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Las malas rachas, de nuevo guardadas en el cajón del olvido

López Silva abraza a Caballero el autor del gol FOTO: MADERO CUBERO

Rafael Ávalos

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El Córdoba colecciona datos históricos merced a dinámicas en las que no cabe la derrota continuada, algo que en las tres últimas temporadas recordó con Esnáider

No se cansa de reunir cifras y datos de interés histórico. Como botón de muestra sirva el hecho de que en las diez primeras jornadas del presente curso, que se acerca a su primer tercio, no hubo una sola ocasión en que se mirara la clasificación por debajo de la octava plaza. Por si fuera poco, el Córdoba consigue sumar ocho semanas dentro de los seis puestos de privilegio, los que otorgan el ascenso directo o lo que ofrecen la oportunidad de jugar el play off. Para encontrar una situación similar hay que navegar en la hemeroteca para llegar a la campaña 1974-75, en que el conjunto blanquiverde nunca dejó las primeras cuatro plazas de la tabla en el mismo período que el actual. Entonces, apenas cayó al cuarto lugar dos veces, lo que provocó que ocupara uno de los tres puestos que llevaban a la elite las otras ocho fechas del campeonato. De esta forma, el equipo de Villa añade otro hito en su bolsa de viaje.

Pero una situación como la citada no es fruto de la casualidad. Mucho menos cuando en el presente curso existe una igualdad extrema en Segunda, una igualdad que no concede oportunidades de relajación y tropiezos. El Córdoba sigue el camino correcto y lo hace gracias a que dejó en el cajón del olvido aquellas malas rachas tan comunes no demasiado tiempo atrás. Lo de encadenar más de dos derrotas consecutivas o una larga época sin triunfos es algo que desconoce el conjunto blanquiverde desde la llegada a su banquillo de Paco Jémez, con la salvedad del tramo final para Berges y de la etapa de Juan Eduardo Esnáider. El hoy técnico del Rayo Vallecano inició un viaje que se mantiene en la actualidad. Bajo su mando, el cuadro califal mantuvo una línea de regularidad que le llevó a sumar como máximo tres encuentros sin ganar. Esa circunstancia la vivió su equipo en dos ocasiones en la temporada 2011-12, la del play off que esta campaña se quiere repetir.

La primera se dio precisamente antes de cumplir los primeros diez partidos de Liga, cuando el conjunto blanquiverde empató con el Villarreal B y en Cartagena y cedió ante el Deportivo. La racha podría haber sido peor, pues después se perdió en el Rico Pérez y se volvió a igualar con el Barcelona B. Sin embargo, apareció entre medias el choque aplazado de la primera jornada del campeonato en Elche para romper con esa posibilidad. El Córdoba ganó en Martínez Valero y evitó encadenar cinco encuentros sin conocer la victoria. La segunda de estas rachas, que no se pueden considerar tan negativas, llegó a punto de encarar el tramo final del campeonato. Sea como fuere, y aunque hubo dos derrotas esa vez, la escuadra califal no perdió nunca dos duelos de forma consecutiva. Ese dato sí queda roto en la presente temporada, en la que los de Villa se quedaron a cero en su doble salida a Las Palmas y Lugo. La respuesta vino en El Arcángel ante el Sabadell.

No en vano, el Córdoba aprendió en los últimos tiempos a contestar con triunfo cada tropiezo lejos del coliseo ribereño, pues en él apenas ofrece concesiones a sus rivales. Así lo supo hacer también de la mano de Rafa Berges, aunque éste sin atravesó algún bache de importancia. Entre el final de noviembre y el comienzo de diciembre de 2012 el conjunto blanquiverde no fue capaz ninguno de los tres encuentros que disputó en El Arcángel y encadenó cuatro jornadas sin ganar, con dos derrotas y dos empates. Al menos, respondió tras una amarga despedida de año con un inicio de 2013 con una igualdad y cuatro victorias consecutivas. Fue entonces cuando llegó la segunda peor racha de las últimas tres campañas. El equipo estuvo cinco semanas sin ganar y acumuló tres tropiezos seguidos, algo que generó que la “máquina de triturar técnicos” comenzara a calentar motores.

La trituradora entró en funcionamiento poco después, tras el tropiezo de Guadalajara. Se optó en ese momento por el cambio de cromo en el banquillo blanquiverde, algo que no sólo no sirvió para nada sino que reabrió la herida del tropiezo continuo. Juan Eduardo Esnáider sólo ganó dos partidos y sumó siete puntos. El argentino necesitó nada más que nueve jornadas, aquellas famosas nueve finales, para dejar un legado de dos malas dinámicas de ésas que parecían olvidadas. Su llegada dejó una racha de tres derrotas consecutivas, ya que después de perder el equipo en la Alcarria en el último encuentro dirigido por Berges volvió a ceder ante Ponferradina y Hércules. Más amargo fue aún el final de temporada, que se cerró con cinco semanas sin conocer el triunfo. Cuatro veces hincó la rodilla y en otra empató el conjunto califal en el adiós a la campaña 2012-13, que por el momento parece también fue el adiós a las malas rachas.

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