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Rafael Blázquez: “La movilización no basta, hay que entrar en las instituciones”

Rafa Blázquez | MADERO CUBERO

Manuel J. Albert

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Rafael Blázquez, el candidato de Ganemos a la alcaldía de Córdoba, tiene un enorme currículum de activista social. En esta entrevista cuenta cómo siendo crío se plantó con unos amigos del Parque Cruz Conde en un Pleno municipal para pedir un local social para los jóvenes. Eso solo fue el principio. Integrante del movimiento de insumisión al servicio militar obligatorio en su juventud, Blázquez no ha dejado de formar parte de colectivos: la plataforma del 0,7% en los noventa, el No a la Guerra, el 15M y Stop Desahucios son hitos en su carrera reivindicativa en defensa de causas ecologistas, pacifistas y sociales.

Blázquez confiesa que nunca se había planteado dar el salto a la política pero hace un mes fue elegido alcaldable por una agrupación de electores que se ha gestado en el Colectivo Prometeo y el Frente Cívico, ambos impulsados por Julio Anguita. Ganemos nació tras un largo e intenso proceso asambleario en el que se planteó una convergencia, finalmente truncada, con Izquierda Unida, también fundada por Anguita. En parte, en aquel fracaso tuvo que ver el hecho de que Ganemos decidiese presentarse no como un partido, sino como una agrupación de electores sin siglas ni símbolos añadidos. Una decisión que implicaba una contrapartida: tener que recoger 5.000 avales entre la ciudadanía. Algo que nunca antes se había hecho en la ciudad para unas elecciones municipales y que muchos ponían en duda.

Pero lo lograron.

PREGUNTA. Habéis tardado. Algunos pensábamos que apurabais mucho y que lo mismo no llegabais a presentaros. No solo por tener que recoger 5.000 avales sino por los plazos tan justos que manejáis. Pero ya estáis aquí.

RESPUESTA. Ya estamos. Ha habido mucha gente que pensaba que no llegábamos y ha habido gente que no quería que llegásemos. A pesar de unos y de otros aquí estamos.

P. ¿A quiénes te refieres?

R. En alguna declaración me ha dado la impresión de que algún supuesto competidor en las elecciones hubiese preferido que no lo hubiésemos conseguido ni que nos hayamos convertido, finalmente, en una opción más para las elecciones. Hay mucha gente que, efectivamente, ponía en duda la capacidad de movilización o incluso el apoyo popular al tipo de propuesta que representa Ganemos Córdoba. La verdad es que ha sido un proceso muy ilusionante que, a nivel interno, nos ha servido para crecer como equipo. Pero también nos ha servido para hablar con muchísima gente en la calle, escuchar sus propuestas y que nos trasladen su apoyo. Todo eso tendrá un proceso multiplicador en las urnas porque por cada persona que ha firmado un aval, hay un entorno familiar y social que se verá involucrado en ese entusiasmo.

P. ¿Ganemos no es la constatación de que la izquierda se presenta una vez más separada? Tal vez más, incluso, que otras veces.

R. Hay gente que lo piensa. Esto es difícil plantearlo en los términos clásicos de izquierda sin más. Yo no renuncio al término izquierda en el sentido de lo que ha representado históricamente: estar con los desfavorecidos y plantear la redistribución de la riqueza. ¿Pero por qué no hacemos hincapié en esa definición? Porque ha sido muy manipulada. Desde esa perspectiva, lo que representa Ganemos Córdoba no lo representa nadie más. La propuesta de Ganemos Córdoba no divide, sino que es genuina. Es una propuesta diferente, que nace de la base y que critica a los políticos profesionales. Rechazamos las estructuras profesionalizadas en las que se han constituido los partidos convencionales, sean del cariz que sean. Por eso, creo que esa división de la que se habla es solo aparente porque lo que representamos nosotros no lo representan otros, tengan la etiqueta que tengan. Nosotros hacemos una llamada a todos los que, de verdad, apuesten por un cambio profundo en las estructuras de organización política, en los procesos participativos. Y cada cual que le ponga a eso la etiqueta que mejor le parezca.

Ha habido mucha gente que pensaba que no llegábamos a estas elecciones y ha habido gente que no quería que llegásemos

P. Creo que las exigencias que planteaba la Asamblea de Ganemos a Izquierda Unida eran difícilmente asumibles para esta formación en Córdoba, como así fue. Pero, ¿crees que se podía haber hecho un esfuerzo entre todos para tratar de llegar a un punto medio que lograra una candidatura en común?

R. (Silencio) La primera asamblea a la que asistí en Ganemos ya había superado ese proceso del que hablas. Pero yo había estado siguiendo el proceso muy de cerca y sé muy bien qué se dijo, qué cosas ocurrieron y cuáles fueron las relaciones de fuerza. Opino que si alguien quiere estar en un proceso de convergencia y tiene una decisión muy clara de que eso es prioritario para su propuesta política, puede estar. Y si no está, es porque hay otras cosas que le son prioritarias. Y yo lo respeto. Respeto a la gente que no quiera estar en ese proceso de confluencia. Pero no puedo admitir que lo que se plantease fuese imposible de asumir. Entiendo que lo que Ganemos Córdoba ponía encima de la mesa no fuese lo más cómodo para alguna formación, esa que me estás planteando en concreto. Pero si esa formación tomó la decisión de no estar, es porque tendría otras prioridades que están por encima. Yo lo respeto y no tengo nada más que decir. Que cada cual lo califique.

P. ¿Calificarías a IU como casta?

R. Es un término que no suelo utilizar. Y en IU tengo a gente a la que quiero y respeto mucho, mucho, mucho. Pero también hay gente ahí dentro que representa lo que comúnmente se ha denominado casta. Porque algunos son profesionales de la política. La política no debe profesionalizarse de esa manera. Uno ha de pasar por ella de manera transitoria y de distinta manera a como se ha venido haciendo. Sí es verdad que hay gente que entiende la política como una forma de ganarse la vida, de garantizar una nómina y tirarse años y años presentándose y volviéndose a presentar. Yo no comparto eso y la mayoría de los compañeros de Ganemos tampoco. En general, creo que en Córdoba y en este país hay un montón de gente que está absolutamente harta de esa historia. Creemos que parte de lo que ha pasado se debe a esa manera de entender la política, a esa profesionalización y a esa forma de anclarse en los sillones. Esa es una de las cosas que hay que cambiar.

P. ¿Cuál es tu situación laboral y profesional? ¿Qué plazo te das de permanencia en la política institucional y qué harás después?

R. Soy educador ambiental. Trabajo con contrato desde hace muchos años en el Aula de la Naturaleza de la Asomadilla, del Jardín Botánico de Córdoba, con chavales a los que zamarreo sus conciencias hablándoles del medio ambiente y sus problemas. Y cuando acabe mi paso por esta etapa de política institucional no me preocupa qué voy a hacer. Me da igual. Me preocupa lo que estoy haciendo ahora y la etapa que se me abre. Desde muy pequeño me he buscado la vida y me las he apañado. Por eso, estoy convencido de que saldré adelante. Si puedo volver al trabajo que he estado desempeñando hasta ahora, estaré encantado porque es un trabajo que me apasiona. Y si no es esa la opción, me da igual. Pero quiero dejar claro que no voy a condicionar los pasos que dé ahora pensando en lo que haré dentro de cuatro años. No. Lo que voy a hacer es implicarme en este compromiso que estoy adquiriendo con el pueblo de Córdoba.

Lo que representa Ganemos Córdoba no lo representa nadie más

P. En estos cuatro años, en líneas generales, crees que se podría dar esa convergencia de la que hablábamos antes. Porque formáis parte de una familia común. Hasta el impulsor es el mismo: Julio Anguita.

R. Los cambios que tenemos que hacer en esta ciudad, por la situación que tenemos ahora pero también por la que nos viene, son de tal envergadura que solo los podremos acometerlos con la implicación de cuanta más gente mejor. No solo de esa familia a la que aludes [IU], sino de toda la gente que de verdad esté dispuesta a luchar hombro con hombro para hacer frente a lo que tenemos delante. Las posibilidades están ahí, tenemos la obligación de asumir responsabilidades. Tanto la gente de las instituciones como de los colectivos tenemos la obligación de cooperar. Pero de la misma forma que la tienen las distintas administraciones, sean locales, autonómicas o estatales. Y no lo están haciendo porque se están rigiendo por intereses partidistas y políticos en el peor sentido de la palabra. Hay que romper con todo eso. Nosotros planteamos una transformación de calado y ahí puede sumarse la gente que quiera. Insisto, hacemos el llamamiento de que aquí cabe todo el mundo que quiera caber. Quien no lo quiera o quien tenga otras prioridades no va a estar. Pero es problema de cada uno y de su conciencia.

P. En Ganemos Córdoba sí han cabido partidos como Podemos o Equo con militantes a título particular. ¿Es Ganemos Córdoba una marca blanca de Podemos?

R. No lo es. De hecho es algo mucho más rico. Hay gente de Podemos en Ganemos; y de Equo también. Y hay gente como yo que no está ni en Podemos ni en Equo que también estamos en Ganemos. Todo el mundo está aportando lo mejor que tiene. Creo que está saliendo algo mejor, de más calado y más interesante que las propuestas individuales que representan las opciones que has planteado.

P. La figura de Julio Anguita, ¿qué representa para ti?

R. Es un icono. Yo le conocí cuando tenía 15 años y un grupo de chavales del Parque Cruz Conde asistimos a un Pleno que se celebraba entonces en la calle Pedro López, en una sede provisional del Ayuntamiento. Al final de la sesión sacamos una pancarta reclamando un local donde poder encontrarnos, reunirnos y trabajar los jóvenes. Anguita se nos acercó, nos saludó, se interesó por nuestras demandas y nos aseguró que algo iban a hacer. Nos ayudaron con 15.000 pesetas y pudimos abrir durante unos meses una sede con mucho esfuerzo. Ahí conocí yo a Anguita. Julio representa para mucha gente una forma honesta y coherente de ejercer la política. Una persona respetada por gente que incluso que no comparte su opción ideológico. Yo me sumo a ese respeto. Fue una de las personas que, además, empujó desde abajo para que se pusiese en marcha este proceso que ha cristalizado en una nueva candidatura a las municipales, en un proceso de cambio para toda la ciudad. Es una persona a la que uno se siente obligado preguntar para que le aporte todo lo que sabe en este proceso que estamos arrancando. Otra persona por la que siento un profundo respeto y a la que tengo presente es otro exalcalde: Manuel Pérez.

Los cambios que tenemos que hacer en esta ciudad son de tal envergadura que solo los podremos acometerlos con la implicación de cuanta más gente mejor

P. Dentro de ese trabajo desde abajo del que hablabas, están implicados los colectivos de base, como Stop Desahucios. Tú fuiste uno de sus portavoces y hoy eres candidato por Ganemos. Otra de sus caras visibles, Rafael del Castillo, es número tres por IU. ¿Stop Desaqhucios es una cantera?

R. Nunca me hubiese planteado algo como lo que estoy haciendo ahora. Llevo más de 30 años en movimientos sociales y nunca había estado tentado por nada por el estilo. Ahora me he sentido con la obligación y la responsabilidad de dar el paso. Y en el proceso de Ganemos, quien marca la pauta es nuestra compañera Ada Colau. Ella tuvo esa visión de dar ese paso para atestiguar que la situación era tal, que la movilización social no era suficiente. No tenemos más remedio que articular estructuras que, sin renunciar a nada de lo que estamos haciendo, nos permitan entrar en las instituciones. Porque no tenemos tiempo que perder. La situación es de emergencia social. Tenemos que dar el paso. Ada Colau abrioó esa línea e inmediatamente un montón de gente por todo el país entendió el mensaje y también ocurrió en Córdoba. En conversaciones anteriores a que Colau diera el paso, tratamos juntos el nuevo escenario político que se abría. Pero ni a ella ni a mí nos atraía especialmente ese trabajo institucional. Pero es que no hay más remedio. Hay que asumir esa responsabilidad y dar el paso. Ada marcó la línea muy bien y hemos tratado de seguir esa estela desde muchos sitios y cada uno aportando sus matices.

P. Hablas de una situación de emergencia social. ¿Cuál sería tu primera medida política y de gestión en Córdoba si accedes al cargo de alcalde?

R. (Piensa) Hay que hacer una declaración de calado para que se vea muy claramente que el Ayuntamiento de Córdoba va a estar defendiendo los derechos humanos en esta ciudad. Eso no se va a negociar. Y quien intente pisotear esos derechos en base a leyes que incluso están condenadas por tribunales europeos, tiene que saber que enfrente va a tener al Ayuntamiento de Córdoba. El Consistorio tiene que alinearse con el pueblo. Esa declaración institucional tiene que ser de calado porque tiene que marcar la pauta de las siguientes medias a poner en marcha. Hay que ponerse a negociar con las entidades financieras que son las propietarias de un montón de viviendas vacías en esta ciudad. Y el problema de la vivienda no vamos a poder solucionarlo sin tener en cuenta todas esas casas vacías que ya existen. Hay que hacerlo negociadamente pero desde una posición firme. Y siempre de forma consensuada y de la mano de los colectivos, como la plataforma Stop Desahucios, que es la que tiene la experiencia en ese tipo de negociaciones.

Ni a Ada Colau ni a mí nos atraía especialmente este trabajo institucional. Pero es que no hay más remedio. Hay que asumir la responsabilidad y dar el paso

Tenemos que dar agua a gente que no la tiene. Una de las primeras cosas que me encantaría hacer es ceder el Rey Heredia, cumpliendo ese compromiso municipal. Y que su comedor popular pueda volver a abrir sus puertas. Estaría encantado de darle agua al Rey Heredia. Por otro lado, hay que apoyar los servicios sociales en lo que se puede. Es cierto que las competencias básicas no son municipales, que son autonómicas, pero el Ayuntamiento puede hacer mucho, tiene margen para mejorar esos servicios sociales y esa atención que se hace a las familias que están en situación de emergencia social. Y hay herramientas para presionar y que las administraciones competentes hagan más en este asunto. En definitiva, hay que ponerse del lado de la gente.

P. ¿Qué modelo de ciudad tienes en la cabeza?

R. Me gustaría una ciudad basada en los ejes que tenemos planteados en nuestro marco programático de Ganemos. Una ciudad sostenible, con todo lo que eso representa. Una ciudad democrática, transparente y con un sentido de participación ciudadana que ya distinguió a Córdoba, porque fue pionera en esa materia. Un reglamento que, por cierto, se incumple sistemáticamente. Me gustaría una Córdoba solidaria, cultural y volcada en la educación y en la creación de empleo. Con un eje transversal en cuanto a la igualdad de género. Me gustaría una Córdoba inclusiva con la gente. Para lograrlo no es tanto un tema de competencias municipales, que son las que son porque los gobiernos de este país nos lo han impuesto. Es posible que legalmente las competencias sean unas pero moralmente la competencia mayor de un Ayuntamiento es estar del lado del pueblo. Hay competencias que tenemos y que hay que exprimir al máximo y otras que no son nuestras pero para las que sí podemos presionar e influir.

P. Os acusan de inexpertos...

R. En el Ayuntamiento de Córdoba trabaja un montón de gente, funcionarios, personal laboral, interinos, gente con capacidades diuversas que hacen que los servicios de esta ciudad funcionen. El papel del político no es ser ingeniero en algo concreto, su papel es otro. Lo que ocurra en esta ciudad dependerá de la gestión política y también de algo que es muy importante. La implicación de esos trabajadores del Ayuntamiento y de los organismos municipales. No podremos acometer la transformación que queremos de esta ciudad sin la implicación de los trabajadores municipales. Y yo, que trabajo en un organismo municipal, estoy convencido de que vamos a poder ponerlos de nuestro lado y a implicarlos en esa tarea. Lo que tenemos claro es que no queremos gente que tenga experiencia en la política profesional. Estamos en contra de eso. Algunos lo plantearán como una desventaja, pero yo le pido a esos que miren a su alrededor y vea lo que está pasando en este país: un escándalo tras otro protagonizados por gente con muchísima experiencia política, gente muy anclada en esa profesión que algunos llaman la casta. Si nos van a acusar de no formar parte de esa historia, desde luego, yo diría que a mucha honra: ni yo ni mis compañeros formamos parte y no queremos formar parte de eso.

P. Os acusan de populistas...

R. La palabra populismo tal y como se está utilizando últimamente empieza a quedar vacía de contenido porque es un arma arrojadiza que sirve para casi todo. ¿Qué es lo que me quieren decir con eso de populismo? ¿Qué quieren decir, que lo único que se puede hacer es lo que ellos haces? ¿Qué la única política defendible es la que están defendiendo? Porque la política que defienden esas opciones mayoritarias es lo que nos ha llevado hasta este punto. La gente tiene que saber que la crisis-estafa que vivimos se parece poco a otras situaciones de crisis del pasado. Una crisis que tiene un entramado muy grande que se ha enredado mucho con todos los acuerdos internacionales suscritos y los procesos de globalización. Y ahí tenemos el resultado: polígonos industriales desmantelados con medianas y pequeñas empresas desaparecidas, con autónomos que se ven con un pie en el cuello para continuar con su actividad. Una ciudad en la que cualquier emprendedor lo tiene más que difícil. Eso es lo que ellos han conseguido. Si populista es estar en contra de todo eso, yo soy populista.

Lo que tenemos claro es que no queremos gente que tenga experiencia en la política profesional

Es cierto, nos van a acusar de ser populistas, pero la gente tiene que analizar que, si solo lo que los partidos tradicionales dicen qué es lo que se puede hacer, vamos directos al abismo. Pero todavía estamos a tiempo de hacer las cosas de manera diferente. Desde luego, jamás llegaremos a una situación en la que cada cual tenga tres relojes de oro y cinco apartamentos en la playa. No, eso no va a ocurrir. No se le puede prometer eso a la gente porque eso no va a ocurrir. Pero todos podemos tener un techo, servicios sociales, educación y servicios públicos. Aunque se nos está acabando el tiempo. Si no no acometemos la transformación y la transición necesaria en nuestras ciudades y en nuestro país, vamos a ir a una situación mucho peor de la que tenemos. Y al final, lo que nos propondrán poco más o menos será que nos matemos los unos a los otros. Nos buscarán enemigos, nos dirán que la única solución es embarcarnos en aventuras militaristas y que haciendo eso salvaremos lo que tenemos. Y Ganemos es una opción muy válido para iniciar una transformación desde abajo que evite todo eso.

P. Ganemos aspira a ganar. Pero para eso necesita una horquilla de votos muy amplia, no solo de su caladero natural. Córdoba es una ciudad muy particular donde han gobernado durante mucho tiempo la izquierda. Pero guarda un fuerte poso conservador, tradicional, casi folclórico. Hablo de peñas, hermandades y ese mundo con el que, por otro lado, se han volcado algunos de los últimos alcaldes que hemos tenido.

R. A ver, ese mundo es algo que forma parte de nuestra ciudad. Eso es indiscutible. Es parte de la esencia de Córdoba. Puede gustar más o menos pero ese mundo es parte esencial. Y dentro de ese mundo hay gente que tiene sus distintas opciones políticas. Y tiene distintos problemas como todo el mundo, algunos trabajan, otros están en paro e independientemente de que estén en esos ámbitos, harán sus reflexiones y se inclinará por una u otra opción política. Lo que desde ganemos Córdoba les vamos a decir es que abra los ojos. Hacerles ver que las opciones políticas mayoritarias tienen responsabilidad en todo lo que nos está pasando a la ciudad y a ellos también. Y eso no se puede desligar.

Uno ya no se puede mantener al margen como hasta ahora. Hay que decir hasta aquí hemos llegado

No se puede plantear que el Ayuntamiento no es responsable de la ley hipotecaria. Porque ese partido que gobierna y otros son los mismos partidos que han estado permitiendo que a centenares de miles de familias se las eche a la calle y que además se queden con una deuda de por vida. Han amparado que eso ocurra. Pedimos a esos colectivos que hagan esa reflexión, que no cierren los ojos a todos esos escándalos de corrupción y financiación ilegal. A esa gente que está en ese mundo de las peñas y las asociaciones y que, además forman parte del encanto de esta ciudad, les pedimos que sigan con sus actividades -que habrá que seguir potenciando porque forman parte de nuestro ADN- pero que abran los ojos y se impliquen. Se lo pedimos a ellos y a todo el mundo. Uno ya no se puede mantener al margen como hasta ahora. Hay que decir hasta aquí hemos llegado. Y una de las opciones es votar a Ganemos e implicarse en las asambleas abiertas que tenemos. Lo único que tienen que hacer es asistir.

P. En Córdoba tenemos un debate público por la política de la Diócesis que ha inmatriculado bienes que muchos consideran públicos. El más significativo es el de la Mezquita

R. La titularidad de la Mezquita y de otros bienes que se han inmatriculado es pública. Y es inaceptable que sea de otra manera. Toda la gente del pueblo de Córdoba debe de entender que eso es innegociable. Es del pueblo de Córdoba y no puede ser que una entidad privada se la atribuya como propia gracias a una legislación concreta. A los católicos les pido que no se dejen enredar en debates paralelos ni en insinuaciones ni en difamaciones que están surgiendo en este debate. La gente debe de enfrentarse a este debate con calma y escuchado cómo se ha hecho este proceso de inmatriculaciones. Defender la titulardiad pública no es posicionarse en contra de la Iglesia, aunque quiera hacerse pensar lo contrario. Es posicionarse en contra del empecinamiento de querer seguir esa línea. Una cosa es la titularidad y otra cosa es la gestión. En cuanto a la gestión de la Mezquita Catedral, creo que ha de ser consensuada y estoy convencido de que puede haber un modelo de gestión distinto al actual pero acordad entre las partes. Estoy convencido de que más pronto que tarde las aguas volverán a su cauce y esto volverá a ser lo que nunca debió de dejar de ser: un edificio del pueblo.

P. Terminamos la entrevista y no te he preguntado por pactos después de las elecciones. ¿Me quivoco si digo que no os veo pactando con nadie?

R. No te equivocas si nos ves no claudicando en las cuestiones que nos preocupan. Por el propio proceso que nos ha generado, claudicar es impensable. Ganemos no va a renunciar a las cuestiones que defiende. Si hay gente que esté dispuesta a sumarse, mejor. Porque como he dicho, las transformaciones que queremos hacer requieren de cuanta más gente mejor. Ganemos Córdoba no va a renunciar a eso. Pero no hemos contemplado ni analizado ningún escenario que no sea estar en la batalla y en la calle. Recuerda que los únicos medios que tenemos son las cuotas de nuestra gente y nada más. Vamos a tener muy poco tiempo para contarle a mucha gente lo que queremos hacer. Estamos convencidos de que hay un montón de gente que está hasta las narices de lo que está pasando en el mundo, en este país y en esta ciudad. Gente que quiere hacer cosas distintas, que está preocupada por lo que está sucediendo y por lo que puede venir. Lo que ocurra después del 24 de mayo dependerá de mil cosas y entonces ya veremos. Pero lo que sí te pronostico es que no renunciaremos a ninguna de las cuestiones fundamentales que estamos defendiendo.

La titularidad de la Mezquita y de otros bienes que se han inmatriculado es pública

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