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Condenan a dos militares por cazar en la base de El Vacar

Un militar, de maniobras en la base de Cerro Muriano | MADERO CUBERO

Alfonso Alba

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Un teniente ha sido condenado a un año y dos meses de cárcel por usar material del Ejército, como vehículos y gafas de visión nocturna, para cazar | Probado también que introdujo a personal civil dentro de la base

El Tribunal Supremo ha desestimado los recursos de dos oficiales del Ejército destinados en la base militar de El Vacar que fueron condenados a un año y dos meses, y dos meses de cárcel, respectivamente, por cazar sin permiso en el recinto militar y usando material militar entre los años 2008 y 2010. Según la sentencia, a la que ha tenido acceso este periódico, uno de los militares es un teniente, que sería el cazador, condenado a un año y dos meses de prisión, y el otro un capitán, responsable de la seguridad de la base y que fue advertido de lo que ocurría. Este último está condenado a dos meses de cárcel.

La primera sentencia, que ahora es firme, fue dictada por el Tribunal Militar, tras un juicio en el que declararon numerosos soldados que dieron veracidad a los hechos. Ahora, el Supremo la reproduce. Así, ha quedado probado que el teniente A. R. M., entonces subteniente, “practicó en varias ocasiones la caza en distintas zonas situadas dentro de la valla que circunda el perímetro del acuartelamiento, normalmente cuando estaba designado como oficial de servicio y desempeñaba este cometido fuera del horario normal de trabajo, utilizando además para ello material militar asignado a la Unidad, en particular gafas de visión nocturna y vehículos todo terreno Aníbal”.

Además, este subteniente iba acompañado en sus cacerías en diversas ocasiones de personal civil. En concreto, este personal era “el entonces adjudicatario de diversos contratos para el mantenimiento de las instalaciones del polvorín, de su hermano y de dos hijos, así como de otras personas no identificadas”. Cada vez que salía a cazar, el subteniente ordenaba a sus inferiores que no patrullaran por la zona con la que iba a estar y que tampoco soltase a los perros, que son los encargados de vigilar la zona que no está acotada por cámaras de seguridad y sensores. También ordenaba que no se inscribiese a sus compañeros de cacería en el libro de visitas a la base.

La Guardia Civil llegó a interceptar el vehículo del acompañante civil de cacerías del militar, cuando regresaban de un “abatimiento” fracasado de jabalíes en el interior de la base de El Vacar.

El capitán condenado conoció de boca de varios militares las salidas cinegéticas del subteniente, a pesar de lo cual no hizo nada para impedirlo al menos durante dos años. Por eso, ha sido concadenado a dos meses de prisión (con la correspondiente suspensión de empleo y sueldo) por un delito militar de incumplimiento de los deberes inherentes al mando.

Por su parte, el subteniente ha sido condenado a un año y dos meses de prisión (también con la suspensión de empleo y sueldo durante ese tiempo) por un delito militar de extralimitación en el uso del mando.

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