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José Antonio Romero: “Me va un mestizaje entre Del Bosque y Mourinho”

Jose Antonio Romero | MADERO CUBERO

Paco Merino

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Aparece cargado de bolsas y carpetas, como si estuviera a punto de irse de viaje. Pero se queda. Es uno de los pocos en este Córdoba CF en permanente reconversión por cuya continuidad uno podría apostar. José Antonio Romero Morilla (La Roda de Andalucía, Sevilla, 1959) es un one club man, un hombre de club que lleva dos décadas de servicio a la entidad sin haber defendido nunca sus colores como futbolista. Es lo único que no ha hecho en El Arcángel, un escenario que para él no guarda secretos. Conoce hasta el último de los rincones. Sabe dónde está cada despacho en el que se deciden destinos, cada puerta recién pintada, cada esquina en la que se cuchichean soluciones tópicas para problemas típicos, cada gotera. Después de despedir a dos ex futbolistas de alto rango como Albert Ferrer y Miroslav Djukic, incapaces de convertir al equipo blanquiverde en un aspirante creíble a la permanencia, el Córdoba ha lanzado los dados con el nombramiento como jefe de un hombre cuya principal virtud es decir sí a cada reto que se la plantea desde la dirección.

Romero ha dirigido equipos de niños en campos de albero, coordina las bases del club, adiestró a la mejor generación de juveniles de los últimos tiempos, lideró una salvación milagrosa del filial en Segunda B y ha sido nombrado director de la nueva Ciudad Deportiva del Córdoba CF antes de que se haya puesto ni siquiera la primera piedra. El presidente Carlos González le tiene en un pedestal. Y, como si fuera un santo, le ha encargado un milagro. Ahí tiene al Córdoba, con un grupo de jugadores que intenta convertirse en equipo, colista de la categoría, metido en una racha negativa sin precedentes en sus sesenta años de historia y señalado unánimemente como un cadáver futbolístico. “Esto debe motivarnos aún más”, asegura Romero, un devoto y practicante de los métodos de control mental, gestión emocional y herramientas variadas para extraer de uno mismo la mejor versión. ¿Valdrán sus métodos para sacar al Córdoba de una situación con tintes irreversibles? Quedan unas semanas para comprobarlo. Romero habla de la “energia que hay que transmitir” mientras posa para la cámara en el banquillo de El Arcángel, donde su bautismo como entrenador de Primera resulta para muchos una imagen inconcebible. “No me gustan mucho las fotos”, dice con amabilidad, como disculpándose. “Pues si el Córdoba sigue en Primera División te van a freír”, le decimos. Y se ríe con ganas, quizá imaginándose la escena.

Yo empecé a ser entrenador sin haber sido antes futbolista de élite ni de alta competición. Eso siempre conlleva un añadido de dificultad. Eso va conmigo, en mi ADN"

PREGUNTA. Sinceramente, ¿esperaba entrenar en Primera?

RESPUESTA. No me lo esperaba, pero desde el primer momento acepté el reto. Tomé esta decisión. Siempre, desde que entré en el Córdoba, tenía en mente que podía llegar al primer equipo.

P. ¿Considera un problema el asumir este cargo?

R. No, no, en absoluto. Lo tomo como un desafío. Esto lo veo como una oportunidad de desarrollarme un poco más como persona y como entrenador.

P.  Pero no podrá negar que la situación es realmente problemática.

R. Bueno, los condicionantes que hay son difíciles. Pero eso yo lo sabía cuando acepté. Además, estoy acostumbrado. Yo empecé a ser entrenador sin haber sido antes futbolista de élite ni de alta competición. Eso siempre conlleva un añadido de dificultad. Eso va conmigo, en mi ADN.

P. Y encima le toca reconstruir un equipo que no funciona, algo muy distinto a construirlo desde el principio.

R. Bueno, se trata de una reconstrucción pero construyendo. Mi reto es dotar al grupo de una buena plataforma y estructura para que sea lo más consistente posible, para que tenga equilibrio y seguridad. Al jugador hay que dotarle de una mentalidad fuerte, determinación y convencimiento en los valores que lleva el Córdoba.

P. ¿Qué vestuario se encuentra cuando llega?

R. En el vestuario veo lo normal después de una mala racha larga y la destitución de un entrenador. Era una situación difícil, pero desde el primer momento detecté que había una gran disposición para poner ganas y seguir ayudando. Ellos tienen que dar el paso de aceptar que pueden mejorar, que pueden hacer más y ser más protagonistas.

P. Los anteriores entrenadores, Ferrer y Djukic, venían con un nombre de prestigio en el fútbol por su trayectoria como jugadores. Su caso es distinto. ¿Cómo encaja en esta situación? ¿Le ayuda o le perjudica ser para los futbolistas alguien desconocido?

R. Yo me pongo en su lugar y creo que puede ser bueno, porque yo represento al club y a sus valores. Les doy otra perspectiva del fútbol. Yo les ayudo a asumir eso y, sobre todo, a defenderlo y a llevarlo a cabo.

Ellos tienen que dar el paso de aceptar que pueden mejorar, que pueden hacer más y ser más protagonistas"

P. Es usted cordobesista.

R. Totalmente. En el momento en que estamos, creo que el mejor tratamiento para salir es dotar al equipo de unos valores y hacerle ver lo que significa este club. Si no tienes determinación no sabes a dónde vas. Necesitas una guía y un referente para poder salir de esta situación.

P. ¿Cuál es la receta para motivar a un equipo que no gana?

R. Respeto, responsabilidad y comunicación. Eso es lo primero.

P. Cuando un equipo está en una racha tan mala, ¿pueden los jugadores minusvalorarse?

R. Mi trabajo es precisamente evitar que se sientan así. Con los malos resultados, muchos se quedan encogidos, limitados. Hay que invitarles a que rompan esa barrera emocional y consigan su equilibrio. Es la manera para que recuperen una mentalidad combativa y competidora.

P. ¿Lo mejor es no mirar la clasificación y pensar sólo en lo que hay delante?

R. Perfectamente. Los partidos se empiezan a ganar en la cabeza. Ahí se gestiona todo.

P. ¿Cree en la suerte?

R.  Sí. Y creo que hay que estar buscándola continuamente. Hay que trabajarla y merecerla, aunque luego pueda tocar a unos o a otros. Nuestro deber como profesionales es poner trabajo, constancia y perseverancia. Y saber que la suerte está ahí y que te puede tocar, pero sin trabajo previo no hay nada.

Aunque parezca egoísta, pensé que el cogerlo yo era la mejor manera de hacer ver al futbolista directamente lo que significa el Córdoba, ponerse esta camiseta y todo lo que hay detrás"

P. El Córdoba y la suerte siempre han tenido relación, para bien o para mal.

R.  Es que el fútbol tiene esas circunstancias, tiene sus momentos. Al Córdoba le tocó la temporada pasada ese momento con el ascenso. En la actual todavía lo está esperando. Puede llegar, pero tenemos que trabajar en eso.

P. Si lo consiguen, entrarán en la historia del fútbol.

R. Bueno, así es. A mí me ha ocurrido. Yo he entrado en la historia del Córdoba en un momento en el que ni siquiera era una posibilidad que se podía estar barajando. Cada día, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, estamos escribiendo una historia y todos podemos ser protagonistas. No podemos dejarnos llevar.

P. Cuando las circunstancias son tan difíciles, ¿qué tipo de jugador conviene? ¿El de más talento futbolístico o el que más convencido está cuando sale?

R. El que tiene más convencimiento para trabajar. Esa es la vía para ganar los partidos. Trabajando y trabajando. Luego, en algunos momentos lo haremos con mayor brillantez o lucimiento, pero lo primero que hay que exigir al futbolista es implicación. Y en estos momentos, más.

P. Se dice -lo ha hecho desde el presidente hasta los propios futbolistas- que el Córdoba ha conseguido buenos jugadores, pero que no ha logrado ensamblar un equipo de verdad. ¿Está de acuerdo?

R. Ahí estamos, trabajando para conseguirlo. Lo han intentado los dos entrenadores que han pasado antes, tanto Chapi como Djukic, y ahora seguimos tratando de darle consistencia y creatividad para alcanzar la suma total del producto. Si nosotros creemos en lo que hacemos, la afición también lo hará y se verá un potencial suficientemente energético.

Ghilas y Cartabia son dos jugadores muy buenos técnicamente, que están en una fase en la que pueden mejorar porque su aportación al colectivo no ha sido la más idónea"

P. Pero con tantos jugadores extranjeros y cedidos se hará complicado hablarles de compromiso y valores de un club en el que están de paso.

R. Sí, pero es nuestro deber y nuestra obligación hacerles entender dónde están y que esto es una plataforma importante para ellos. Cuando salgan de aquí lo harán con un crecimiento personal y deportivo, además de credibilidad como jugadores cuando regresen a sus clubes de origen.

P. Muchos llegaron siendo niños y se irán como hombres.

R. Así será, porque viven momentos del fútbol que no han vivido en otros sitios. Estoy convencido de que serán mejores futbolistas cuando salgan.

P. No parece que ayude mucho el carecer de referencias de la casa. Ahora sólo hay un cordobés en la plantilla, Fede Vico, y además está prestado por el Anderlecht. Usted le entrenó cuando era juvenil.

R. Es lo que nos ha tocado. Son circunstancias del fútbol y hay que trabajar así. Por eso es fundamental que los jugadores entiendan la identidad y los valores el club. Al Córdoba lo tienen que defender con responsabilidad, respeto, honradez y orgullo. Tienen que tener confianza para afrontar los partidos.

P. ¿Y no es paradójico tener un entrenador de la casa con una plantilla tan internacional?

R. Bueno, así sucedieron las cosas. El consejo de administración y la dirección deportiva estaban buscando soluciones y, aunque parezca egoísta, pensé que el cogerlo yo era la mejor manera de hacer ver al futbolista directamente lo que significa el Córdoba, ponerse esta camiseta y todo lo que hay detrás. Necesitamos, más que nada, la unión. Y para eso necesitamos una referencia que es el Córdoba. Si la afición, el equipo, la ciudad y los medios nos unimos por el Córdoba tendremos muchas más posibilidades de alcanzar el éxito.

El club tiene un eslógan que dice 'pasión infinita'. Ésa es nuestra fortaleza. El equipo tiene pasión, la afición la tiene y yo también"

P. Pero para que esa conjunción se produzca debe suceder algo. Un momento, como usted mismo decía antes, y tiene que ser pronto.

R. Sí, tiene que ser y lo estamos buscando. La evidencia llega domingo a domingo. Ahí es donde debe verse el producto de todo ese trabajo que estamos realizando para recomponer el mestizaje entre afición, ciudad y club. Así llegaremos a los umbrales de crédito para hacernos más fuertes.

P. Supongo que si le digo que cómo quiere que juegue el Córdoba, me dirá que del modo en que consiga ganar.

R. Trabajando. Queremos ganar los partidos trabajando con equilibrio y seguridad. Que cuando tengamos el balón se lleve al área contraria. Y tenemos que ser mejores a balón parado.

P. ¿Qué es jugar bien en un equipo en las circunstancias del Córdoba?

R. Jugar bien es trabajar y tener un sentido práctico, sobre todo tener una focalización de lo que se quiere en un partido, que es conseguir los tres puntos. Y trabajando. Después podremos conseguir la brillantez, pero siempre desde el trabajo.

P. Un resultado positivo lo justifica todo.

R.  Siempre que haya trabajo detrás. Tenemos que ser un equipo equilibrado y serio, implicado. Sólo así llegará la forma de ganar partidos por 1-0, 2-0, 3-0...

La visita del Barcelona sería una oportunidad muy buena para formar "un 2 de mayo" en 2015 en Córdoba. Yo creo que la afición lo entenderá"

P. Que no le marquen, vamos.

R.  La portería a cero es fundamental para nosotros. Y para eso hay que trabajar mucho sin balón. Hay que tener mucha seguridad sin balón y mucha valentía cuando lo tengamos.

P. Entre diciembre y enero el equipo tuvo su mejor fase en defensa. Quitando la visita al Camp Nou, el Córdoba encajó poco y logró en seis semanas más de la mitad de los puntos que tiene.

R. En esa fase de mejora nos encontramos. El campeonato nos brinda una opción de jugar en sábado, miércoles, domingo y en ese paquete de nueve puntos vamos a tratar de poner en evidencia todo lo que estamos haciendo.

P. Hablemos de dos nombres propios del equipo: Nabil Ghilas y Fede Cartabia. ¿Habla con ellos especialmente?

R.  Sí, pero no con ellos solo sino con todo el equipo, tanto en lo individual como en lo colectivo. Se trata de dos jugadores muy buenos técnicamente, que están en una fase en la que pueden mejorar porque su aportación al colectivo no ha sido la más idónea. Esperamos que de aquí al final de temporada busquen su mejoría para aportar más.

P. ¿Ellos tienen claro lo que se espera?

R. En ello nos encontramos. Trabajamos para que ellos se encuentren en su estado natural y que su grado de compromiso, de implicación y de aportación sea mucho mayor. Ellos saben que tienen que aportar mucho más al Córdoba.

Tengo una comunicación fluida con el presidente. Estoy identificado con su proyecto y con él"

P. ¿Es Florin Andone la referencia de lo que debe ser el Córdoba?

R. Es uno de nuestros grandes referentes por su trabajo, seguridad, fuerza, ilusión, ambición... Lo resume todo. Estamos dotándole de un poquito más de tranquilidad para que siga progresando. Va a ser un jugador muy importante en este tramo final y en el futuro del club, seguro.

P. Su antecesor, Miroslav Djukic, dijo tras el partido ante el Barcelona: “Si me voy a Segunda, será con guerreros”. ¿Está de acuerdo con él?

R. Totalmente.

P. ¿Todavía hay tiempo de buscar soluciones o tiene la impresión de que lo que se persigue ya es montar una buena batería de excusas?

R.  No, no. Estás delante de una persona que lo que quiere siempre, desde que se levanta hasta que se acuesta, es aportar soluciones. No estamos muertos. Vamos a ser un muerto muy vivo.

P.  Pero es duro intentar convencer a todo el mundo de que el Córdoba sigue vivo cuando no lo parece.

R. Para esto tenemos que ser fuertes en todo momento. Las circunstancias son muy difícil y no lo vamos a esconder. Esto ya de por sí es una motivación. Vemos el reto que tenemos delante y lo aceptamos. Esto invita a hacerlo. Tenemos que querer demostrar y reivindicar que somos el Córdoba, un club que tiene que apostar por sí mismo.

El entrenador debe ser una continuidad, un transmisor de los valores y el estilo del club. Esos valores que se han de trasladar al jugador no son los de Paco Jémez, los de Guardiola o los de Vicente del Bosque, sino los del club"

P. Sobre todo porque muy pocos lo hacen.

R. Cuando nadie apuesta por ti, tú tienes que hacerlo por ti mismo.

P. ¿Y qué me dice de la afición?

R. Que la necesitamos. Ellos tienen esos valores de los que hablamos. Tienen constancia, perseverancia, respeto... Todo eso lo tenemos que meter en la coctelera para alcanzar un producto bueno. Si conseguimos un buen resultado vamos a multiplicarlo todo. Les pido que confíen en nosotros, que no les vamos a defraudar.

P.  ¿Entiende las críticas?

R.  Por supuesto. Las entiendo siempre que se hagan con respeto. Llevo muchos años en el club y sé que la gente sufre, que tiene esperanzas y que el equipo representa mucho. La afición tiene valores profundos. El club tiene un eslógan que dice 'pasión infinita'. Ésa es nuestra fortaleza. El equipo tiene pasión, la afición la tiene y yo también. Ése es el punto de partida.

P. Pero en El Arcángel sólo se ha visto una victoria en Primera. Es lógico que cunda el desánimo.

R.  Totalmente. Lo comprendo y lo entiendo. Pero yo le pido a esa parte de la afición que haya perdido la ilusión que se embarque de nuevo y que se pregunte por qué no vamos a cambiar, por qué vamos a terminar mal. Hay tiempo. Con coherencia y con trabajo se puede luchar para conseguirlo. Luego, con el mayor respeto, podrán decir si les gusta o no les gusta, si creen o no, pero sin perder la pasión. Necesitamos la fuerza y la energía de la afición para sumarla a la nuestra.

P.  Además del rendimiento deportivo y los resultados, se han producido episodios que no han ayudado en absoluto a que se produzca esa identificación entre equipo y afición. El caso de la salida nocturna de jugadores, el expediente... No han sido casos aislados.

R. Bueno, yo estoy dentro del club y sé que el respeto está ahí. Hay que ver si lo han hecho con maldad, si es inconscientemente por su juventud o porque a veces la persona lo necesita. Tenemos que hablar, que comunicarnos. Eso pasa en cualquier familia y en cualquier grupo. Hay que hablar porque si no puede haber malos entendidos. Hay que saber si las cosas se han hecho con maldad o con ánimo de faltar al respeto. Eso es importante. No te digo para perdonar, pero sí para entender. Yo pienso que los jugadores no lo hicieron con ánimo de faltar al respeto a la afición.

Me gusta Floro, pero mi referente como entrenador soy yo mismo"

P. En Anoeta vivió un momento inolvidable.

R. Fue frustrante por el resultado, porque no pudimos conseguir el objetivo de ganar, pero estuvimos compitiendo hasta el final. Yo me encontré muy natural. Es fútbol. Conseguí llegar hasta donde venía buscando cuando decidí hacerme entrenador. No conseguimos la recompensa, pero me fui orgulloso del trabajo y del rendimiento. En sólo tres días conseguimos que el grupo pensara en el nosotros, en el Córdoba, y hubo capacidad para estar por delante de las adversidades con energía. Así queremos estar hasta el final.

P. El 2 de mayo recibirán en El Arcángel al Barcelona. ¿Qué Córdoba espera para ese día?

R. Me gustaría un Córdoba con un espíritu de equipo totalmente engrasado y fundido con la afición. Sería importantísimo mostrar que se ha reforzado. Es lo que se merecen la afición y el equipo. Sería una oportunidad muy buena para formar “un 2 de mayo” en 2015 en Córdoba. Yo creo que la afición lo entenderá.

P. Es usted un hombre de club, que tiene la confianza de Carlos González.

R. Sí. Desde el primer momento me pidió que realizara la labor de coordinación, que trabajara con él en este proyecto. Cuando me dijo que tomara esta función la acepté de inmediato. Nuestra idea es acometer con determinación el fomento de los valores que queríamos para el Córdoba, para sus jugadores, para que el club fuera creíble, y siempre con los inconvenientes del poco material y las pocas instalaciones. Tengo una comunicación fluida con el presidente. Estoy identificado con su proyecto y con él.

P. Si considera que algo no se se está haciendo bien, ¿se lo dice?

R. Sí. Tenemos una comunicación muy abierta en este sentido. Somos muy críticos y siempre buscamos mejorar.

P. ¿Ve a González como un hombre permeable a la crítica?

R. Sí, totalmente. Él conoce y entiende todo. Pero es ante todo un gestor puro y duro, con su estructura totalmente decidida y con sus valores y objetivos muy claros.

P. ¿Considera que es el presidente ideal?

R. Ahora mismo, totalmente. Lo ha demostrado. Cuando llegó todo necesitaba un vuelco y él lo hizo, tanto en infraestructura como en gestión. Ahora el Córdoba es un club, una empresa, totalmente reconvertida y renovada. Estamos en camino de ser un club muy vivo y con energía.

P.  ¿Cuál es su referencia en los banquillos?

R.  Por filosofía y su trayectoria, Benito Floro. Por cómo llegó y hasta dóndde. Pero mi gran referente soy yo mismo.

P. ¿Se ve más cerca del perfil de un Del Bosque o, por el contrario, le gusta ser más invasivo, tipo Mourinho?

R. A mí lo que me gusta es mantener una buena comunicación, transmitir unos buenos valores y, fundamentalmente, la capacidad de trabajo. Me gusta conseguir de los jugadores una alta implicación. Entre Del Bosque y Mourinho me quedaría con un mestizaje entre ambos. Me va más esa mezcla.

Cuando llegó todo necesitaba un vuelco y él lo hizo, tanto en infraestructura como en gestión. Ahora el Córdoba es un club, una empresa, totalmente reconvertida y renovada. Estamos en camino de ser un club muy vivo y con energía"

P. ¿Los equipos son de los entrenadores? ¿Qué piensa cuando oye hablar del Madrid de Ancelotti, del Atlético de Simeone, del Barça de Luis Enrique...?

R. No me gusta y no estoy de acuerdo en eso. Los equipos son del club al que pertenecen y nunca del entrenador. El entrenador debe ser una continuidad, un transmisor de los valores y el estilo del club. Esos valores que se han de trasladar al jugador no son los de Paco Jémez, los de Guardiola o los de Vicente del Bosque, sino los del club. El entrenador debe ser un gestor.

P. Lo ideal es que coincidan los valores del club con los del entrenador que contrata, lo que no siempre sucede. Más bien casi nunca.

R. A veces coinciden porque está dentro de la idiosincrasia del deporte. El fútbol tiene esta peculiaridad y lo admite. Efectivamente, que tú le des tu sello personal a un grupo tiene que estar mezclado con los valores el club, pero tiene que haber un porcentaje que prevalezca. Yo diría que un 90 por ciento es del club y un 10 del entrenador, para que nos entendamos un poquito.

P. Es partidario de un grupo técnico amplio y no del entrenador omnipotente que se encarga de todo.

R. Entrenar es un trabajo de equipo, que requiere colaboradores y especialistas en cada faceta. Se trata de dividir el trabajo para multiplicar los resultados.

P. ¿Dónde se ve la temporada que viene?

R. En el Córdoba Club de Fútbol.

P. Le han llamado para cumplir once jornadas del final de la Liga al frente de un equipo que va el último y en la peor racha de su historia. ¿Eso no le va a quemar?

R. - No, no. Es un reto magnífico y lo vivo de una manera apasionante.

P. ¿Acabará como director de la Ciudad Deportiva, en el primer equipo, en el filial...?

R.  En el Córdoba Club de Fútbol.

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