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Bernardo Jordano: “Queremos que ningún niño se quede sin la terapia que necesite por dinero”

Bernardo Jordano y Merceditas | MADERO CUBERO

Paco Merino

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La magia está por todas partes. Eso dice la leyenda de una de las cientos de pulseras que hay encima de la mesa del salón familiar. Que es, también, la sala de juntas de la Fundación Mia o que hago y un espacio donde se concentra una actividad desbordante. “No paramos de tener ideas. Hay tanto por hacer...”, cuenta Bernardo Jordano, un hombre joven que confiesa que tiene miedo al paso del tiempo. Es abogado, como su esposa. Mercedes Gordillo sonríe cuando nos abre las puertas de su casa, una fortaleza sin muros que es el reino de Merceditas, una niña de tres años con una enfermedad de las catalogadas como raras (su padre lo cuenta aquí). Es una familia que tiene detrás su historia, como todas, y que se ha empeñado en escribir los capítulos del futuro de su puño y letra. No se dejan llevar por las circunstancias. Quieren mantener agarrado el timón, aunque las tormentas sean frecuentes. En poco más de un año han conseguido constituir una fundación cuyo nombre se inspira en una frase que repetía su hija mayor, Paula, primera actriz en un reparto en el que no hay secundarios. Todos son protagonistas.

Su determinación y su mensaje positivo han calado en la sociedad cordobesa, donde el proyecto de Mia o qué hago ha tenido un impacto formidable. Han encontrado el respaldo de personalidades de la vida social, artistas, cantantes, hosteleros, clubes deportivos... “El Córdoba CF va muy bien desde que lleva nuestro logo –las gafas– en su camiseta. Les hemos dado suerte”, bromea Bernardo, que no es futbolero pero mantiene contactos con jugadores internacionales del mismísimo FC Barcelona, que lucen las ya famosas pulseras. Como Kisko García, Keru Sánchez, Macarena Gómez, José Manuel Soto, Las Ketchup... “La acogida ha sido espectacular”, cuenta Bernardo, el papá bloguero que ahora es presidente de la Fundación, que se presentará oficialmente esta semana. El próximo día 21, en la Plaza de Toros, hay una fiesta solidaria con motivo de la puesta en marcha de una entidad que nace con el objetivo de compartir información, orientar a las familias en la jungla burocrática y, fundamentalmente, generar recursos económicos “para que ningún niño se quede sin las terapias que necesite por falta de dinero”. Con talento e imaginación, la maquinaria ha empezado a funcionar. Y la razón de todo, esa niña especial que parece de algodón, observa el mundo a través de sus gafas prodigiosas.

Merceditas lanza besos al fotógrafo durante el reportaje. “En el último año ha hecho unos progresos importantes”, cuentan sus padres con emoción. Esta claro: aquí hay magia. Y si los milagros son la magia sin truco, no hace falta contar más. La Fundación Mia o qué hago está en marcha.

PREGUNTA. Y a partir de ahora, ¿qué?

RESPUESTA. Las fundaciones se rigen siempre por un calendario anual. Nos quedaría terminar este año. Si se generan ingresos los tenemos que destinar a fines sociales Le tenemos que echar mucha imaginación porque no nos da tiempo a desarrollar alguna de las iniciativas que teníamos en mente. Algo se hará seguro. Con colegios, para dotarles de material, ver alguna terapia que se pueda financiar... Depende todo de lo que seamos capaces de generar en estas últimas semanas de curso. Aprovechamos para seguir con la difusión, que es importantísima. Hay que mantener esa inercia creciente que hemos conseguido. Darnos a conocer a las instituciones... Somos conscientes de que hemos logrado grandes pasos, pero hay mucha parte de la sociedad que no nos conoce. A nosotros nos hace mucha ilusión cuando alguien nos comenta por ahí que ha leído nuestra historia, que saben lo que estamos haciendo... Pero aún nos queda mucho camino por delante.

P. A corto plazo...

R. Pongámonos en el año que viene ya. Se trataría de conseguir una regularidad de ingresos. El objetivo fundamental y prioritario de la fundación es la generación de recursos y su distribución para fines sociales. A nosotros nos interesa muchísimo que las ayudas lleguen directamente a las familias. Pensamos que se puede dedicar un 75% de los ingresos que generemos para ayudas directas. Hay dos tipos de fundaciones: las que se vuelcan con la investigación y las que lo hacen con los tratamientos. Nosotros nos identificamos más con este segundo tipo. Queremos abarcar un abanico amplio. Hablamos de niños con problemas de desarrollo infantil, ya sean cognitivos, motóricos, sensoriales... Entendemos que al aplicarles esas terapias, que son muy costosas, ayudaremos a que se desarrollen de una manera más positiva. ¿Investigación? Intentaremos hacer algo en esa línea, pero donde más podemos aportar es en la generación de ingresos para sufragar terapias para los niños.

"Les decimos a las familias que tienen que estar siempre pendientes de cosas nuevas que vayan saliendo, tener una actitud positiva y, sobre todo, confiar mucho en su hijo"

P. Y sin perder la actitud.

R. Siempre con un talante positivo, que es fundamental sobre todo para las familias que están recién llegadas a esto. Si conseguimos meterles en la cabeza que no pueden dejar de moverse, que tienen que estar siempre pendientes de cosas nuevas que vayan saliendo, tener una actitud positiva y, sobre todo, confiar mucho en su hijo, habremos dado un paso decisivo.

P. Os habéis posicionado en la ciudad en un tiempo récord. Vuestro proyecto ha cobrado visibilidad y ha calado en la sociedad.

R. Estamos en la época de las redes sociales. El impacto ha sido increíble. Le das a una tecla y nadie sabe hasta dónde puede llegar eso. Nos gustaba eso y la facilidad de llegar a la gente. Éramos conscientes de que podíamos llegar a mucha gente, pero no imaginábamos que podía ser tanto. Miras las estadísticas de visitas y te encuentras a gente en Australia, que igual puede ser alguien que conozcas y que esté allí, pero es que también ves visitas de Pakistán. A nivel de Córdoba hemos llegado y eso nos hace muchísima ilusión. La gente se ha enganchado con este mensaje positivo. No pretendemos dar lástima. Pensamos que en el pasado a lo mejor nuestros padres entendieron que había que hacerlo de otra forma, tanto los padres de niños con problemas como los de niños completamente sanos, y hemos querido dar una visión distinta de las relaciones. Antes de trazaba una línea imaginaria y mantenían apartado al niño que no era normal, como el resto de hermanos. Eso están cambiando. Venimos a potenciar ese cambio y a afianzarlo. Se habla mucho de integración, de inclusión, nos empeñamos mucho en sacar pecho con nuestro hijo... Hay que hacerles ver a la gente que nuestras familias disfrutan como la que más. Sin quitarle hierro al asunto, porque son auténticos retos todos los días lo que tiene cada uno en su casa. Y son muchos sustos y sobresaltos y muchas lágrimas. Pero al fin y al cabo se disfruta con los niños, con sus hermanos... La clave es el mensaje positivo. Y para eso las gafas se han convertido en un símbolo.

P. ¿Qué queréis que vea la gente cuando se pone esas gafas?

R. Es una forma distinta de verlo todo. Nosotros hablábamos, a través de nuestra experiencia y de otras con las que compartimos este tipo de vivencias, de decirle a la gente que esto que pasa es un cambio de planes, algo inesperado, pero no un problema. Problemas son otras cosas. A partir de ahí todo se relativiza, cambia la perspectiva porque hay otras personas con otras circunstancias que lo están dando todo y que salen adelante. ¿Por qué tú no vas a ser capaz de hacerlo? Al final la gente se aplica el cuento aunque no esté en estas circunstancias. A nosotros se nos acercan familias con niños completamente sanos que sacan como moraleja de todo esto que tienen que pasar más tiempo con sus hijos. Pues perfecto. Sí me llama mucho la atención la empatía que este proyecto ha creado en gente que, en principio, ni les iba ni le venía. De hecho, toda la gente que nos sigue no está en unas circunstancias como las nuestras. Aquí hay de todo. A lo mejor conseguimos dar la clave de un cambio de pensamiento.

"A nosotros se nos acercan familias con niños completamente sanos que sacan como moraleja de todo esto que tienen que pasar más tiempo con sus hijos"

P. Sois una especie de guerreros de la alegría.

R. (Responde Mercedes) Nosotros nos reímos, disfrutamos de nuestros buenos momentos... Como todas las familias. También con nuestros momentos malos. Pero somos como cualquiera. Salimos, entramos... A veces la gente ve que tienes un niño con determinados problemas y piensan: “Ay, pobrecitos, mira lo que tienen”. Evidentemente, hemos pasado y pasaremos. Sin ir más lejos, el pasado fin de semana Mercedes estuvo ingresada desde el viernes hasta el lunes. Nos dio un susto y pasamos unos días horribles. No podemos decir que todo es maravilloso, pero ahí estamos. Al final te acostumbras a este tipo de vida. Yo voy todo el día para arriba y para abajo con la niña pegada a mí. Me dice la gente: “¿Y cómo puedes?” Pues ésa es mi rutina.

R. (Responde Bernardo) Mira, queda claro en una entrada que pusimos en nuestro blog. Estuvimos en un cumpleaños con algunos amigos y sus niños y en un momento nos dijeron: “Mira, ahí está jugando a las bolas con los demás”. ¡Pues claro! ¡Es una niña! Lo entendemos. Si nos remontamos cuatro años atrás, nosotros estábamos en la misma perspectiva. Son unas circunstancias especiales. No saber qué decir, qué preguntar no sea se molesten. Ahora estamos en la otra visión y creemos que lo mejor es tratar todo esto con normalidad. ¿Cómo no voy a querer que me preguntes por mi hija? ¡Es mi hija! ¿Y cómo no voy a querer que le hagas carantoñas? La mentalidad está cambiando poquito a poco.

P. Vuestra hija tiene una de las denominadas enfermedades raras. Es única, en el más amplio sentido de la palabra. ¿Cómo se lucha contra un enemigo que no se conoce?

R. (Mercedes) Yo creo que le quedan dos años para ser inmortal (bromea). ¡Con todo lo que ha pasado esta niña!

R. (Bernardo) Sí, ella tiene una alteración genética que se traduce en una serie de manifestaciones que tienes que controlar. No conocemos a nadie con características exactas, pero sí a otros padres que tienen hijos con muchos frentes abiertos.

R. (Mercedes) Como la enfermedad que tiene no es conocida, pues no sabemos el día de mañana. Sí nos han descartado que sea una enfermedad degenerativa, por lo que eso, gracias a Dios, ya lo tenemos. La niña ha pegado un cambio tremendo en un año. También ha estado unos meses escayolada y ha dado un gran paso en lo cognitivo. Al no poder moverse, ella misma ha avanzado para que le hiciéramos caso. No habla, pero señala y emite sonidos. Poquito a poco.

R. (Bernardo) Es una cuestión de actitud. Nosotros nos hemos dado cuenta, cuando hemos superado nuestros meses negros, nuestro duelo, de que cambia mucho la perspectiva según la actitud que tomes en las circunstancias. Algún médico nos dijo: Mira, olvídate porque no hay nada que hacer.

"Algún médico nos dijo: «Mira, olvídate porque no hay nada que hacer»"

P. ¿Eso lo habéis tenido que escuchar?

R. (Bernardo) Sí, claro. Tratas con muchos médicos y hay un abismo de uno a otro. A veces sales de la consulta igual que has entrado. Y hay otros que no, que tienen un toque más humanitario, que pueden decirte en el fondo lo mismo pero de otra forma.

R. (Mercedes) Vamos, sin ir más lejos el último fue el traumatólogo. Nosotros hemos operado a la niña en Madrid porque aquí llegó a decirnos que para qué me iba a angustiar tanto, que para qué iba a operar a la niña si al final no iba a andar, que teníamos depositadas demasidadas expectativas en la niña. ¡Que yo tenía demasiadas expectativas en mi hija! ¿Cómo? Yo no digo que un médico no piense eso como profesional, pero si aquí estamos unos padres volcándonos con una hija... ¿Tú no haces la operación? Porque la operación de Mercedes ha sido muy costosa. De esas operaciones se hace una al año en Reina Sofía.

R. (Bernardo) Nosotros les decimos a los padres que no hay que quedarse quietos ni con mal sabor de boca por una respuesta que les hayan dado y que no asimilen bien. Hay que buscar que te lo expliquen mejor. Lo hemos conocido en muchos casos de familias que tenemos alrededor. No hay que rendirse ni quedarse quieto. Eso nunca. Muchos nos dicen: “¿De dónde sacáis el tiempo para todo eso?” ¡Pues claro que lo sacas! Como lo haría cualquier padre, porque eso viene de serie y se activa cuando se dan las circunstancias. Nosotros hemos pasado todas las fases. En la primera lloras, te sientes perdido, todo te sienta mal... pero terminas reflexionando, decides actuar y sales. Ese patrón es común en todas las familias que conocemos y se repite. ¿Qué valoramos nosotros? La información y el poder compartirla. Enterarte de dónde puedes ir, de cómo hay que hacer las cosas. Si luego esa información a pie de consulta somos capaces de canalizarla, pues fantástico. Y para eso las redes sociales son lo mejor que puede existir. Hay un montón de herramientas que están a nuestro alcance y que desconocemos. La Junta de Andalucía tiene una figura que se llama enfermera de enlace y una tarjetas de más cuidados. Hay padres que eso no lo saben y son cosas que le pueden facilitar mucho la vida con sus hijos. Hay padres que no saben que sus hijos tienen acceso a la ONCE.

"Hay un montón de herramientas que están a nuestro alcance y que desconocemos"

R. (Mercedes) Nosotros afiliamos a Mercedes a la ONCE cuando tenía un año y medio. Ella padece problemas visuales desde que nació. ¿Qué significa que esté afiliada a la ONCE? Pues que viene una profesora a casa, que la estimula visualmente, que tienes material a tu disposición y ayudas. Y de todo eso nosotros nos enteramos porque nos lo comentó un papá. Nosotros pretendemos recopilar toda esa información y facilitarla a las familias que estén interesadas. Ojalá nosotros cuando empezamos en esto nos hubiéramos encontrado alguien a nuestro lado que nos dijera: sí, esto es muy duro, pero tenéis esta terapia, este centro... Nosotros todo o casi todo lo hemos ido descubriendo porque nos lo han dicho otros papás o por nosotros mismos.

P. ¿Hay casos similares al de Mercedes?

R. (Bernardo) Hay niños con retraso madurativo, pues sí. También hay casos de hipotonía muscular, pero no son exactamente lo mismo de Mercedes. Hay muchos casos únicos. El mapa genético es tan amplio que una vez que se trastoque algo, pues te hace único. Se aprende mucha genética.

R. (Mercedes) Los dos somos abogados, pero después de todo esto creo que medio master en medicina tengo.

P. Pero los médicos os dan información...

R. (Bernardo) Bueno, hay muchos que entienden que para qué te van a dar información si esto ya no... Hay algunos que te dedican una hora en vez de diez minutos. Ya nos dijo una doctora que para tratar con estos niños no vale cualquiera. Nosotros vamos comparando y valorando. Y claro, al final tienes tu escala, tu ranking de profesionales. Y te vas dando cuenta de que la calidad humana es un factor diferencial. Esto es muy complejo para las familias. Te vas a encontrar padres que no han asimilado ninguno la situación; otras parejas en las que uno tira del carro y el otro va a remolque, y otras que ya han madurado la situación y actúan en consonancia. Todo eso lo va a sufrir al final el niño.

R. (Mercedes) Hay una cosa que está clara. Estos niños necesitan terapias adecuadas para evolucionar y los primeros cinco años de vida son fundamentales. Ahí tiene que recibir todas las terapias que sean posibles y que pueda tolerar, porque su organismo está en desarrollo a nivel físico y cognitivo. Si no recibe esos tratamientos, todo se hace mucho más complejo.

"Hay una cosa que está clara. Estos niños necesitan terapias adecuadas para evolucionar y los primeros cinco años de vida son fundamentales"

R. (Bernardo) Y luego, Córdoba está bien, más o menos servida a nivel de tratamientos, pero te das cuenta que en sitios que no están demasiado lejos como Sevilla, Málaga o Madrid hay ámbitos que se nos escapan. Muchas familias se van a otras ciudades para que sus niños tengan tratamientos, a menudo muy costosos, porque no los encuentran aquí y eso es una pena. Toda esa información queremos tenerla en ese cajón de sastre que será la fundación. No podemos tener respuestas a todas las preguntas de los padres desde el primer momento, pero sí podemos ayudarles.

R. (Mercedes) Mira, por ejemplo. Si vemos a una familia con un niño que tiene problemas oculares, podremos hablarles de nuestra experiencia con una oftalmóloga en Madrid que solamente trata a niños con deficiencias visuales y con discapacidad. La conocimos hace cinco meses y si la hubiera conocido antes habría venido aquí en el minuto uno. El tema es que se jubila este año. Y es la número uno.

P. Jugáis con el tiempo.

R. (Bernardo) La sensación de descubrir algo tarde es horrible.

R. (Mercedes) Mercedes se ha operado de un glaucoma congénito porque nos hemos dado cuenta nosotros. Si no pierde el ojo. Buenos, nosotros no: yo. Porque mi marido me decía que yo estaba un poco obsesionada con la niña y un poco...

R (Bernardo). Vamos a ver. Cada médico es experto en lo suyo, pero si unos padres, y más en este caso una madre, ve algo extraño en su hija hay que hacerle caso. ¡Está las 24 horas del día con ella!

R. (Mercedes) Le diagnosticaron la miopía a los seis meses y luego yo veía que tenía un ojo que seguía creciendo. La respuesta que nos daban los oftalmólogos es que la niña tiene en un ojo quince dioptrías. El ojo miope es un ojo grande, pero yo no paraba de darle vueltas a la cabeza. Hasta que un día me cansé, me fui para Reina Sofía y busqué a una oftalmóloga que era la que yo quería que viera a mi hija. La encontré y le dije: “Mire doctora, usted no me conoce de nada, pero tiene que ver a mi hija. El ojo le va creciendo, le va creciendo, y aquí hay algo raro”. Me dijo: ¿Tiene hecha la preanestesia? En dos días la meto en quirófano para ver si tiene un glaucoma. Lo tenía. Y en un mes la operaron. Tenía el nervio óptico dañado. Y Mercedes tiene ahora mucha agudeza visual. ¿Cómo es esto posible a pesar de los problemas de miopía y de que la hayan operado de un glaucoma? Pues porque desde los cuatro meses tiene una persona de la ONCE estimulándola visualmente. Tiene una agudeza espectacular. La niña ve superbién. Pero hubo un momento duro, en el que la llevábamos a los médicos y les decíamos: “Esta niña o es ciega o es sorda, porque le hablas y no actúa”. Hasta que se dieron cuenta de que tenía una miopía de caballo.

"Cada médico es experto en lo suyo, pero si unos padres, y más en este caso una madre, ve algo extraño en su hija hay que hacerle caso"

R. (Bernardo) A ella le pusieron las gafas con ocho meses y era otra. Estaba mucho más conectada y los profesionales lo notaban muchísimo. Interactuaba mucho más. Los padres estamos acostumbrados a unos niños de libro, pero los niños aprenden por sí solos. Con la mayor ves que va al colegio, que hace sus progresos, y lo entiendes como algo normal porque es el patrón que tenemos. No valoras esos logros que van haciendo los niños poco a poco. Con la pequeña te das cuenta de que lleva otro ritmo, es como a cámara lenta. También hace sus mejoras, pero de otro modo.

P. Supongo que lo más delicado y difícil es llegar a conectar con ella, entender sus mensajes y descodificarlos para interactuar...

R. (Bernardo) Tienes doble trabajo. Descubrir cómo y luego qué hacer. Nosotros poníamos hace poco en el Facebook un ejemplo que la gente entendía perfectamente. Es como si te ponen a ti en una guardería japonesa. Por muy básico que sea lo que te quieren enseñar, no te enteras de nada porque el vehículo no es el adecuado. Pues eso es lo que pasa con estos niños. Cada uno tiene su metodología, cada uno tiene un modo especial para que llegues a él y para que se interactúe. Y, a partir de eso, aprender y hacer progresos.

R. (Mercedes) Y es muy importante el tipo de profesional que actúe con ellos. Muy importante. Nosotros lo hemos visto con nuestra hija.

R. (Bernardo) Nosotros lo que sí recomendamos a los padres es que no se encadenen a un médico y que tengan la suficiente libertad como para ver a otros profesionales hasta poder encontrar al que mejor comprenda sus necesidades y se acople con su hijo. Tienen que ver progresión en el niño. Si la ven, que sigan con ese médico; si no la ven, pues que tengan la opción de cambiar y buscar otras vías. Y que la cuestión económica no sea para ellos un obstáculo. Ahí estaría la fundación.

P. ¿Cómo se os ocurrió lo de las pulseras?

R. (Bernardo) ¡Eso digo yo!

R. (Mercedes) Lo primero fue lo de las camisetas, las gafitas... La agenda, también. Todo esto nos lo hacen los chicos de Papiro, que si no es por ellos... También nos hicieron unos pins. Un día me encontré esto –muestra las gafitas de metal–, empecé a probar, a meterle unas cuerdas. Y mira, quedaba muy mono. Le dije a Bernardo: “¿Por qué no vendemos estas pulseras?” Me contestó que estaba loca, pero empezamos y mira. Se lo dije a mis amigas, empezamos a ponerlas en Facebook y hasta ahora. La persona que me suministra esto es un empresario chino, que conocí cuando operaron a Mercedes en Madrid, y él colabora con nosotros. Todo lo que nos ha pasado con Mercedes es tan... No sé. Es raro. Vamos a Madrid a operar a Mercedes, casualmente conocemos a este señor que tiene unas fábricas que suministran a toda España material para pulseras... Nos hacen pedidos de toda España. La gente las compra muy bien porque tienen un precio de tres euros y medio, van con su tarjetita... Nos ha ayudado bastante.

"Le dije a Bernardo: «¿Por qué no vendemos estas pulseras?» Me contestó que estaba loca, pero empezamos y mira. Empezamos a ponerlas en Facebook y hasta ahora"

P. ¿Hasta dónde queréis llegar?

R. (Bernardo) El objetivo de la Fundación está claro. Queremos conseguir dinero, el máximo posible, y luego distribuirlo para fines sociales. Tienes que dedicarlo a eso, por ley. No dedicamos el dinero a otra cosa que ayudar a quienes lo necesitan. Estáis sentados ahora mismo en la sede de la Fundación. Minimizamos los costes. ¿Para qué vamos a gastarnos el dinero en una sede que no vamos a utilizar? Si siempre estamos con la niña. Por ley también no podemos cobrar un duro. La figura de la Fundación es vital porque tienes transparencia y un control externo, que es fundamental para las empresas que quieran colaborar. Nosotros nos centramos en conseguir aportaciones de lo privado más que de lo público, porque entendemos que es más fácil, más agradecido... Ahora esperamos coger velocidad de crucero.

R. (Mercedes) Además, en lo público lo que hacen es quitar cada vez más. Hay familias que tenían 20 horas de terapias al mes y se están quedando con ocho. ¿Qué es eso para un niño? Y hablamos de mucha gente que viene de los pueblos, que se gastan el dinero de gasolina. Y al final, pues los padres no vienen. Para cuarenta y cinco minutos de terapia... En los colegios, las aulas específicas no tienen medios suficientes. Queremos ayudar a aportar material. Hay colegios que tienen un fisio, pero luego les falta material. No tienen ni una triste colchoneta. Dime tú a mí.

R. (Bernardo) Es una lástima y a la vez una suerte que estas instituciones existan para cubrir lo que los organismos públicos no pueden.

"Hay familias que tenían 20 horas de terapias al mes y se están quedando con ocho. ¿Qué es eso para un niño? Y hablamos de mucha gente que viene de los pueblos, que se gastan el dinero de gasolina"

P. ¿Y Paula?

R. (Mercedes) Es una niña fantástica, que apoya todo el día a su hermana. Nos pregunta mucho, cada vez más. Pero siempre se lo hemos explicado todo con mucha naturalidad. Ella adora a Mercedes. Nosotros intentamos que sea fácil para ella.

P. ¿Os habéis sentido solos?

R. (Bernardo) Hemos tenido la suerte de pensar los dos de la misma forma. No ha habido trauma ni cisma en la pareja. A veces uno está para que no le hablen y el otro está de otra manera. Respetamos el espacio de cada uno y eso es importante.

P. Os reinventáis como pareja y como familia.

R. (Bernardo) Cada uno lo asimila a su forma. Cada cual necesita su momento para llorar. Aquí se ha llorado muchísimo, muchísimo.

R. (Mercedes) Pero ahí vamos. Vemos el progreso de la niña y eso es lo que nos da más ánimos. Ella tiene el patrón dentro. La coges de los brazos y ella hace el gesto de andar, lo que pasa es que no puede todavía. Como ella quiere, podrá hacerlo. Antes la llevabas a rehabilitación y lloraba mucho, no colaboraba nada. Pero ahora ya ha entendido que no tiene que llorar y le vemos un progreso muy grande. He pegado un cambio muy bueno.

R. (Bernardo) Uno siempre busca referencias cuando se trata de niños. Y en la primera época, cuando estás más desbordado, pues te llegan antes las negativas. Ves a otros niños y miras al tuyo y... Bueno, es duro. Pero nosotros tenemos la suerte de tener la referencia en casa, aquí mismo. Cuando lo entiendes y lo asimilas, las preocupaciones son otras. Y empiezas a disfrutar.

R. (Mercedes) Bernardo es muy positivo, ¿eh? ¡Demasiado! (se ríe). Cuando él dice una parte de la pareja, ya te digo que la parte positiva es él y que yo soy la que se viene un poquito más abajo, pero... Yo le agradezco que sea así, pero es duro.

R. (Bernardo) Sí, lo es. Pero aquí seguimos.

"La coges de los brazos y ella hace el gesto de andar, lo que pasa es que no puede todavía. Como ella quiere, podrá hacerlo"

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