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Pablo Villegas: “La guitarra es el instrumento más democrático”

Pablo Villegas, a la guitarra con la Orquesta | TONI BLANCO

Alejandra Luque

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El guitarrista clásico inauguró el Festival de la Guitarra el 1 de julio con el estreno de la obra Concierto popular do Río de Sergio Assad

Pablo Villegas (La Rioja, 1977) se ha convertido este año en el artista que dio el pistoletazo de salida a 11 días de música y danza. El pasado 1 de julio llenó el Gran Teatro con el estreno europeo de la composición Concierto popular Do Río, un encargo de Festival de la guitarra y de la Guitar Foundation of America (GFA). Además de abanderar el acto inaugural del Festival, Villegas ha impartido el curso La guitarra sinfónica.

Villegas es definido por la prensa internacional como el sucesor de Andrés Segovia, considerado éste como el padre del movimiento moderno de la guitarra clásica. Además de dedicar en cuerpo y alma a su carrera artística, Villegas es el fundador del proyecto filantrópico El legado de la música sin fronteras, cuya misión es acercar la música a niños y jóvenes de bajos recursos, como medio para humanizar su desarrollo personal y emocional y promover el entendimiento entre las diferentes culturas.

Pregunta: ¿Cómo ha sido la experiencia de tocar en el Gran Teatro de Córdoba?

Respuesta: Ha sido una experiencia muy emocionante por las diferentes circunstancias que hemos vivido. La primera, el inaugurar el Festival, y es que siempre es un honor participar de esta efeméride. La segunda, el estreno europeo de la coproducción del coencargo de la obra del Concierto popular do Río de Sergio Assad, lo cual me llena también de una profunda alegría. Y la tercera, el participar con todos los cordobeses de ese día que, al final, son ellos los que dan sentido al Festival y a mi música

P: ¿Qué es la guitarra clásica para usted?

R: La guitarra clásica española es la identidad de mi como músico y la identidad cultural de toda una región y de una cultura que es España. Representa todos esos valores tan ricos que nos hacen únicos y tan internacionales al mismo tiempo. La guitarra clásica en sus orígenes, con la vihuela, se exportó a toda Hispanoamérica y allí también se convirtió en un instrumento con el cual las raíces indígenas desarrollaron su propio lenguaje musical. Y eso es lo que ha hecho que la guitarra española, siendo un instrumento puramente vinculado a un país, se haya convertido en el instrumento más popular y democrático del mundo. Desde grupos de rock, pop, country, música popular, jazz.

P: En una entrevista comentaba que la “guitarra es una extensión de mis emociones”. ¿A Pablo Villegas le cuesta expresarse si una guitarra entre los brazos?

R: En absoluto. La guitarra me permite compartir mis emociones y no deja de ser una extensión de mi cuerpo y de mis emociones de una manera musical. Pero en la vida diaria, la palabra es el elemento más básico de comunicación a todos los niveles y, por supuesto, también el emocional.

P: ¿Cómo es el público fuera de España con la guitarra?

R: La gente del mundo adora la guitarra. Hay una conexión muy natural del instrumento con la gente, por eso digo que la guitarra es el instrumento más democrático porque es de la gente y para la gente. Es muy cercano y en todo el mundo alguien conoce a alguien que tiene una guitarra, y eso hace que sea un instrumento muy cotidiano para la gente. No hay que confundir esa cotidianeidad que tiene el instrumento con la gente con el gran valor que tiene y sus grandes capacidades expresivas para comunicarse con las personas. Creo que es un instrumento que une a pueblos, a civilizaciones, estilos, géneros y personas.

P: ¿Cómo se potencia en Nueva York la presencia de este instrumento?

R: De ninguna manera en especial. La guitarra viene a la vida cuando alguien la toca y es en ese momento cuando realmente su potencialidad habla por si misma, cuando consigue emocionar al público. Y, al final, es el artista el que consigue esa emoción. El instrumento en sí mismo se llena de tus emociones como un trampolín para mandarlas al público, pero realmente se potencia un instrumento a través del artista. En ese sentido, mi compromiso como guitarrista español es el potenciarla a través de mi arte, de mi consciencia y de mi trabajo. Me siento afortunado de tocar el instrumento más cercano a la gente.

P: Tiene un éxito inconmensurable. ¿Compensa ese reconocimiento la añoranza de no vivir en su país?

R: Son ya más años que vivo fuera de mi país que los que he vivido allí. Llevo 20 años viviendo en el extranjero: 5 en Alemania y ya llevo 15 años viviendo en Estados Unidos. Ha sido mi elección de vida el seguir el camino que he trazado. En ese sentido, me siento afortunado de haber recorrido el camino que he deseado recorrer. No siento especial añoranza de mi tierra porque yo soy mi tierra y viene conmigo. La comparto a través de mis conciertos y, por fortuna, varias veces al años visito España.

P: ¿Qué sería de Pablo Villegas sin El legado de la música sin fronteras?

R: Sería una parte incompleta de mi. Empecé con este proyecto en 2007 con el objetivo de inspirar a los niños y jóvenes que no tienen la capacidad o la posibilidad de verme en conciertos. Es la manera que encontré de acercarles la música en todos los colegios e instituciones. Y no sólo eso, sino después darles seguimiento a través de cursos de música y de guitarra. Es una parte importante de lo que soy como ser humano, como guitarrista y en estos momentos no puedo concebir mi vida profesional sin compartir mi música con ellos.

P: ¿Cómo es el trabajo que se realiza en ese proyecto?

R: Es un trabajo de ilusión, de esperanza, de ver lo mejor y todo el potencial que tienen todos ellos. es un trabajo ya de ocho años en los que hemos inspirado a más de 15.000 niños de la región de Tijuana, San Diego y La Rioja. Gracias al apoyo de muchas instituciones como la Obra Social La Caixa y de tantas personas que con su ilusión creen en el proyecto y hacen que algo que empezó como un deseo, ahora sea una realidad. Al fin y al cabo lo que yo represento como guitarrista y como músico demuestra que los sueños, con trabajo, esfuerzo, ilusión y actividad adecuada, se cumplen. Y el proyecto de El legal de la música sin fronteras no deja de ser otra parte de este sueño que se ha hecho realidad.

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