La Policía Local dejará de parecerse a la Nacional

El concejal Aumente anunció ayer una nueva estructura y organización del cuerpo en un encuentro con el personal del Área de Seguridad al que también asistió Isabel Ambrosio | Será el tercer cambio organizativo en cuatro años | Primarán las labores tradicionales por encima de las de Seguridad Ciudadana e investigación

A gobierno local nuevo, nueva estructura de la Policía Local. Se trata de una regla no escrita, pero que se viene repitiendo en los últimos años en el Área de Seguridad y esta nueva corporación va a seguir la tradición. Así lo anunció ayer el responsable político de la Policía Local, Emilio Aumente, en el transcurso de un encuentro corporativo, al que también asistió la alcaldesa, Isabel Ambrosio, con agentes y bomberos y que se concretará en los próximos meses, señalaron las fuentes consultadas por este medio.

¿En qué consiste este cambio? Básicamente en volver a las labores tradicionales de la Policía Local y su relación con los ciudadanos. ¿Qué va a cambiar? Tanto la estructura como la distribución de las labores de los agentes. Bajo el gobierno local del PP se primaron las labores de investigación y el personal destinado a labores de Seguridad Ciudadana (identificación y vigilancia de manifestaciones por citar un ejemplo), competencias éstas que coinciden, y en ocasiones chocan, con las que le corresponden al Cuerpo Nacional de Policía.

Entiende el nuevo gobierno local que éstas son competencias impropias para la Policía Local y que deben retomarse y primar labores de cercanía con el ciudadano como la regulación del tráfico, la presencia en barrios, la resolución  de problemas en la vía pública, la gestión de incidencias... y eso implica tocar la estructura y la distribución de equipos, algo que se va a afrontar a corto-medio plazo, tal y como se anunció ayer en el encuentro con los agentes y mandos del Área de Seguridad.

Otro de los puntos que preocupa es precisamente la estructura de mando de la Policía Local y más concretamente su edad. En menos de diez años, el 80% de los actuales jefes estará jubilado o a punto de hacerlo y existe una preocupante falta de recambio para la promoción interna debido a la falta de preparación universitaria de gran parte de los mandos intermedios, lo que frena sus posibilidades para acceder a los puestos de más categoría. Junto a esto, la edad plantilla también es motivo de preocupación; incluyendo a los mandos la mitad de la plantillla iguala o supera los 45 años.

En este sentido, la falta de promociones de empleo de los últimos años ha agudizado el problema y ésta fue otro de los temas que se abordó en el encuentro celebrado ayer en el que formuló el compromiso de buscar soluciones para la falta de recursos humanos y materiales con los que actualmente se encuentra la Policía Local. Este compromiso comenzará a concretarse a partir de la próxima semana en la que está previsto que Aumente inicie una ronda de contactos con los sindicatos policiales para comenzar a definir estrategias y propuestas operativas.

Tres cambios en cuatro años

La estructura de la Policía Local va camino de concretar su tercer cambio organizativo en los últimos cuatro años. El primero llegó de la mano del PP, con Ana Tamayo al frente del Área, cuando se copió el modelo policial de Málaga y otras capitales dividiendo la ciudad en cinco distritos operativos. Poco duró el sistema, al igual que la gestión de Tamayo. Un año después, y ya con Carmen Sousa al frente, se volvió a tocar la estructura y los servicios operativos y se anunció que los agentes tendrían mucho más protagonismo en las labores de investigación y Seguridad Ciudadana.

De esta manera, se apostó por una estructura con mucho más peso en labores judiciales. En esa estructura se integraron los servicios de Atestados y de la Unidad de la Mujer, que dejó de ser una unidad independiente y se sumó a esta macroestructura en la que se primó “la respuesta rápida”, a través de las unidades del 092, ante eventos, concentraciones y sucesos en la vía pública. Junto a ella se separó la labor administrativa creando una especie de bicefalia operativa que ahora, y vistas las declaraciones del nuevo responsable de Seguridad, tiene los días contados.