a los homenajes”, dice con esa voz rugosa que suena como el trueno en una tormenta perfecta. No quiere placas ni fiestas de despedida. Después de 35 años al frente de la Federación Cordobesa, José Santiago Murillo (Posadas, 1948) se marcha. Lo confirmó en la última Gala del Centenario de la FAF y el jolgorio de la ocasión se interrumpió durante unos segundos. La gente se miró a los ojos y todos entendieron que estaban asistiendo al fin de una época. “No hay marcha atrás. Esto se ha terminado”, dice sentado en su despacho de la sede federativa en el polígono de El Granadal, muy cerca de barrios obreros como Cañero, Santuario, Arenal o La Fuensanta, donde Pepe Santiago es un icono. El Pavo fue un héroe de la calle, uno de esos jóvenes airados de los 70 que quería cambiarlo todo. Fue uno de los primeros afiliados al sindicato UGT en la Constructora Nacional de Maquinaria Eléctrica (CENEMESA) y formó parte como concejal de la primera corporación democrática municipal en Córdoba en 1979 por el PSOE, con el comunista Julio Anguita como alcalde.

Jugó al fútbol en el equipo de su pueblo y en otros de la provincia, donde le recuerdan como un delantero aguerrido y voluntarioso que iba a todas. Hablaba bien y, sobre todo, hablaba claro. Su discurso vehemente, trufado de tacos y chascarrillos, y su tono siempre crítico con el poder establecido le reportaron notoriedad en el gremio futbolero. Joven de buen porte y magnetismo natural, con el carné del partido emergente, buenos apoyos y un carácter belicoso que resultaba francamente seductor en la época, ingresó en la Federación Cordobesa a principios de los ochenta. Y hasta hoy.

PREGUNTA. ¿Recuerda su primer día?

RESPUESTA. El 4 de febrero de 1981. Fue en el antiguo Estadio Municipal El Arcángel, acompañado de quien era el presidente de la Federación Andaluza por entonces, Ginés López Cirera.

P. Las nuevas generaciones desconocen un episodio que marcó toda su trayectoria. Una manifestación en la que el fútbol cordobés se lanzó a la calle reclamando instalaciones y unas declaraciones suyas llamando “chorizo” al presidente andaluz. Llegó a mediar José María García, el periodista deportivo más influyente.

R. No, no lo conocen. Yo creo que ni los políticos hacían una manifestación así. Aglutinamos a la juventud de aquellos tiempos, que salió a la calle para exigir unas instalaciones dignas. Sólo teníamos el Enrique Puga y estaba en unas condiciones asquerosas. Salían ratas como conejos en el mismo lugar en el que se tenían que vestir los niños. Había una razón muy fuerte para que todo ese cabreo estallara. Había que protestar y a mí me gusta decir las cosas como son. Muchos no querían escuchar lo que no les gustaba. Aquello fue el inicio de una nueva forma de plantear la gestión deportiva. Fue una manifestación enorme. Allí estaban directivos, entrenadores, jugadores... Todos unidos. Fue algo que tuvo mucho eco porque la gente no estaba acostumbrada a esas cosas, pero es que no quedaba más remedio. Mira, yo llegué con unas ideas y unas formas que no eran las que se estilaban.

P. Entró con la escoba en la mano y no dejó apenas nada.

R. Efectivamente. Cambié toda la Federación cuando llegué. Sólo me quedé con Antonio Pérez de la Rosa. A los demás les di salida. Empezamos a funcionar como un gran equipo en aquella época de transición en todos los órdenes. Con el paso del tiempo, yo creo que podemos decir que logramos un éxito. Cambiamos la sede de Juan de Mena y compramos dos pisos en la Avenida de El Arcángel. Ahora estamos en unas instalaciones fenomenales y la Clínica de Deporte, que es la joya de la corona. Aquí vienen a operarse todos los mutualistas a nivel andaluz, de Huelva a Almería, pasando por los sevillanos. Yo me voy con la tranquilidad del deber cumplido y dejando un patrimonio.

Aglutinamos a la juventud de aquellos tiempos, que salió a la calle para exigir unas instalaciones dignas"

P. ¿No le servían los demás miembros de la delegación?

R. Yo detecté lo que había y me quedé con una persona muy querida. Metí gente nueva, con ideas progresistas. Antes procedían de otros ámbitos, sobre todo militares. Creo que le dimos un cambio radical a la estructura del fútbol.

P. ¿Cuánto de deporte y cuánto de política tiene un cargo como el suyo?

R. De política, últimamente, hay cambios en todo esto. Los partidos quieren que vayan hombres representativos o muy conocidos. Para mí no ha habido nunca límites entre la política y el fútbol. Yo he sido concejal muchos años en el Ayuntamiento de Córdoba pero nunca he querido mezclar el fútbol con la política. Y menos con el puesto que tenía. Aquí han venido muchos alcaldes a decirme que si les iban a cerrar el campo, que si les podía echar un cable... Y yo les digo: “Si te cierran el campo, que te den”. Lo que tienen que hacer es comportarse bien y que sus jugadores lo hagan con deportividad y ya está. Y me dicen: “Hombre, es que soy de tu partido”. Yo cuando cruzo la puerta de la Federación soy el presidente y punto. Igual para todos.

P. Conoce el fútbol desde dentro. Tuvo una carrera como jugador.

R. Una carrera un poco intensa. Empecé en el Posadas con 14 años y después pasé por muchos equipos de la provincia y terminé en el Martos. Jugúe en Baena, Palma del Río, Lucena... Muchos pueblos.

P. Lleva en esto un montón de años. ¿No da la impresión de que siempre están los mismos? O, al menos, una brigada de incombustibles que sobreviven a todo.

R. Yo les llamo siempre los locos. Va habiendo nueva generación de majaras. Manolín Cuesta, Rafael Jaén, Pepito Gómez... Yo creo que esta gente si les quitas el fútbol, se mueren. Son personas que lo viven. Nadie se puede imaginar hasta dónde pueden llegar. Yo me acuerdo que el viaje de novios de Manolín Cuesta fue en el Puga. Se casó y llevó a la mujer al campo de fútbol. Yo me acuerdo y siempre bromeo y se lo echo en cara, le digo: “¿Te acuerdas, maricón, cuando llevaste a tu mujer de luna de miel a los Puga?”. Me acuerdo cuando Rafael Jaén, del Deportivo, salía de su trabajo y sólo vivía para el fútbol. O Pepito Gómez del Alcázar, que todavía está al pie del cañón, o Pepe Reus, que en paz descanse, con el San Lorenzo. Hay muchos hombres que han dedicado su vida. Ahora hay personas nuevas que se están integrando.

Manolín Cuesta, Rafael Jaén, Pepito Gómez... Yo creo que esta gente si les quitas el fútbol, se mueren. Son personas que lo viven"

P. Pero la sociedad ha cambiado mucho. Ahora hay otras opciones.

R. No es como antes. Antes el deporte rey era el fútbol y ahora hay muchos deportes más, muchas actividades.

P. Y luego llega el fútbol femenino.

R. Aquí no existía. Nadie se lo podía imaginar en 1981. Tenemos dos equipos en Segunda División B. Hay dos jugadoras cordobesas que han sido campeonas de Europa. Igual pasa con el fútbol sala. Año tras año aumentamos los equipos y las licencias.

P. Las mujeres arbitrando partidos.

R. Y mujeres arbitrando, claro. En eso intervienen las instalaciones. Les dan clases, se pueden preparar... Todo va en consonancia con los tiempos y, sobre todo, porque es más cómodo que hace unos años. Ahora los campos son de césped artificial, hay vestuarios, escuelas de fútbol... La gente se va incorporando y no está el sacrificio de antiguamente, donde jugar al fútbol era muy duro por la falta de instalaciones adecuadas. Los niños de tres y cuatro años tienen categorías como bebé, prebenjamín... También van las familias a verlo jugar. El fútbol es de todo el mundo al que le guste. Ya rozamos las quince mil fichas. Esto era impensable hace siete u ocho años.

P. Supongo que a lo largo de todo este tiempo habrá tenido momentos de duda o especialmente duros. ¿Pensó alguna vez en dejarlo?

R. Siempre tienes algunos cabreos, pero luego eso se quita. Yo he tenido siempre una ventaja y es que he estado rodeado de grandísimos directivos. Y lo sigo estando. Los presidentes de clubes me han dado apoyo generalmente. Indiscutiblemente, he tenido mi oposición. Pero nunca han llegado a buen fin. Hay gente que no está contenta y algunos se han echado para adelante, pero luego pasa lo que pasó en estas últimas elecciones hace cuatro años. Se presentó una lista alternativa y no se votaron ni ellos. Tengo que estar muy satisfecho. Ha habido siempre rencillas, pero es lógico. Si estás en una organización con 15.000 licencias, 180 clubes... pues no todos pueden estar contentos. Y eso se nota cuando se reúnen los comités de Competición. Algunos te dicen que la tienes tomada con ellos, que tienes favoritismo...

Hay gente que no está contenta y algunos se han echado para adelante, pero luego pasa lo que pasó en estas últimas elecciones hace cuatro años. Se presentó una lista alternativa y no se votaron ni ellos"

P. ¿De verdad me dice que no tienen en la Federación sus protegidos?

R. No, no... Yo nunca he consentido eso.

P. Habrá tenido que escuchar que lleva la camiseta del Séneca debajo de la chaqueta.

R. A mí muchos me han dicho que soy del Séneca y yo lo voy a decir claramente: no soy del Séneca. Yo soy de Manolín Cuesta. Pero de ese Manolín Cuesta que trabaja y lucha de sol a sol por los chavales.

P. También hay otros que se dejan el pellejo en esto.

R. Yo creo que hay un grupo de gente a la que nunca le podremos agradecer todo lo que han hecho por el fútbol. Está, indiscutiblemente, Manolín Cuesta. También Rafael Jaén, del Deportivo Córdoba. Pepito, del Alcázar. O Yimi, del Don Bosco. Y mucha gente en la provincia también, aunque ha habido una gran renovación en los distintos clubes. Para mí ha sido un orgullo haber contado con gente así en el fútbol cordobés, que ha podido crecer gracias a ellos.

P. ¿Sigue hablando frecuentemente con Ángel María Villar? El presidente de la Federación Española es otro histórico en el cargo, en el que se ha eternizado a pesar de que intentan moverle la silla.

R. Es un hombre que tiene sus detractores, como es lógico y normal llevando tantos años en un cargo, pero a Ángel María Villar, hablando honradamente, no se le puede criticar nada. Mira todo lo que está saliendo. Hay mucho ladrón. A Villar no le ha demostrado nadie que se haya llevado ni un duro de la Real Federación Española de Fútbol. Además, la Española siempre ha estado muy bien mirada por los organismos exteriores y por el Gobierno, aunque ahora mismo se hayan enfrentado por las ayudas. La Real Federación Española lleva cuatro años que no percibe ninguna ayuda del Gobierno. En lo deportivo, no hay discusión: dos veces campeones de Europa, campeones del Mundo...

A mí muchos me han dicho que soy del Séneca y yo lo voy a decir claramente: no soy del Séneca. Yo soy de Manolín Cuesta"

P. Pero los éxitos deportivos pueden tapar otros asuntos.

R. Puede ser, puede ser... Pero en lo que yo conozco, que pertenezco a la asamblea nacional, los 180 que estamos ahí no vamos a ser gilipollas. Si Villar está ahí es porque lo votan. Ahora está el señor Tebas, de la Liga de Fútbol Profesional, que quiere que haya una nueva candidatura y ya se postulan algunos: el actual secretario de la Federación Española, el presidente territorial de Murcia... Bueno. Ya veremos cuando llegue. Faltan tres meses. Las elecciones son, como muy tarde, en marzo. Ahí está. Villar es el vicepresidente de FIFA y UEFA. No son cargos cualquiera. Y de ahí han salido Platini o Blatter, que se lo han llevado por la cara, pero a Villar nadie le ha dicho nada de eso. Y ahí está.

P. ¿Lo ha pasado mal en algún campo?

R. Sí, sí... Casi me intentaron linchar hace unos ocho años. Y ese día iba con mi mujer, fíjate. Uno de los pocos días que Manoli decidio acompañarme al fútbol. Fuimos a un partido a Villa del Río y tuve que salir con protección oficial. El árbitro pitó un penalti, la gente decía que no era y se volvieron para mí diciéndome que yo tenía la culpa. Total, lo que ocurre en estos casos. Lo normal es que te digan de todo, pero eso va en el cargo. De todos modos, ante esas cosas, yo ya tuve que dejar de ir a los campos. Cualquier fallo que se produza le echan la culpa a la Federación.

P. Al Córdoba lo ha visto jugar en Tercera, Segunda B, Segunda y Primera.

R. Todo. Desde Valdepeñas al Camp Nou. Los ayuntamientos, todos, desde Anguita, Trigo, Rosa Aguilar... le han echado una mano en lo que han podido al Córdoba CF, que ahora mismo está viviendo como nunca ha vivido. ¿Quién dice que no se puede subir otra vez a Primera División? Es un equipo que no tiene muchísimas cualidades, pero sí tiene un buen conjunto. Yo lo veo todos los partidos por televisión y la verdad es que hay un armazón y se están ganando los partidos. Esta categoría es muy flojita. Yo estoy viendo, de verdad, que el Córdoba podía ir con ocho o nueve puntos más. Yo pienso que está en una posición muy buena para crecer. Fíjate que incluso el presidente, Carlos González, se ha tirado la pirula de que quiere comprar El Arcángel. Yo no sé los dineros de los que dispondrá, pero el estadio vale mucho y se le ha echado mucho encima.

A Villar no le ha demostrado nadie que se haya llevado ni un duro de la Real Federación Española de Fútbol"

P. Pero algo habrá que hacer para contar con una Ciudad Deportiva. Ahí todo el mundo está de acuerdo.

R. La Ciudad Deportiva también cuesta su buen dinero, pero es que hay que hacerla. Personalmente, pienso que el Ayuntamiento les ha hecho una oferta que yo me sentaría a estudiarla y es la Ciudad Deportiva de Rafael Gómez. Debían sentarse para verlo porque ahí tienen terreno para hacer todo lo que quieran. Si él sigue empeñado en hacer un hotel o una residencia para los chavales que vengan de fuera, ahí se puede hacer. A partir de ahora, lo que hay que hacer es un presupuesto viable porque el terreno ya lo tendría. Personalmente, lo veo como la mejor solución.

P. ¿Ya no va al palco de El Arcángel?

R. Yo no voy. Me pongo muy nervioso y no lo paso bien.

P. ¿Desde cuándo?

R. Fue en el primer partido de esta temporada, contra el Valladolid. Y ya no fui más. Estoy en contacto. Me llevo bien con la junta directiva, con Carlos González, con su hijo ahora... No voy porque estoy cansado, no me apetece, pero no porque me lleve mal con ellos ni mucho menos. Lo veo más tranquilo en mi casa y además repiten la jugada.

P. ¿Ha pasado malos ratos en un palco?

R. En el palco se pasa muy mal. Sobre todo en el del Córdoba. Lo paso muy mal, muy mal porque eso lo debían estructurar de otra manera. Con todos mis respetos, allí deberían estar las mínimas personas. Junta directiva y si quieren, concejales y poco más. El palco de autoridades es para autoridades. Tú no puedes tener allí a un árbitro y al lado un tío cagándose en los muertos del árbitro. Como pasa ahora. Allí no puedes tener a gente que no la puedas controlar. Allí están los que van a calificar al árbitro, el estadio...

En el palco se pasa muy mal. Sobre todo en el del Córdoba. Lo paso muy mal, muy mal porque eso lo debían estructurar de otra manera"

P. ¿Cómo cataloga a la afición cordobesista?

R. Después de ver lo que está ocurriendo, de verdad tengo que decir que la afición del Córdoba es digna de elogio. Nunca ha dado problemas ni ha estado en candelero por su mal comportamiento. Yo a la afición del Córdoba le doy un diez, pero en todo. Hay que ver que hemos bajado de Primera y tenemos más socios todavía. El campo se llena siempre y la gente anima pase lo que pase. Yo diría que es de matrícula de honor.

P. ¿La afición está por encima del club?

R. Siempre ha sido así. Las aficiones siempre están por encima de los clubes y el motivo es que lo sienten como algo suyo. Los futbolistas es distinto. Tú sabes igual que yo que hay jugadores que no dan todo lo que tienen y sin embargo la afición está con ellos. La afición es el número one y después que venga todo lo demás.

P. Por menos de lo que ha pasado en Córdoba ha habido ciudades que se han quedado sin equipo profesional de fútbol. El Salamanca, el Compostela, el Burgos...

R. El mismo Málaga se tuvo que refundar con el Puerto Malagueño. Aquí hemos bajado a Tercera División y hemos vuelto gracias a la afición. Ahora, después de bajar, la gente ha seguido. Nadie pensaba que íbamos a poder estar en una situación como la de ahora. En agosto empezó la competición y en enero estábamos ya en Segunda, sin salvación. La gente se ha sacrificado con su equipo.

P. ¿Y con los presidentes del Córdoba, qué tal? ¿Con qué recuerdo se queda?

R. En general, bueno. Yo con Campanero tengo una relación muy buena. Con todos. Con el único que tuve mis discrepancias fue con José María Romeo, porque él tenía unos pensamientos que no eran los míos, pero vamos, discrepancias normales entre dirigentes. Y ahora, con Carlos González, me llevo fenomenal. Tanto con él como con toda la familia del Córdoba CF. Con Javier, con su hijo Alejandro, con su señora... Aprecio muchísimo a Carlos González.

Con Carlos González, me llevo fenomenal. Tanto con él como con toda la familia del Córdoba CF. Con Javier, con su hijo Alejandro, con su señora..."

P. Pues este año se marcha.

R. Sí, fíjate la casualidad. Él me dijo que se iba ahora y que posiblemente se quedara su hijo, aunque eso no es definitivo.

P. ¿Y usted no se echará atrás?

R. No, lo mío es definitivo. Me voy.

P. Antes de irse, ¿dejará una receta o una hoja de ruta para resolver el conflicto sin fin entre el Córdoba y el Séneca? ¿Tiene solución?

R. No la tiene. Además, no debe de tenerla. Mira. Manolín Cuesta no va a aceptar lo que el Córdoba quiere. Yo lo he hablado en un montón de ocasiones con Eduardo Herrera. Lo de las categorías inferiores del Córdoba no es de ahora. Pasó antes, con Campanero el que más. Últimamente, él no quería equipos de base. Si Manolín Cuesta deja el Séneca o el Séneca se funde con el Córdoba, a los tres días hay que prepararle la caja de pino. Él hace una labor magnífica, fenomenal, no molesta a nadie y se lleva bien con la Federación Andaluza y con la Federación Española. Son muchísimos los jugadores que tiene por ahí como profesionales. Ése es su trabajo. ¡Y dicen que cobra! ¡Pues claro! Se mete a las nueve de la mañana en el Puga y se va a las doce de la noche. Vive ahí. Ésa es su vida. Hay que agradecérselo mucho. Él es de otro terreno. Siempre pendiente de las instalaciones.

P. Pero al Enrique Puga también le hace falta una remodelación.

R. Sobre todo el campo grande, que está infrautilizado. Yo es que no sé los ayuntamientos... Mira: yo soy Manolín Cuesta y me voy a la puerta del Ayuntamiento. Él no es de pedir. Es una persona que lo quiere todo pero por las buenas. A mí me pasa eso y yo me encadeno a la pata del alcalde y le formo un cipote que no sabe por dónde salir. Es igual que el caso que hay ahora en el campo de San Eulogio. Yo cada vez que me junto con las fuerzas políticas lo digo: “Os echáis la culpa los unos a los otros, pero ahí está”. Tenemos el campo de la calle Marbella y el del Fray Albino que son de pena. Me dicen todos que se va a arreglar, sobre todo cuando están las elecciones municipales, pero luego nada. Yo les digo que no le meten mano porque no quieren. Y ahí tenemos dos barrios con unas instalaciones que están que da pena verlas. Además, con la solera que tiene el barrio del Campo de la Verdad. Allí ha estado jugando el primer equipo de Córdoba y eso lo hemos vivido. Yo creo de verdad que muchas veces es que no se le echan dos pares. Yo tengo que mirar por los clubes.

P. Sigue igual de guerrero que siempre. Es un radical.

R. Sí, soy un radical. En ese aspecto sí. Siempre he sido un radical. Yo entré en un partido en 1977 y sigo en el mismo partido en el 2016.

P. Está convencido de su método.

R. No hay que huir del enfrentamiento. Cuando uno está convencido de lo que piensa y sólo te dejan la vía machacona, pues hay que ir ahí. Ellos se lo buscan. A mí me hacen eso en el Fray Albino, en la calle Marbella o en los Puga, me voy a buscar a Isabel Ambrosio y me tienen que echar de allí los GEOS. ¡Claro! Toda la vida de Dios ha sido así. Nosotros estamos aquí sentados para llegar a un acuerdo, pero si usted no pone los medios para que pueda arreglarse, pues me voy a ocupar la calle. Ésa es mi postura. Y me voy con ese resquemor, el de no haber conseguido que se arreglen los campos de la Calle Marbella y el de Fray Albino.

P. ¿Cree que los verá algún día en condiciones?

R. Eso espero. Yo soy un hombre de fútbol y lucharé por él hasta el último día.

Cuando uno está convencido de lo que piensa y sólo te dejan la vía machacona, pues hay que ir ahí. Ellos se lo buscan"

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