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Amenazas fascistas contra los ocupantes de Ciudad Jardín

Pintadas fascistas en el bloque ocupado por familias sin recursos. | MADERO CUBERO

Manuel J. Albert

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El jueves por la noche unos encapuchados realizaron una pintada con simbología neonazi y dirigida a las familias sin recursos

Fue la noche del jueves. Hacia las tres de la mañana, unos encapuchados vestidos de negro se acercan a la puerta del garaje de un bloque de viviendas a medio construir en pleno Ciudad Jardín. Sacan un spray del mismo color que sus ropas y escriben en el portón metálico. “Okupas fuera”. Su rúbrica es la cruz celta, un símbolo muy usado por los grupos fascistas y neonazis que recuerda claramente a un punto de mira. La pintada, que todavía es visible en la calle Antonio Maura, es una clara amenaza contra las 12 familias sin recursos que, desde el 6 de octubre, viven en esa promoción de pisos que han ocupado al carecer de viviendas dignas.

“En cuanto les oímos les gritamos que íbamos a llamar a la Policía”, explicaba esta mañana Francisco Cortés, uno de los integrantes de las familias. “Pero el miedo ya lo tenemos en el cuerpo. Nos han dicho que ese signo es de gente violenta, esa especie de punto de mira”, afirma. Las familias están vigilantes. Hacen turnos de guardia. “Nos da miedo que puedan tirar gasolina o meter fuego o cualquier cosa”, prosigue Cortés.

La amenaza es un punto más en la incómoda espiral en la que estas familias, provenientes de barrios humildes, se han visto envueltas desde que decidieron ocupar las casas de un barrio de clase media. Las familias no han denunciado. “Suficientes problemas tenemos ya. Algunos vecinos nos tienen completamente vigilados. Nos reprochan cómo vamos vestidos, si nos tomamos un café, cualquier cosa. Solo hay que mirar los comentarios que han aparecido en las noticias publicadas en CORDÓPOLIS, para ver lo que piensan de nosotros”, continúa Francisco Cortés.

Mientras tanto, las familias siguen instalándose. Cinco de ellas ya han acarreado muebles para acomodar su situación. Las siete restantes van poco a poco haciendo lo mismo. “Y todos vamos trabajando en lo que podemos. Algunos vendemos ajos, otros en otras cosas. Pero somos todos trabajadores, no vamos a meter animales ni cosas así como se está diciendo por algunos sitios”, zanja Cortés.

Cuando entraron, los nuevos inquilinos pensaban que los pisos pertenecían a Cajasur. Pero fuentes cercanas a las familias ya no están tan seguras. La cuestión es importante porque la plataforma de apoyo a personas con riesgo de desahucio o que ya han sufrido un desalojo, Stop Desahucios, tiene canales abiertos con ciertas entidades y el proceso de negociación podría ser más ágil. Stop Desahucios sigue asesorando a las familias de la calle Antonio Maura “para lograr una salida digna a su situación”, señalaron la semana pasada fuentes del colectivo.

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