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El mundo sigue girando

Florin, abatido tras el partido | LOF

Paco Merino

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El Córdoba se condena por errores propios en el Carlos Belmonte | Los de Oltra mantienen el liderato en solitario en Segunda

Podría ponerse a llorar y seguramente encontraría algún buen motivo para hacerlo. No parece que sea lo más conveniente. El Córdoba perdió en el Carlos Belmonte. Sigue de líder, algo que no sirve para nada en la clasificación –según insisten los protagonistas blanquiverdes, siguiendo en público consignas de partido para rebajar presión– pero que supone un tibio consuelo para el que lo quiera usar. A los blanquiverdes les pueden salir mal las cosas. Por méritos del adversario y también –como esta vez, sobre todo– por errores propios. El Albacete no lo hizo mal. El Córdoba, tampoco. De hecho, coleccionó un buen puñado de oportunidades y enseñó, a ratos, un perfil interesante. Pero se equivocó del peor modo y en el peor momento. Con 1-0 en el marcador y en proceso de reconstrucción acelerada para reparar el partido con cambios, el conjunto de Oltra se inmoló con un fallo de dos hombres clave: su central y su portero. Quizá no se hablaron o se hablaron mal o no se entendieron. La cuestión es que la jugada tonta de la tarde la aprovechó el listo de César Díaz y terminó con la resistencia del líder. Que lo sigue siendo. Porque esto es segunda y aquí los campeones no siguen caminos de gloria sino laberintos intrincados repletos de trampas. Todos caerán en ellas y lo harán más de una vez. Se trata de resistir y superar las propias imperfecciones.

A Dalmau Albert le tocó cubrir la plaza que dejó libre el sancionado Stankevicius. El catalán se acopló al lateral derecho y no se complicó la vida en absoluto. Más sorprendente resultó la inclusión en el once de Jean Paul Pineda, que sustituyó a un Xisco que se ausentó durante toda la semana –con permiso del club– por su nueva paternidad. El chileno, uno de los fichajes más llamativos del verano, ha tardado en ponerse a tono pero parece dispuesto a aprovechar cualquier resquicio para hacerse un sitio. Se dejó ver y trató de asociarse con sus compañeros, especialmente con un Pedro Ríos cuyo peso en el juego de ataque es indiscutible. El jerezano se atreve a intentar el remate y reparte juego con criterio. Junto a un efervescente Florin fue el líder en una puesta en escena poderosa de los blanquiverdes. El Albacete se enteró pronto de cómo se las gasta este Córdoba cuando se siente fuerte. El rumano la tuvo clara a los cinco minutos en un mano a mano con Juan Carlos. Le pegó con la derecha el punta de Botosani y el meta albaceteño, muy certero, le aguantó al límite y rechazó el disparo. Unos minutos antes, los anfitriones lo habían pasado mal en una acción de Héctor Rodas que fue anulada por el árbitro. A los ocho minutos, Pineda progresó por su banda y sirvió atrás a Fidel, que llegaba en carrera, para que el de Riotinto conectara un disparo raso que fue desviado por Juan Carlos junto al palo.

El Albacete recompuso el gesto y empezó a tener la pelota más en su poder, pero sin suerte. Ni en la generación de situaciones de ataque ni en las decisiones del árbitro, que se convirtió en enemigo público número uno de los manchegos tras encadenar una serie de decisiones que encendieron los ánimos en el Carlos Belmonte. A los 25 minutos, Razak salió como poseído de su marco para detener una entrada de César Díaz. El jugador del Alba lanzó un disparo cuando vio que el africano se le echaba encima. Razak despejó con las manos fuera del área y un escalofrío recorrió la espina dorsal de los cordobesistas. Pérez Pallás se echó mano al bolsillo y sacó a pasear la tarjeta amarilla ante la indignación de los locales exigiendo la roja para el meta ghanés. Los niveles de ofuscación subieron de límite al filo del descanso, cuando los de casa reclamaron penalti por manos de Héctor Rodas y Domingo Cisma en dos acciones concentradas en apenas medio minuto. Luis César Sampedro, fuera de sí en la banda, no se tiró de los pelos por imposibilidad física pero sus protestas al árbitro gallego resultaron tan espectaculares como inútiles.

En medio de una tormenta de improperios hacia el colegiado terminó una primera parte intensa, con más incidencias que fútbol y en la que el Córdoba logró salir indemne de los arreones manchegos. No pudo el equipo de Oltra, sin embargo, evitar que el Alba se adelantara a poco de la reanudación. Rubén Cruz, hostigado por Luso, consiguió meterse en el área y armar un forzado disparo que rechazó Razak. La pelota quedó muerta a los pies de Jona, que fusiló el 1-0. Apenas unos segundos después pudo empatar el Córdoba en un disparo raso y centrado de Pedro Rios que detuvo con apuros Juan Carlos, que también sacó un remate muy complicado de Florin tras una combinación de Pedro Ríos y Dalmau. Con el pleito en vías de enloquecimiento, Razak hizo el paradón de la tarde a Jona, que rozando el fuera de juego remató a tres metros de la línea de gol. A la vista de los acontecimientos, Oltra sacó del campo a Pineda y dio entrada a Xisco. Poco tardó en llamar a filas a Nando, que sustituyó a un incómodo Fidel.

Los planes de reacción se emborronaron de mala manera en el minuto 69 tras una jugada tragicómica. Un balón en globo sin aparente peligro llegó a los pies de Deivid, que ante la llegada en carrera de César Díaz optó por una tranquila cesión a Razak. La cuestión es que el africano iba a media salida y el central, que la tocó sin mirar, terminó poniéndosela franca al futbolista del Albacete, que vio todo el episodio relamiéndose de gusto y terminó remachando a la red el 2-0. Una pifia letal que se lo puso ya casi inalcanzable al Córdoba. Markovic, tras un servicio de Florin, pudo recortar la distancia pero Juan Carlos engarzó una parada más a su excelente tarde. Los cordobesistas seguían generando ocasiones, pero el Albacete se sentía fuerte con el resultado y asustaba en cada subida, pues la línea defensiva quedaba expuesta. El tramo final resultó más doloroso para el Córdoba por la expulsión de Sasa Markovic, que vio a falta de dos minutos la segunda amarilla por una acción de mano absurda. Sampedro consumió los instantes finales con un cambio en el que hizo debutar en Segunda con el Albacete a un jugador cordobés, el centrocampista palmeño Manuel Miquel, un chico al que un día ya bautizó en la categoría en El Arcángel un tal Juan Eduardo Esnáider. Recuerden aquellos tiempos y compárenlos con los actuales. Por si les apetece aliviarse, más que nada.

FICHA TÉCNICA

ALBACETE, 2: Juan Carlos, Gonzalo (Pulido, 64'), Agus, Antoñito, Paredes, Díaz, Núñez, Santi Jara (Miquel, 90'), Edu Ramos, Rubén Cruz y Jona (Jason, 70').

CÓRDOBA, 0: Razak, Albert Dalmau, Héctor Rodas, Deivid, Domingo Cisma, Luso (Víctor Pérez, 75'), Markovic, Pedro Ríos, Fidel (Nando, 67'), Florin Andone y Jean Paul Pineda (Xisco, 58').

ÁRBITRO: Pérez Pallás (Colegio Gallego). Amonestó con tarjeta amarilla al local Edu Ramos y a los cordobesistas Razak, Domingo Cisma y Albert Dalmau. Markovic fue expulsado por doble amonestación en el minuto 88.

GOLES: 1-0 (52') Jona. 2-0 (69') César Díaz.

INCIDENCIAS: Encuentro correspondiente a la decimosegunda jornada del campeonato nacional de Liga Adelante, disputado en el estadio Carlos Belmonte ante 8.588 espectadores, con aproximadamente un millar de seguidores blanquiverdes desplazados a la localidad manchega.

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