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El Córdoba B y la posibilidad de construir un milagro

Un jugador del Córdoba B pugna con otro del Albacete FOTO: LARREA

Rafael Ávalos

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Aunque la situación todavía es complicada para el filial, los dos triunfos con que concluyó la primera vuelta ofrecen nuevas esperanzas de permanencia de cara a lo que resta de temporada

Cuenta con apenas 14 puntos y es penúltimo. Es uno de los equipos que menos goles marca, sólo superado en este aspecto negativo por San Fernando y Almería B, y el tercero que más encaja junto con el Arroyo y por delante de Écija y Sanluqueño. Suma tres victorias, las mismas que el colista, el cuadro astigitano. Los números son, a todas luces, negativos en la temporada de su estreno en Segunda B. Sin embargo, los dos triunfos con que concluyó la primera vuelta del campeonato en el Grupo IV y también 2013 vuelven a ofrecer esperanza al Córdoba B, que antes de eso caminaba destino del depósito. Si bien la permanencia se presenta como un objetivo todavía complicado, el enfermo mejora y se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos, que puede abandonar para subir a planta si comienza 2014 con la misma dinámica con que se marchó al parón. No en vano, el filial ya observa una tenue luz al final del túnel.

En los primeros días de diciembre el conjunto que dirige José Antonio Romero se veía abocado a una situación crítica, cuyos precedentes resultaban desalentadores. Tras perder por 4-0 en su visita a La Hoya Lorca, el segundo equipo blanquiverde ocupaba el farolillo rojo con sólo ocho puntos, un dato que arrojaba una dura estadística: ningún club en esa situación a dichas alturas de la competición logró salvar la categoría desde la temporada 2000-01. La oscuridad, por tanto, era absoluta y tocaba recibir al líder del Grupo IV, un potente Albacete, y visitar a un Arroyo que en casa sólo había perdido un encuentro. Pero en esos dos últimos choques del año, el Córdoba B sacó su orgullo y cosechó sendas victorias que sirven para que en estos momentos se encuentre algo más aliviado en su pugna por huir de la quema.

Gracias a ese doble resultado positivo ya no cierra la clasificación y mira a la salvación desde una distancia salvable de cinco puntos. La mejora se produce después de un inicio de campaña realmente desastroso, con un empate sumado en las primeras ocho jornadas. Hasta ahí llegó la aventura de Pepe Puche en el banquillo blanquiverde, que ocupó a partir de entonces José Antonio Romero. De la mano del que fuera hasta ese momento director de cantera de la entidad califal, el equipo consiguió cuatro igualadas y una victoria en siete choques, una cifra insuficiente pero claramente mejor. Después de caer en el derbi con el Lucena llegó la goleada ante La Hoya Lorca y todo se volvió nuevamente negro. Sin embargo, las dos victorias en los últimos encuentros del año y de la primera vuelta aportan un color más alegre, aunque sólo sea por la sensación de que al fin comenzó la reacción necesaria para evitar el descalabro a la conclusión del campeonato.

Porque, en efecto, todo tiene otro aspecto para el Córdoba B de cara a su lucha en 2014. Sucede esto a pesar de que los números son todavía negativos y de que los precedentes desde la temporada 2000-01 no invitan al optimismo. Ningún equipo que se encontraba penúltimo al final de la primera vuelta en todas esas temporadas logró la salvación. Además, sólo cuatro conjuntos llegaron a estas alturas de la competición con menos o los mismos puntos que los que tiene en su casillero el filial. Con todo, hay un dato que ayuda a pensar en positivo, y ése es el hecho de que la permanencia se encuentra en uno de sus niveles más bajos. El San Fernando se encuentra con un tanteo menor a la veintena y con una ventaja sobre los blanquiverdes de apenas cinco puntos. Todo va a depender, por tanto, de que la escuadra de José Antonio Romero se capaz de mantener su línea ascendente en la segunda mitad del curso.

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