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Piden penas de hasta 12 años por un secuestro en Baena

Vista de la Audiencia Provincial de Córdoba| MADERO CUBERO

Manuel J. Albert

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Los tres secuestradores exigían 100.000 euros, una furgoneta y 100 gramos de cocaína, como rescate | La Guardia Civil liberó al rehén cuando se iba a hacer el pago

El Fiscal pide penas de 12 años de prisión a dos acusados de secuestrar a un hombre en Baena a punta de pistola para pedir un rescate de 100.000 euros, una furgoneta y 100 gramos de cocaína por él. A una tercera acusada le solicita nueve años de cárcel por el mismo delito, ocurrido en 2012. El juicio se celebrará el 11 de junio a las 10.00 en la Sección Segunda de la Audiencia.

Según reza el escrito de la acusación, remitido por el Ministerio Fiscal, los hechos comenzaron en Baena el 29 de octubre de 2012. Ese día, por la noche, los procesados J. M. M. B. y J. P. M, aprovechando que eran personas conocidas de la víctima, la abordaron cuando ésta entraba en su coche. Le rodearon y se metieron en el vehículo con él. Una vez dentro, le dijeron que todo todo se trataba de “un susto” que querían darle al padre de la víctima para que pagase una deuda que tenía con J. M. M. B.

Eso sí, el susto se lo dieron a punta de “una pistola detonador marca Blow, modelo Magnum,con cargador pero sin munición, con el número de serie parcialmente borrado y modificada para disparar munición metálica”, señala el escrito del fiscal. “Los procesados se pasaban continuamente la pistola el uno al otro para que la víctima pudiera verla en otro momento y se acobardara”, añade el Ministerio Público.

Así encañonado, el secuestrado fue llevado en su propio coche hasta Córdoba. En un primer momento J. M. M. B. era quien conducía pero al llegar a los alrededores de Castro del Río, obligaron a la víctima a pasarse al asiento del piloto y conducir hasta Córdoba. A las afueras, J. M. M. B. obligó de nuevo al secuestrado a cambiar de asiento y pasar al trasero junto a J. P. M. En ese momento, le taparon la cabeza con un jersey para que no pudiese ver hacia dónde iban. Tras una hora circulando, se detuvieron y encerraron a la víctima toda la noche en una nave industrial.

Al día siguiente, los secuestradores se pusieron en contacto con la familia del retenido a la que exigían 100.000 euros a cambio de ponerle en libertad sin hacerle daño. Además, le pidieron que le transfiriera la titularidad de una furgoneta de su propiedad y 100 gramos de cocaína. Todo eso, a cambio de su hijo.

La mañana del día siguiente, 30 de octubre, entró en acción la tercera procesada, M. J. M. L., esposa de J. M. M. B. La mujer se desplazó hasta la casa del padre de la víctima. Allí se encontró con la madre del secuestrado y a ésta le reclamó que su esposo -y padre del rehén- tenía que abonar una cantidad en metálico a cambio de su libertad. “Lo que tiene que hacer tu marido es dar el dinero”, le soltó, según recoge el escrito del fiscal.

Finalmente, y en el transcurso de las llamadas telefónicas que estaban haciendo,

J. M. M. B. y J. P. M, acordaron con un tío de su secuestrado que el pago exigido se haría en una gasolinera de la carretera N-432, a la entrada de Córdoba. Tras recibir el dinero, la furgoneta y la cocaína liberarían a la víctima. A las 22.00 de esa misma noche J. M. M. B. y J. P. M. condujeron el coche de la víctima al punto de encuentro. Hasta allí llegó también el tío de la víctima, acompañado de la esposa de J. M. M. B. con la furgoneta que iba a entregar como rescate. Pero en ese momento, se activó un dispositivo de la Guardia Civil preparado para esa operación, que detuvo a los secuestradores, a su cómplice y liberaron al rehén.

La Fiscalía pide 10 años de cárcel a J. M. M. B. y J. P. M. y nueve a M. J. M. L. por secuestro. Además, suma otros dos años a J. M. M. B. y J. P. M. por tenencia ilícita de arma prohibida.

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