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Alfredo Romeo: “El problema de los patios es irresoluble”

Alfredo Romeo | MADERO CUBERO

Alfonso Alba

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Datos, datos y más datos. Por la cabeza y por todos los dispositivos que acompañan a Alfredo Romeo (Córdoba, 1974) circulan a una velocidad de vértigo datos y más datos. Y este fin de semana, más que nunca. Romeo lidera Ciudad 2020 e Intelify, las firmas que regulan el sistema de acceso a los patios de Córdoba que este fin de semana echa humo, una plataforma creada con software made in Córdoba.

A finales de los 90, Romeo trabajaba en un importante banco estadounidense. Tenía un buen sueldo y estaba reconocido profesionalmente, pero un día decidió que lo suyo era ser un empresario de las nuevas tecnologías y decidió liarse la manta a la cabeza y regresar a España. Primero a Madrid y definitivamente en Córdoba, Alfredo Romeo ha impulsado docenas de proyectos empresariales, con mayor o menor éxito, pero siempre buscando ser el primero. En 2005, por ejemplo, creó una empresa en Córdoba que alquilaba a los turistas coches eléctricos. Ese año también impulsó Cordobapedia, que bautizó como “la enciclopedia libre de Córdoba”, desde luego una de las grandes fuentes de consulta para los cordobeses 2.0.

A Romeo no le gustan las etiquetas, pero le encantan los conceptos. Durante la entrevista aprenderemos qué significa el término netocracia o por ejemplo lo que es la ética hacker. Empresario atípico en Córdoba, cita a CORDÓPOLIS en uno de los patios del Círculo de la Amistad, del que es socio y donde, abusando de las etiquetas y por supuesto de los prejuicios, no pega mucho. Pero los tiempos están cambiando. “Estamos viviendo la mayor revolución desde el lenguaje”, le gusta decir a Romeo en sus conferencias. Comprobémoslo.

PREGUNTA. ¿Cómo lleváis este año los patios?

RESPUESTA. En comparación con el año pasado bastante mejor. Sobre todo porque ya sabemos a qué nos enfrentamos. El año pasado, nadie, nadie sabía a lo que la ciudad se enfrentaba, no nosotros. Ahora estamos más tranquilos y con más seguridad. También contamos con más recursos que el año pasado y con más empatía con las personas que se han envuelto. Más tranquilos. Pero con una responsabilidad bastante grande.

P. Claro, esa responsabilidad me lleva a plantearte la pregunta que te habrá hecho mucha gente: ¿Con la plataforma digital se acaban los problemas de acceso y de saturación a los patios?

R. El problema de los patios es irresoluble. Irresoluble. ¿Porqué? Por que estás intentando conjugar por una parte la entrada a espacios privados desde una vía pública y con mayor demanda que oferta en momentos puntuales. Desde ese punto de vista, lo que es el problema de masificación esto no lo solventa, ni lo va a solventar en la vida. El sistema de información que tenemos te permite que las zonas estén menos masificadas. Gracias a que existe un sistema de información, en vez de tener 15.000 personas en el Alcázar Viejo tienes 5.000; y que en vez que en Regina haya 500 tengas 4.000. Eso sí es lo que te permite: intentar disuadir que las personas vayan a los sitios que por equis razones históricamente han sido los más visitados. Gracias a la popularidad de la Fiesta de los Patios, eso ya no se puede ver de la misma manera por la masificación. El lunes ya había colas. ¡Era lunes! Ayer pasaba lo mismo [la entrevista se realiza el miércoles]

P. Y hoy, hoy. He estado haciendo un reportaje y he visto grandes colas.

R. Pues eso trasladado a un fin de semana, que es cuando los grandes grupos de turistas de 55 o 110 personas, eso va por autobuses, llegan a la ciudad a la misma hora y quieren ir casi todos a los mismos sitios, por marca, por que son los patios más bonitos o por que están más cerca de la Mezquita Catedral. La gente quiere aprovechar e ir a esos sitios, es decir, al Alcázar Viejo. ¡Pues no cabe la gente! Es que es tan sencillo como eso. El sistema de información no es capaz de solventar eso. Lo que sí podrá es mejorar la experiencia del usuario que viene. Intentar disuadir, no ir a determinados sitios por que están más llenos que otros.

Por una parte, el sistema de información atenúa el problema, pero por otra tiene una serie de ventajas intrínsecas que aunque no son evidentes sí que son fundamentales para el futuro de la Fiesta de los Patios

P. Entonces, la plataforma atenúa el problema, no lo resuelve.

R. Eso es una de las funciones que tiene: intenta reconducir a gente cuando se alcanzan unas cotas máximas de aforo en determinadas zonas y lo que intenta es decir, “mire usted, aquí ya no hay más pases para esta zona, así que intente ir a esta otra”. Una de las novedades de la plataforma de este año con respecto al pasado es que las personas de manera visual pueden ver cuál es el grado de ocupación de cada una de las zonas. Eso permitirá que tú de una manera muy natural digas: “oye, esto está hasta la bola. Me puedo ir aquí que está mucho más vacío”. Al final, la gente, como esto es un producto turístico, se inclinará por las zonas en las que hay menos público. Eso es lo que el año pasado se consiguió. Por una parte atenúa el problema, pero por otra tiene una serie de ventajas intrínsecas que aunque no son evidentes sí que son fundamentales para el futuro de la Fiesta de los Patios. Por ejemplo: saber por vez primera de donde vienen los turistas. Gracias a que tienes un sistema de información donde todo el mundo tiene que pasar, Google Analytics ya te está diciendo de donde son. Ya no te has gastado un euro. Es que para este tipo de estudios de mercado, ¿cuánto dinero se han venido gastando los ayuntamientos? También te permite hacer campañas de promoción targetizadas. Tenemos un código postal y el correo electrónico de gente que inequívocamente dice que quiere venir a la Fiesta de los Patios. Cada correo electrónico de esos puede valer en el mercado de tres a seis euros. El año pasado recopilamos decenas de miles, y eso es un valor activo que está ahí. Teniéndolos se pueden hacer muchas cosas. Yo ya no entro en si el Ayuntamiento lo está usando o no. Lo desconozco.

En el sistema de información nos hemos fijado solamente en lo que es la propia entrada y no en el resto del valor añadido. Por ejemplo, el viernes se manda un correo electrónico a las decenas de miles de personas que ese día van a los patios. Y se le dice: oiga, le recuerdo cuáles son las normas, le recuerdo que hoy van a hacer 30 grados, que a la zona que va es la que tiene más menos gente, que lleve usted calzado cómodo. El año pasado llovió el segundo fin de semana. Una de las cosas en la que se hizo más hincapié fue en que no se abre un paraguas dentro de un patio, que la gente no lo sabe, y dos que tenga usted en cuenta que las zonas por las que se va a mover no hay ningún sitio para taparse.

P. El año pasado se generaron muchas expectativas. Se hizo mucho hincapié en que los pases en los patios iban a acabar con la masificación, que en 2013 fue especialmente extrema gracias a la enorme campaña de promoción que nos hizo la Unesco declarando la Fiesta de los Patios Patrimonio Intangible de la Humanidad. Estamos asumiendo ya que el problema es irresoluble...

Si tiene un carácter abierto y popular, ¿usted que le va a decir a una persona que venga a los patios que no entra?

R. ... para mí sí, pero por una cuestión fundamental: en las propias bases del concurso de los patios se detalla que el concurso tiene carácter abierto y popular.

P. Eso es.

R. Pues si tiene un carácter abierto y popular, ¿usted que le va a decir a una persona que venga a los patios que no entra? Gran parte de polémica del año pasado era: “¡Que la gente está entrando sin entradas!” ¿Y usted qué pretende, que un tío que venga de Villanueva del Arzobispo no entra, si el propietario está diciendo que entre?. Además, ¿qué función tiene la persona que se pone en la puerta de un patio? El año pasado eran voluntarios. Este año son contratados. No me veo a un contratado echando a nadie. Además, lo que hay son sistemas de back up para aquel que viene sin entrada. Queremos que ese comportamiento [el que lleva su entrada] con el paso del tiempo sea lo más común. Pero sigue siendo irresoluble. Esas son las características de la fiesta que tenemos. Por eso es tan complejo. El año pasado, con lo que teníamos, para mí salió bastante... bueno, encantadísimos. El año pasado, si no hubiera habido un sistema de información el Alcázar Viejo hubiera colapsado. Colapsado significa que tres veces más de las personas que fueron habrían ido el fin de semana. Eso significa que a los patios hubieran entrado... y todos a la misma hora. Que sí, que el año pasado hubo follón, que hubo gente que llevaba entradas o otros que sí. Sí, pero es que no hubo otra manera. Así, siendo irresoluble esperemos que cada año vaya mejor.

El año pasado, si no hubiera habido un sistema de información el Alcázar Viejo hubiera colapsado

P. Este año, en la rueda de prensa en la que se volvió a presentar el sistema de regulación de entrada a los patios no quisiste dar una cifra concreta de la asistencia que calculáis que pudo haber el año pasado. ¿Porqué?

R. Pues mira, por muchas circunstancias. ¿Qué significa 100? ¿Qué significa 100.000? El año pasado se expidieron 350.000 pases. ¿Eso qué significa? ¿Son muchos, son pocos?

P. Para hacerme una idea, yo siempre comparo con el aforoNuevo Estadio del Arcángel lleno. Allí caben 18.000 personas. Así me digo, 350.000 personas son... 20 veces el Arcángel.

R. Claro, claro. Pero bueno, desde que estás dando el número ya dices: ¿350.000 pases que son, 350.000 pases diferentes? Trasladar eso a la comprensión de las personas... El año pasado, hablando con los propietarios aprendí algo. Me decían: es que uno de los problemas que ha habido de que el primer viernes estuviera vacío era que continuamente lo que se transmitía en la prensa de manera triunfal, por parte del Ayuntamiento y también por la nuestra a la hora de decir que el sistema funcionaba, era que iba a haber aglomeración. Ellos entendían que podía haber un cambio en el comportamiento sólo por el anuncio de cuántas personas habían ido. Por eso, este año de pases no se están dando datos. Además, es que para darlos bien habría que compararlos con el año pasado, pero los datos del año pasado eran falsos desde que tú podías entrar en la plataforma y con el mismo correo electrónico aunque te permitía sacar muchos más pases siempre ibas anulando. Dos: el año pasado nos enfrentamos a varios problemas. Primero, los voluntarios. Cuando el alcalde contaba la historia del infiltrado... eso es real. En la presentación de los voluntarios hay dos personas que nos acusan de fascistas, a la empresa que los gestionaba y a nosotros por estar ahí. Eso es real. Yo lo viví: se levantaron con su pancarta, etcétera. El primer día hubo 10, 15, 20 voluntarios que no se presentaron. ¿Porqué? Sabíamos que alguno se había presentado y luego no había ido. Eso te obliga a que si tienes un dispositivo para contar entradas de repente en el sistema de información enciendo mi portátil y sé que hay más de 20 patios que no me están dando datos. ¿Por? ¿Se ha ido el voluntario? ¿No funcional el dispositivo? ¿No sabe usar el dispositivo la persona, que también? ¿O no tiene conectividad? Entonces, no me gusta dar un dato por que no lo considero real. En Intelify trabajamos con datos y nos gusta ser lo más rigurosos posibles. Este año se han arreglado esos problemas, con personas contratadas y mejora de dispositivos y conectividad. Los datos este año van a ser mucho más claros. Entonces, por eso no me gusta jugar con los datos del año pasado, por que no los tengo claro. Este año tiene que ser casi perfecto.

Cuando el alcalde contaba la historia del infiltrado... eso es real

P. Bueno, también va a entrar gente sin entrada y sólo vais a regular los fines de semana.

R. Claro, claro. Yo no puedo entrar a saber cuánta gente viene a ver los patios. No obstante, para la gente que venga sin entrada tenemos medidas de back up para que se cuente allí.

P. Tratándose de una fiesta abierta y popular, ¿esto es como cuando el estado interviene una economía, no? Estamos interviniendo en una fiesta que hasta ahora se regulaba sola. No sé cómo ves esa contradicción, por que yo sé que eres liberal y no te gusta que el estado regule la economía.

R. Efectivamente. Pero el problema está cuando en el flujo de movimientos de personas concurren varias cosas. Si estuviéramos en una toma de decisión totalmente libre, donde no hubiera ningún sistema que regule y la gente se distribuyera de una forma uniforme, te diría estoy de acuerdo. Pero mira el problema. ¿Por qué la gente va al Alcázar Viejo? Es lo más cercano que hay a la Mezquita. Muchísima gente viene a Córdoba en mayo. Y no vienen a ver los patios, ojo. Creo recordar que el estudio de F. J. Martín decía que sólo el 15% de las personas que pernoctan vienen a ver patios de manera exclusiva. Es decir, tienes un 85% de los turistas que vienen y dicen, bueno si se encuentran los patios se los encuentran.

Viene más gente de la que cabe. Ante eso, ¿qué se hace? Me gustaría dejarlo libre, claro. Se ha diseñado un sistema que sea lo más libre posible, para que el turista diseñe su visita

P. Vienen a ver la Mezquita.

R. Efectivamente. Entonces, de por sí dices que no hay una decisión libre. No tienes un tiempo determinado y como tienes poco al primer sitio que decides ir es al Alcázar Viejo. Eso es un elemento que ese mercado lo quita. Ya no está el libre acceso. Otra cosa: viene más gente de la que cabe. Ante eso, ¿qué se hace? Me gustaría dejarlo libre, claro. Se ha diseñado un sistema que sea lo más libre posible, para que el turista diseñe su visita. Tienes que regular por que la gente no tiene posibilidad de una elección libre. ¿Por qué Carrefour tiene una sola cola y ya ha cambiado el sistema de varias? Por que ese es el sistema óptimo: una fila única que va repartiendo. A nosotros nos encantaría hacer lo mismo. Cuando se llena una ruta, usted tiene que ir a otra. Pero siempre habrá una que se llenará primero.

¿Que lo llame cómo, Catedral? No mire usted, para mí es Mezquita o Mezquita Catedral. Siempre

P. Hemos hablado de Mezquita y no de Catedral...

R. Por supuesto. Me parece un error de libro. No entiendo cómo puede venir un señor de fuera a imponer una cosa que es una cosa multisecular. ¿Que lo llame cómo, Catedral? No mire usted, para mí es Mezquita o Mezquita Catedral. Siempre. Eso sí, tampoco entiendo la polémica cuando leo titulares de si la Mezquita es de la Iglesia o no. La Mezquita ha venido siendo desde 1236 de la Iglesia cuando Fernando III dice toma, aquí tienes tu Mezquita. Tampoco entiendo ese debate, ojo. Pero me toca la moral que venga un obispo a decirme que como tengo que llamar... en mi iglesia, encima un tío que va a estar aquí sólo unos años...

Esa es la gran revolución. Los bits quieren ser libres

P. Volviendo a tu trabajo en los patios. ¿La información, por tanto, es poder?

R. Totalmente. Por eso siempre he defendido tanto el conocimiento y la información libre. Como es poder, siempre he querido que sea libre. Esa es la gran revolución. Los bits quieren ser libres. La sociedad tiene que entender que el poder está cuando el ciudadano posee la información. Es importante que esté en sus manos una información completa, veraz, que le llegue a todo el mundo, que esté bien estructurada... Hay una serie de características que hacen que esa información sea libre. Pero desgraciadamente no tengo poder político para determinadas cuestiones, pero en mi ámbito y siempre que he podido... Me alegro que ahora se esté hablando del Big Data, una cosa que muchos anticipábamos hace diez años que iba a llegar. Cuando ha llegado nos empezamos a dar cuenta del poder tan brutal que tiene. Ahí tenemos la base para cambiar la sociedad entera. Te pongo un ejemplo: la sostenibilidad de la sanidad está en el momento en el que las personas que están en los poderes fácticos entiendan que la salida está en una mayor tecnología de la información, y que gran parte de sus esfuerzos los centren en analizar las enfermedades y la prevención como un problema de información. Tú recibes una información de un paciente que está de esta manera, ¿cómo consigues que esa persona gracias a la información haga más sostenible el gasto? En 2012 se abrió un concurso en Estados Unidos que se resolverá en 2015. Le dan diez millones de euros al equipo que llegue con un dispositivo móvil y periféricos para determinar 15 enfermedades básicas. Cuando tengamos eso, ¿cuánto reduciríamos por ejemplo el gasto en las urgencias? Si mañana se entregan esos dispositivos, el coste sería mucho más bajo. ¿Está dispuesto el sector sanitario a eso, que el diagnóstico te lo dé mejor un sistema de información que un médico?

P. He asistido a varias de tus conferencias y siempre has mantenido que lo de ahora es una revolución similar pero mucho más rápida a la revolución industrial e incluso al neolítico.

R. La mayor desde el lenguaje. Cada día lo tengo más claro.

P. Da mucho vértigo, la cantidad de gente que se está quedando atrás. Ese es el gran drama.

R. Totalmente.

P. Parece que en esta carrera tan loca nos estamos dejando a mucha gente por el camino. Analfabetos digitales.

R. No solamente analfabetos digitales. Que tú sepas manejar con maestría una tecnología no es tan importante. El problema está en cuando una persona supera una edad y un empresario se plantea a quien contratar. Uno de 25 frente a uno de 40, se prefiere a uno de 25. Yo soy empresario. A mí me gusta combinar la experiencia. A pesar de ello, los mayores de la empresa somos dos que ya tenemos 40 años. El problema está cuando una persona ha salido de cualquier empresa tradicional con 45 años y a pesar de tener dominio sobre determinadas herramientas o no son capaces de trasladar sus habilidades al empleador o se han quedado ya fuera del mercado laboral. Hace unas semanas estuve dando en Madrid un curso a parados sobre márketing de proximidad, algo súper especializado. Después de las 30 horas de curso les pedí que me hicieran un plan de márketing... y estaba de puta madre. Pero te preguntabas, ¿y quién va a contratarte? Es que ese es el drama. Hasta teniendo las habilidades, hay muy poca gente que esté dispuesta a pagar. Eso es lo que más me preocupa. Si hay algo que tengo que reprocharle a la clase política actual es que nadie ponga encima de la mesa un plan que diga qué vamos a hacer con esas personas. ¿Qué vamos a hacer con ellos? Que yo conozca, salvando Equo, no hay nadie que esté poniendo encima de la mesa un plan. El resto son mentiras. Y son planes que están hechos por personas que nunca han contratado a nadie en su vida.

P. Hace poco entrevistamos a José Javier Rodríguez Alcaide y nos decía que la oportunidad de trabajo del futuro es crear expertos en la robotización, el manejo de las nuevas tecnologías.

R. Lo primero que tenemos que asumir es que el mundo es diferente. El problema es que como hay tal oferta de personal, cómo eliges cuál es el bueno y cuál es el malo. De las 12 personas que han entrado en mi empresa, diez lo han hecho sin entrevista de trabajo y las dos últimas que han entrado lo han hecho por una cuestión de feeling. Cuando hay tanta gente, tú no tienes capacidad. Matemáticamente es imposible. Google ha demostrado que una entrevista de trabajo no le da ninguna ventaja a una persona sobre otra. El problema está en que hay demasiada gente. Hay muchas personas de mi círculo más cercano a los que le he dicho que se olvide de trabajar, por una cuestión probabilística, y dedícate a otra cosa. Asúmelo...

P. ... es que eso es muy duro.

R. Duro no, durísimo.

En el capitalismo que tenemos lo que prima es el capital relacional, el yo te conozco a ti sobre el mérito

P. ¿Qué va a pasar con esa gente? Si no trabajan no generan, no tienen ingresos, no tienen dinero... O te conviertes en dependiente de los subsidios estatales o entras en una bolsa de marginalidad absoluta.

R. O tendremos que cambiar. A mí me apasionan los bancos de tiempo, por ejemplo. Un sistema entre ciudadanos. Ahí lo que haríamos sería crear una economía paralela. Pero hasta que entre el Estado, que entrará. Ahí es donde entra mi parte liberal. Los bancos de tiempo funcionarán siempre y cuando el Estado no quiera coger el 21% de ese tiempo al cual tiene derecho. Si tú y yo intercambiamos algo, el 21% se lo tienes que pagar al Estado de alguna manera, por que esa es la retención que hay. Por eso creo mucho en los sistemas alternativos. A ver, las impresoras 3D. ¿Cuánto vale hacer una casa con una impresora así? 5.000 euros. ¿Cuál es el problema? Aparte de las normas urbanísticas infinitas, la pregunta sería: ¿Estamos en un momento en el que tengamos que cumplir con esa ley...? ¿Cuál es el mal menor? Tener casas que no tendrán todas las condiciones que se ponen en la ley que tengan que tener, pero ¿qué prefieres eso o que a la gente la desahucien? Prefiero dinamitar el sistema y hacer algo disrruptivo diciendo, oye, que vas a tener casa y encima más barata. Vas a ver cómo el del banco baja los precios cuando sepa que hay alternativas. Cambios radicales y soluciones radicales.

P. Eso no es nada liberal. Eso es más revolucionario que otra cosa.

R. Bueno, es que yo soy muy revolucionario. Hoy en día, si la sociedad la hiciéramos desde cero lo que triunfaría sería el mérito. Pero es que en el capitalismo que tenemos lo que prima es el capital relacional, el yo te conozco a ti sobre el mérito. Eso choca con mi visión, no solo liberal sino netócrata, de la netocracia, del poder de la red. La red y tu mérito es lo que vale. Dejando atrás las etiquetas y ante la situación actual en la que hay muchísima gente sin dinero, muchas veces pienso: ¿hay que intervenir, no hay que intervenir? No sé, pero a este tío hay que darle una solución. Por muchas cosas, entre otras por mi seguridad. Es que si no me come. Ayer [por el martes] se cumplieron 352 años del Motín del Pan, 1652 en San Lorenzo donde 10.000 tíos van y llegan hasta el Palacio Episcopal para que les den de comer, que ya hay uno que acaba de morir. Ahora está ocurriendo algo parecido, pero las redes ciudadanas están permitiendo que la gente viva.

P. Estás contando esto del Motín del Pan y se me vienen a la cabeza muchas imágenes de todas las revoluciones que hoy estamos viendo en directo. Ahora, todas las revoluciones se sostienen a través de los teléfonos móviles: el whatsapp, el Twitter...

R. La tecnología está catalizando eso, pero tiene su peligro. Es muy fácil desinformar. En el caso de los patios el año pasado desinformaron.

Estamos en una sociedad en la que no es importante lo que es real o no, si no la percepción que tiene la gente de la realidad

P. Bueno, pero yo noto últimamente a través de las redes sociales que es fácil desinformar y también fácil reconducir una desinformación. Por ejemplo, en 2004 con los atentados de Atocha. El mismo 11-M había amigos que me llamaban desde el extranjero y me decían: oye, que aquí la televisión está diciendo que no ha sido ETA. Si entonces hubiéramos tenido Twitter, esa mentira le habría durado al Gobierno un par de horas.

R. Bueno, yo no tengo nada claro lo del 11-M.

P. ¿No me digas?

R. Nada claro. Me ha gustado leer sobre el tema. Hay cosas que caen por su propio peso. Coges el 11-S y dices, ¿que fue la versión oficial? No me lo creo mucho.

P. No te hacía un amante de la teoría de la conspiración.

R. No es teoría de la conspiración. No significa que ahora tú pienses: este es un conspiranoico. Por eso te he dicho antes el tema de las etiquetas. Soy una persona a la que le gusta informarse. Error grave de El Mundo que publique lo de la Orquesta Mondragón. Sí, claro. Pero no quita que una serie de cuestiones clave que han pasado aquí me dejen de oler mal. Coño, el 23-F... hoy en día casi todo el mundo se cree que el Rey está metido por medio. Por eso, cada día soy más rebelde ante las informaciones oficiales. Una vez dicho esto del 11-M, ese es el problema de la desinformación hoy en día. Estamos en una sociedad en la que no es importante lo que es real o no, si no la percepción que tiene la gente de la realidad.

El problema de las redes sociales son los fan boys

P. Mucha gente llega a unas conclusiones y ya ve la vida y lee las cosas para que le lleven a esas conclusiones. Eso son los prejuicios.

R. Hay muchos en esta sociedad. Otro de los problemas que tienen las redes sociales es la endogamia. Si siempre sigues a los mismos tuyos no ves... Acabo de terminar un libro: Social physics, de Pentland, un tío que será premio Nobel de Economía en menos de diez años por sus hallazgos. El libro te viene a decir que la distribución de las ideas tiene que ver con la diversidad. Si tienes gente endogámica, malo. No le vas a sacar gran rendimiento. Ese es el problema de las redes sociales, los fan boys. Hay demasiados. Da igual en la tecnología, en la política... En mi Twitter y en mi Facebook tengo a gente de toda orientación política. Y a mí me gusta decir, oye, no soy obtuso, y digo a ver si le gano un debate intelectual a este hombre con el que estoy conversando. Ahí está la importancia de la diversidad para captar ideas. Además, es una pena que en las redes sociales no hayan triunfado los blogs. En los blogs se pueden hacer reflexiones más extendidas. Hoy, tienes 140 caracteres. Ahí no puedes hacer algo profundo.

Facebook es una herramienta que le da a la gente que ni sabe escribir, ni quiere escribir, ni tiene pensamientos más profundos, un mecanismo de participación fácil. Darle a un click

P. Los periodistas somos muy fans de Twitter y nos decimos que lo que seas capaz de decir en 140 caracteres es muy complicado que lo digas en cuatro párrafos.

R. Es posible. No te digo que no. Pero para grandes debates... La gente ya no profundiza, ya no tiene tiempo. Antes no existía el tiempo que a diario se dedica a Twitter y Facebook... Ese tiempo antes se lo dedicaba a mi blog, donde hacía unas reflexiones más largas. Allí tengo más de 1.000 artículos escritos. Sobre todo hasta 2011. Desde entonces apenas he escrito. Aparte de por que cada vez tengo más trabajo, gran parte del trabajo lo hago en Twitter y Facebook. Aquí ya lo reflexivo no vale. Ahora la adhesión, el me gusta en Facebook. Y no entras a debatir nada. ¿Pero qué te gusta? Por eso Facebook triunfa. Es una herramienta que le da a la gente que ni sabe escribir, ni quiere escribir, ni tiene pensamientos más profundos, un mecanismo de participación fácil. Darle a un click. En 2003 tenía 2.000 visitas a mi blog. De esas 2.000 visitas interaccionaba un 1%, que ya eran bastantes. 20-3o personas. El resto no lo hacía. Hoy, cuando subo algo, de 600 amigos hay 100 que te contestan. De un 1% de participación ha subido a un 15%. Pero la cultura del debate y la participación ha terminado.

Para crear empleo y jugarme mi dinero, me lo juego en mi tierra

P. Eres empresario y eres cordobés. Siempre has querido trabajar aquí. En una ciudad como Córdoba es muy complicado ser empresario.

R. Es tremendamente difícil. Sobre todo cuando tienes negocios que tienen que ver con la tecnología de la información. Es desesperante. Pero esta es mi tierra. Hace 14 años estaba en un banco en Estados Unidos ganando muy bien y decido venirme a España desde cero. Mi primer proyecto lo monto en Madrid, pero el segundo, que es el de los coches eléctricos, una cosa mucho más revolucionaria, me vengo a Córdoba. Para crear empleo y jugarme mi dinero, me lo juego en mi tierra. Me creo a pies juntillas lo del capitalismo de la reinversión de los beneficios. Y como me lo creo lo hago aquí. El problema es que te encuentras un entorno muy complicado, donde la gente es bastante egoísta y cuando necesitas empezar una empresa como la nuestra, que crea mercado... se necesitan fondos. Pero, ¿a quién le pides dinero? Nuestro Cajasur ha desaparecido. Cuando ellos tenían las empresas participadas, que terceros inviertan en tus empresas. Para eso estaban muy bien las cajas de ahorro. Pero todo eso ha desaparecido. Entonces, entre un entorno poco favorable y la financiación no la encuentras, a no ser que sea por el capital relacional. Y nosotros jamás haremos dinero por que conozcamos a alguien. Eso va en contra de nuestra filosofía. Ética hacker: el fin mismo es la libertad, la creatividad. Eso es lo que nos gusta. El dinero es la consecuencia. Claro que hay que tener dinero. Pero si lo pones por encima, no vas bien. Eso aquí en Córdoba choca mucho.

El dinero es la consecuencia. Claro que hay que tener dinero. Pero si lo pones por encima, no vas bien. Eso aquí en Córdoba choca mucho

P. En esta entrevista he descubierto una palabra nueva: netocracia.

R. La netocracia te viene a decir que las decisiones en un grupo el poder de la mayoría no puede dar por saco a la minoría. La netocracia está basada en la ética hacker: la libertad, la pasión, el crear, el acceso a la información. Por eso vuelvo al tema de las etiquetas, hoy en día a la gente cómo se le etiqueta. Es muy complejo. Me dices que soy liberal, sí. Pero también soy netócrata. Y creo en el poder de la información, y en esa libertad. ¿Eso significa que votes al partido liberal o al partido X? Pues no. Por que luego yo no sé ni a quién voy a votar. No tengo ni idea. El día de los europeas lo veré. Posiblemente tampoco vote. Ya veré.

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