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Jaime Loring: “Hay que acabar con el sistema financiero”

Alfonso Alba

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FOTO: MADERO CUBERO - VIDEO: VICTOR MOLINO

Escribir un perfil de Jaime Loring (Madrid, 1929) para presentar una entrevista es un esfuerzo titánico. Jesuita, escritor, economista, agrónomo, humanista, profesor, hijo adoptivo de Córdoba, doctor honoris causa por la Universidad de Guatemala, fundador de ETEA, impulsor del Círculo Juan XXIII... ¿Cómo presentarlo? ¿Qué destacar? “Yo soy Jaime Loring”, protesta, siempre con una sonrisa en la boca. “Llámeme Jaime Loring y ya está”, insiste.

Jaime Loring espera en el patio de San Hipólito, sentado en un banco donde se está fumando un ducados tan tranquilo a sus 84 años. El tabaco le ha esculpido una voz ronca que no es áspera, sino cálida. De vez en cuando tose, pero eso no le impide continuar una frase justo en el mismo punto en el que la dejó. Su lenguaje es claro, es directo, es contundente y es simple. Habla despacio, pero su cabeza va muy rápido. No se precipita. Prefiere esperar un par de segundos antes de contestar exactamente lo que quiere decir.

Para la entrevista prefiere sentarse en su despacho. Viste sencillo. Nadie diría que es ni un jesuita ni un doctor honoris causa ni un hijo adoptivo de la ciudad de Córdoba ni una de las mentes más admiradas de la ciudad por su sensibilidad y compromiso social. Habla apoyado sobre la mesa, a la que golpea con los nudillos cuando quiere enfatizar una frase. “Hay que acabar con el sistema financiero” es la frase que más repite, enfatiza y remarca.

PREGUNTA. ¿Cómo le gusta a Jaime Loring que le llamen: economista, humanista, sociólogo, jesuita...?

RESPUESTA. Jaime Loring. Y ya está. Yo soy Jaime Loring y se ha acabado. He tenido una carrera académica muy complicada. Entonces, a mí me llaman de todas maneras. En América, padre Loring. Para otros soy Jaime. Para otros soy profesor. Para otros Jimmy. Aquí [se refiere a San Hipólito, residencia de los jesuitas en Córdoba] soy Jaime para todo el mundo. Así que usted me llama como quiera. Yo soy Jaime Loring. Ya está.

P. Pero, ¿cómo se siente más cómodo? ¿Como jesuita, como humanista, como economista...?

R. Pues no me lo he planteado nunca. Yo me siento en el mundo. Y el mundo no es ni agricultura ni economía. El mundo es todo, es un conjunto, es la gente. Entonces, a mí me preocupa la gente. Ahora, la gente necesita un sistema económico, un sistema de vivienda, de arquitectura, de comercio, de enseñanza. Pero es la gente. Me preocupa la sociedad, la gente, el pueblo si quieres.

A mí me preocupa la gente

P. Antes de que empezara la crisis, usted habló en una entrevista de radio en Córdoba de un desafío que tenía nuestra generación que era acabar con el hambre en el año 2025.

R. Exacto.

P. No nos salen las cuentas con la que está cayendo ahora, ¿no?

R. Pues parece que no. Bueno, aunque todavía quedan años para el 2025... Antes me preguntabas que dónde me siento. Yo te digo que me siento con la gente. Pero la gente para mí no son los de mi barrio, ni los de Córdoba. Para mí es el mundo. Cuando yo doy clases en El Salvador no me siento dando clases en el extranjero. Le doy clase a personas. Cuando doy clase en Córdoba se la doy a personas. Los seres humanos somos personas. No somos franceses, alemanes o españoles. Eso es secundario. Entonces, el hambre del mundo evidentemente me preocupa. Ahora, dice la FAO que había recursos para alimentar a la población mundial entera. Pero es que esos recursos están en manos de entidades a las que el hambre en el mundo no les preocupa. Lo que le preocupan son sus ganancias. Ganar dinero. Y este es el problema. En este momento, hay un conflicto entre los objetivos del sistema financiero y las necesidades de la sociedad. El sistema financiero pretende ganar dinero. Que la gente sufra no le importa. Ahí está el tema de los desahucios. Financieramente, los desahucios son correctos. Consecuencia: la gente sin piso. Vivimos en un momento donde esta ese conflicto entre lo que es el sistema económico financiero encerrado en sí y la sociedad. Habría que romper esa dinámica. Antes su compañero me preguntado que si yo me encontrase con el presidente del Gobierno que le diría [el profesor Loring se refiere a la entrevista en vídeo que minutos antes le ha grabado Víctor Molino]. Yo le he contestado una tontería: Que ande por la calle y hable con la gente. ¿Estamos? Las personas. Si quiere le recuerdo una frase que yo escribí en mi libro de Gestión financiera que la repito mucho. En la dedicatoria pongo: “A mis alumnos. En este libro vas a encontrar cantidad de números y cantidad de curvas. Los números son planos, las ideas profundas. Detrás de cada número hay una persona. Id a la idea”. Cuando se habla de deslocalizar o desubicar una empresa para llevarla a un país porque los salarios son más baratos, ¿qué estamos haciendo? Enriquecernos nosotros a costa de salarios ínfimos en China, la India o donde quiera que sea. Esta ruptura del sistema yo creo que es lo más importante ahora. Hay que romper el esquema del sistema financiero, que esta encerrado en sus intereses de ganancia de dinero sin preocuparle las consecuencias que puede haber fuera.

El sistema financiero pretende ganar dinero. Que la gente sufra no le importa

P. A mí me gusta repetir mucho una frase que se le atribuye a Bertold Brecht cuando se pregunta: “¿Qué delito es robar un banco comparado con el hecho de fundar uno?”

R. (Risas). Un poco exagerada la frase (Risas). Pero mira. Lo he dicho muchas veces. En el sistema financiero estás comprando dólares en Estados Unidos hoy, los vendes dentro de cinco días cuando el dólar ha subido y puedes ganar un millón de euros. No has producido un palillo de dientes. Eso no tiene sentido. ¿Cómo se puede ganar dinero sin producir nada? Ése es el problema. Pero el sistema financiero es así y está viviendo de las operaciones especulativas y jugando con los precios. Lo mismo digo con la Bolsa. Yo compro acciones hoy. Suben las acciones, las vendo, gano dinero. Por ejemplo, si compro acciones de Endesa, Endesa no se entera. Pero yo puedo ganar 100.000 euros en 48 horas y no haber producido un palillo de dientes. ¿Eso tiene sentido? Ese es el problema del siglo XXI.

¿Cómo se puede ganar dinero sin producir nada? Ese es el problema del siglo XXI

P. Antes hablaba de la deslocalización de las empresas. Cuando usted llegó a Córdoba en los años 60, ésta era una ciudad con algo de industria. No mucha, pero algo había. Ya no queda nada. ¿Es por eso que estamos condenados?

R. Pues sí, pero es que la deslocalización de empresas no sé si en el caso de Córdoba es tan así. Tendría que tener un conocimiento más concreto de los casos particulares. Pero vamos, a nivel general la deslocalización de las empresas no va a enriquecer a los países de destino sino a aprovecharse de que trabajan con sueldos muy baratos. Esa es la lógica. Por eso digo que este es el problema. Estamos, a principios del siglo XXI, en un momento de la Historia que yo lo comparo con el final del siglo XV y el final del siglo XVIII. ¿Por qué? Final del siglo XV, desaparece el sistema feudal y se crean las monarquías absolutas. Entre los Reyes Católicos y Felipe II no hay comparación. Los Reyes Católicos dependían de unos señores feudales. Felipe II no depende de nadie. Hubo una caída del sistema y empieza un mundo diferente. Finales del siglo XVIII. Las monarquías absolutas ya no sirven. Empezaron los franceses y después toda Europa. Se tardó casi 40 años pero empezaron las democracias parlamentarias. Nace la burguesía. La aristocracia terrateniente pierde sentido. Ya ser duque, marqués o conde es un título honorífico. Se crea un mundo nuevo. En 1812 fue la primera Constitución Española. Nos vamos un poco antes. Si en tiempos de Carlos III ponemos a dos personas discutiendo y diciendo: “Hay que acabar con la Monarquía absoluta”. ¡Inconcebible! Bueno, pues hoy digo: hay que acabar con el sistema financiero. ¡Inconcebible! Hoy, la falta de lógica del sistema para mí es similar a la falta de lógica de las monarquías absolutas y del feudalismo. ¿Cómo se va a hacer? Yo no lo sé. Pero yo veo que estamos en un momento de un cambio importante.

La falta de lógica del sistema de hoy es similar a la falta de lógica de las monarquías absolutas y del feudalismo

P. Desde el sistema se nos dice que sin bancos no podemos funcionar, sobrevivir.

R. Bueno, ¿pero qué es un banco? Originariamente un banco era un sitio donde todos los que ganaban un poco más de lo que necesitaban para vivir y ahorraban lo llevaban al banco. Con esos ahorros, los que querían hacer un negocio el banco se lo prestaba. El banco era el canal donde los ahorros fluían. Hoy los bancos se han encerrado en sí mismos. El dinero va de banco a banco y de banco a banco. Mira. Son datos que yo he leído y la fuente exacta no la tengo. Pero, a nivel mundial ¿cuánto dinero corre contra bienes y servicios? Café, petróleo, turismo, viajes... ¿Y servicios contra dinero? Dinero contra dinero. Nada más. El flujo financiero, dinero contra dinero, es 80 ó 100 veces mayor que el dinero contra mercancías y servicios. Esto es lo que a mí me lleva a ser tan utópico como si en el tiempo de Carlos III yo hubiera dicho que había que acabar con la monarquía absoluta. ¿Ves? Lo considero utópico, pero lo veo lógico. ¿Consecuencia de ese sistema financiero? El hambre. ¿Consecuencia? El subdesarrollo. ¿Consecuencia? Pues lo que vemos cuando salen cosas de Somalia, la India... ¿Hacia dónde vamos a ir? Bueno, pues yo observo pero realmente no me siento en condiciones de decir qué es lo que va a pasar. Creo que lo que está ocurriendo no tiene razón de ser. No tiene fundamento.

No me siento en condiciones de decir qué es lo que va a pasar, pero lo que está ocurriendo no tiene razón de ser. No tiene fundamento

P. Precisamente hoy, la Universidad ETEA-Loyola Andalucía ha celebrado unas jornadas en la que uno de sus ponentes, el economista José Carlos Díez, ha dicho que lo que está pasando ahora no había ocurrido nunca como usted acaba de referir, y que por eso ahora nos vemos incapaces de saber qué es lo que hay que hacer. Es como si la sociedad estuviese atónita.

R. ¿Tú crees que los parisinos que tomaron la Bastilla sabían lo que era una democracia parlamentaria? Lo que sí sabían es que el Rey tenía que desaparecer. ¿Qué había después del Rey? No lo sabían. Se tardó muchísimo tiempo. Después incluso llegó Napoleón. Bueno, pues yo digo: el sistema financiero tiene que desaparecer.

P. Pero en esa Francia quizás existía la guía de los pensadores ilustrados, de Rousseau, de Voltaire, de Montesquieu...

R. Sí, todos esos pensaban mucho. Sí, pero fueron poco a poco. Hasta que se estableció la democracia en Europa a nivel general se tardó unos 50 años.

P. Usted que es un experto en Centroamérica...

R. Hombre, tanto como experto...

P. ¿Ve comparaciones, como hacemos muchas veces, con lo que pasa y pasó allí a lo que está ocurriendo aquí?

R. No, no. Mira, si me hablas de la Centroamérica de los años 80, no. En aquella época estaba la guerra. Los sandinistas derrocaron a Somoza en el 79. Luego vino la guerra en Guatemala, en El Salvador. Muy largas. En Europa la etapa de las guerras ya ha desaparecido. Ya no es pensable ahora mismo una guerra en Europa. Eso por un lado. Segundo. La estructura social de Centroamérica no es como la de aquí. La de aquí no es ideal. Hay muchas desigualdades. Pero la desigualdad de allá... En El Salvador y en Nicaragua hay un círculo muy reducido de ricos inmensamente ricos. Y cuando digo inmensamente ricos es que son inmensamente ricos. Luego, una clase media que es con la que yo suelo tratar que es más o menos como la de aquí pero que puede representar un 15% de la población. Y un 80% de la población enormemente pobre. Eso no es España. España no es un modelo, pero no es Centroamérica, las cosas como son. Además, también está el problema de la seguridad ciudadana. En El Salvador yo antes tomaba un autobús, ahora no. Y los salvadoreños me dicen que hago bien. ¿Por qué? Por que te pueden matar. Así de claro. O sea, se suben unos atracadores y empiezan a pedir el dinero, y al que no se lo da le pega un tiro. Y claro, yo extranjero imagínate. Esa falta de seguridad ciudadana en España no existe. Entonces, no es comparable. Y no es que quiera poner a España de modelo.

P. Los periodistas somos muy exagerados y tendemos a comparar. Hoy, por ejemplo, también se ha publicado una noticia de que una agencia de calificación de deuda ha elevado la calidad de México un escalón por encima de España. Y hemos vuelto a compararnos.

R. Bueno, pues a lo mejor sí. México tiene muchas relaciones con Estados Unidos y puede que su endeudamiento sea menor. Pues será así. Ellos [las agencias] sabrán porqué lo han hecho. El tema de las calificadoras de riesgo se discute mucho porque claro, influyen. Una calificadora de riesgos baja de la triple A a otros y suben los intereses de la deuda pública. Entonces, ¿esos calificadores de riesgo realmente son absolutamente neutrales o no? Eso es discutible. Ten en cuanta además que las tres calificadoras son norteamericanas. No hay una agencia europea. Pero eso es lo que hay. Y esto es lo que me lleva a decir que el sistema financiero hay que cambiarlo.

P. Se acaban de cumplir 50 años de la fundación del Círculo Juan XXIII. Usted participó en la fundación...

R. No. A veces me han dicho que soy fundador. No lo soy. Yo entré en el Juan XXIII relativamente pronto pero no en la fundación. Y lo hice por una circunstancia casual. En aquella época, como el Juan XXIII estaba mal visto por las autoridades del régimen pusieron una condición de que para asistir a las conferencias había que ser socio. Un día que fui por las buenas a una conferencia me dijeron que sólo era para socios. Y dije, pues hazme socio. Así me hice socio. Más tarde fui presidente. Pero no fundador. Entré relativamente pronto. Si se fundó en 1963 yo entré en 1964 ó 1965.

P. ¿En esa época de la fundación del Juan XXIII había más compromiso político que ahora?

R. Uf. Hombre, los que tenían compromiso político sí. Había de todo. En el Juan XXIII efectivamente había un compromiso político importante. Yo recuerdo una frase de Joaquín Martínez Bjorkman que decía algo así como “contra Franco todos vivíamos mejor”. (Risas). Allí había un objetivo común y no existían problemas entre el PSOE o Izquierda Unida. Había un único objetivo. Hoy hay muchos objetivos. Ahora, ¿más compromiso político en aquella época? Pues no sé. El Juan XXIII sería algo importante pero éramos una minoría en esta ciudad. La mayoría estaba con el régimen. Yo no diría que más o menos. Ahora, sí que la oposición estaba más unida.

Que Rafael Gómez haya conseguido ser la segunda fuerza política en el Ayuntamiento de Córdoba es algo inexplicable

P. ¿Qué se le pasa por la cabeza a un hombre tan comprometido políticamente y que luchó tanto por la democracia en Córdoba cuando ve al constructor Rafael Gómez sentado en el salón de plenos del Ayuntamiento?

R. Pues mira. Con todos mis respetos a Rafael Gómez: no me lo explico. Es lo más suave que puedo decir. No me lo explico. Rafael Gómez tenía un historia. Entonces, como ha conseguido ser la segunda fuerza política en el Ayuntamiento por encima de Izquierda Unida y el Partido Socialista es algo inexplicable. Cada uno le dará la explicación que quiera. Para mí no tiene sentido. Pero vamos, sinceramente, de Rafael Gómez no voy a hablar. No soy quien para hacerlo. Ahora, el que haya tenido ese número de votos, yo no lo entiendo. Los que le hayan votado sabrán porqué. Yo no le voté. Por tanto, el que lo haya votado que diga porqué lo votó. Después, su actual actividad en el municipio lo más que puedo decir es que no es ejemplar. Su partido está dividido...

P. Hay quien responsabiliza a la propia izquierda de haber hecho dejación de funciones y que por eso Rafael Gómez obtuvo tanto respaldo.

R. Pues no lo sé. Pregúntale al que le ha votado porqué lo ha votado. Yo no me lo voy a inventar. (Risas)

ETEA nació para formar empresarios agrícolas que transformasen la agricultura y convertir al labrador en empresario

P. ETEA es hoy un gigante de la enseñanza en Andalucía. Usted quedará siempre como el fundador de ETEA...

R. Sí, no fui fundador del Juan XXIII pero sí de ETEA.

P. ¿Se imaginaba usted que esa universidad iba a llegar tan lejos?

R. Pues no, no, no. Mira, ETEA empezó aquí, donde estamos [el patio de San Hipólito]. Mi despacho era esa habitación. Se entraba por esta puerta. Aquí estaba la secretaría. Allí, a lo largo [señala al fondo del patio] se puso una clase, a lo largo. Y aquí estuvimos un año. El segundo año se abrió otra clase ahí [señala al lateral], y al siguiente ya nos fuimos allá [a la sede actual de ETEA, junto al parque Cruz Conde]. Te estoy hablando de los principios de los años 60. En aquella época la agricultura tenía un peso muy importante en la economía y la sociedad, casi el 50% del Producto Interior Bruto (PIB). Transformar la agricultura tenía una enorme importancia. La idea que tuvimos al hacer ETEA era una escuela de formación de empresarios agrarios. Nada más. Entonces no se pensaba en una universidad. Además, no había universidad en Córdoba. Sólo estaba la Facultad de Veterinaria, que dependía de la Universidad de Sevilla. Esto empezó como una escuela absolutamente privada. Luego vino un reconocimiento como escuela profesional en tercer grado, luego vino la adscripción a la Universidad de Córdoba y tal. ETEA quería formar empresarios agrícolas que transformasen la agricultura y pasar de lo que aquí se llamaba el labrador a un empresario. Empezaba la mecanización de la agricultura, comenzaban los regadíos, toda la política de Cabestany de los años 50. Esa transformación agraria en Andalucía tenía una importancia enorme. Entonces, siguiendo los modelos del Esade de Barcelona o el Icade de Madrid hicimos una escuela, pero agrícola. El primer plan de estudios, que lo elaboré yo, el 50% era agronomía y el 50% era dirección de empresas. A lo largo de los años, la dirección de empresas se fue comiendo el terreno a la agricultura hasta que la agronomía desapareció. Pero aquí se enseñaba genética, botánica, producciones ganaderas, química... La idea era una escuela para crear empresarios agrícolas en un momento en el que la agricultura era importante. A medida que pasó el tiempo, la agricultura fue perdiendo peso y la gente que salía de ETEA no encontraba empleo en el ámbito de la agricultura todo se fue transformando en una Facultad de Ciencias Empesariales.

P. Empresarios agrícolas que no tenían trabajo quizás porque la propiedad de la tierra quizás fuese un problema.

R. Pues sí. La agricultura no ofrecía puestos de trabajo suficientemente remunerados para ocupar a un gerente. Algunos de los alumnos que teníamos eran agricultores, de familias propietarias, y otros no. Otros eran gente que le interesó la agricultura, pero no eran propietarias. Habrían tenido que buscar un empleo en una empresa agraria. Y las empresas agrarias no lo ofrecían.

P. Quizás los propietarios de la tierra en Córdoba y Andalucía han sido muy conservadores.

R. Hoy la agricultura no tiene nada que ver con cuando empezó ETEA. No me atrevería yo a hacer un juicio de ese tipo. La agricultura cordobesa ha progresado bastante. La agricultura cordobesa del 2013 no tiene nada que ver con la de 1960. Ahora, hacer la comparación y ver cómo se han comportado los terratenientes... no me atrevo a hacer ese juicio. Sinceramente, no lo diría. Ahora, no achacaría ahora mismo a la agricultura cordobesa de ser atrasada. No lo diría. Pero mucho más no me atrevo a decir. Cuando las cosas las sé, las sé, y cuando no pues no. (Risas)

P. Yo es que siempre pensé que Córdoba fue una ciudad muy agrícola que ha dejado de serlo, y ahora es un sector muy secundario.

R. Bueno, como en toda España. Cuando yo empecé la agricultura era el 50% del PIB y hoy es el 4%. Pero eso es en toda España.

P. Quizás ese es uno de nuestros grandes problemas, porque miramos mucho a Francia y tienen un sector agrícola muy potente.

R. Y España también. Evidente. Almería, que era el fin del mundo, ¿cuánto exporta hoy? El aceite. No, no. España tiene un sector agrícola potente. Si quieres vamos a sacar los números, pero es un sector potente, evidentemente que sí.

Si usted pierde su empleo le va a costar trabajo encontrar otro

P. Mi padre es agricultor y pequeño propietario, y en un futuro si todo sigue yendo mal yo es que me veo volviendo al campo. No sé si la agricultura va a volver a convertirse en un sector refugio.

R. ¿Volver otra vez al campo? Pues a lo mejor, no lo sé. Usted es periodista. El periódico de momento va bien, así que no creo (risas). Ahora, si perdiera usted el empleo que tiene en el periódico yo no sé si volver al campo pero le va a costar mucho encontrar otro empleo. Por lo menos por ahora. Se está hablando que el paro empiece a disminuir en el 2014 ó 2015. Como pierda el empleo que tiene, le va a costar encontrar otro. Por tanto a lo mejor se va a tener que ir a trabajar al campo.

P. ¿Cuánto puede aguantar una sociedad con estas cifras de paro tan asfixiantes?

R. Ni 24 horas puede aguantar. Aguanta gracias al seguro del desempleo, la economía sumergida. El paro en España es insoportable. Las expectativas hablan de que llevamos dos meses donde el paro decrece. Todavía, anualmente, ha crecido el paro si comparamos abril de 2012 con abril de 2013. Si comparamos abril con marzo, baja. ¿Esto es el inicio de que va a bajar? Pues mira, los optimistas dicen que sí y los pesimistas dicen que no. Ahora mismo, saber saber, no lo sé. Lo sigo, ¿eh? Yo me bajo todos los meses las curvas del paro. Del Inem y del INE, de estadística, todos los trimestres. ¿Va a seguir bajando? Ojalá. Pero la bajada es muy corta. Por lo tanto, para recuperar casi seis millones de empleos, échale tiempo. Por eso yo vuelvo al principio. ¿El problema? El sistema financiero.

¿Echa de menos una Iglesia mas de los pobres? Pues sí y no

P. ¿Echa de menos una Iglesia más social, una Iglesia más de los pobres?

R. Pues, sí y no. La Iglesia hace mucho por los pobres. Cáritas es una institución muy importante. Y hace mucho por los pobres. La cantidad de órdenes religiosas que se dedican a atender a los necesitados hacen mucho. Ahora, ¿tendrían que hacer más? Quizás sí. Pero el problema de la Iglesia es la estructura de poder. Ese es el problema. ¿Qué hicieran más por los pobres? Evidentemente que sí. Pero acusar a la Iglesia de que no se preocupa por los pobres es falso. Se preocupa. ¿No lo suficiente? Nunca es suficiente. Cáritas hace mucho. Y cantidad de órdenes religiosas, los hermanos de San Juan de Dios, los jesuitas... O sea, se hacen muchas cosas. Se podían hacer más. Pero para mí el problema es el círculo de poder. La presencia de la mujer en los órganos de gobierno de la Iglesia no existe. Vas a un obispado y todos son varones. Y no me voy a meter ahora en si la mujer puede decir misa o no, pero ¡caray!, para llevar una oficina porqué tiene que ser un canónigo. Para mí esa reforma de la Iglesia es la importante.

Si me preguntase el Papa si las mujeres pueden dar misa, le diría pues mira, sí

P. Me ha puesto la pregunta a tiro. ¿Usted cree que las mujeres deberían poder dar misa?

R. Pues mira, mi opinión no va a ningún lado, te puedes imaginar. Que Jesús, los 12 apóstoles eran varones... De acuerdo. Pero es que en aquella época la mujer tenía otro papel. Con Él iban muchas mujeres. Pero no eran los apóstoles. Bueno. Aquellas estructuras machistas de aquella época hoy no existen. ¿Jesús hoy hubiera tenido mujeres si la mujer va a la Universidad, es jefe de gobierno? Como en la Santa Cena no había mujeres, pues no pueden decir misa. Bueno, yo no lo veo.

P. La Iglesia Anglicana ya tiene mujeres obispo.

R. Pues sí. Ahora, como tú comprenderás mi opinión no va a ningún lado. Si a mí me preguntase el Papa mi opinión, le diría pues mira, sí. Pero como no me lo va a preguntar.

P. ¿Le gusta el nuevo Papa?

R. Hombre, claro.

Yo he entrado en la Compañía de Jesús por que he querido, y no me voy por que no quiero. La puerta está abierta, ¿eh?

P. Dentro de la Iglesia, usted es un hombre libre. ¿Hay muchos hombres como usted dentro de esta institución?

R. Pues mira, yo no sé si libre o no. A mí nadie me pone cortapisas. Yo sé lo que puedo hacer y lo que no puedo hacer, por tanto procuro no salirme de las normas. Pero sí, soy libre. Ahora, ¿hay muchos más? Yo supongo que sí. Yo no me siento limitado por nadie. No, no. En la Compañía de Jesús yo me siento apoyado por todas partes. Todo el mundo me respeta y me estima. Voy a una casa y a otra, y el provincial me recibe siempre estupendamente. Yo me siento muy bien. No sé si eso es ser libre o no ser libre. Ahora, lo que no voy a hacer es saltarme las normas. Yo sé lo que significa ser jesuita y por tanto lo soy. Yo sé que si la Compañía opina que yo no debo hacer una cosa, pues no la hago. Eso entra dentro de mi libertad. Yo he entrado en la Compañía por que he querido, y no me voy por que no quiero. La puerta está abierta, ¿eh?

En Iemakaié tenemos problemas financieros por la Junta no nos pagado ni en febrero, ni en marzo, ni en abril

P. Usted es presidente de Iemakaié, que hace una importante labor social, ¿cómo están notando en el colectivo el impacto de la crisis?

R. Iemakaié es una palabra africana que significa bienvenido. Yo le dedico ahora a esto bastante tiempo. Ya me he jubilado y en ETEA no tengo ninguna actividad. Una vez jubilado, me preocupa la gente. Por eso estoy en una entidad que se dedica a atender los sectores sociales más excluidos y marginados. Unos son los deficientes psíquico-mentales con problemas de trastornos de conducta y de agresividad. Estos señores o los matas, o los cuidas. Pero no se pueden curar. Entonces hemos elegido cuidarlos. Esto es una tarea que no se puede llevar con voluntarios, sino que tienen que ser profesionales. Otro ámbito importante es el de la drogodependencia, enfermos de SIDA y la prostitución callejera. El tema de la prostitución es increíble. Casi todas ellas son africanas traídas por mafias, maltratadas por el camino, que aquí las obligan a ejercer para pagar una deuda que han contraído en la que dan cifras de 50.000 euros. Imagínate cuándo lo pueden pagar. Bueno, las atendemos con cuidados sanitarios, atención psicológica y problemas jurídicos. Y luego tenemos un centro de atención infantil temprana a niños con problemas de desarrollo mental, psicomotriz, de atención, de autismo... Así que una vez jubilado, me ocupo de esto. Pero en el fondo cuando yo daba clase de Teoría financiera me preocupaba la gente y decía cómo había que llevar una empresa para ayudar a la gente. Hoy me sigue lo mismo. Es la gente. Pero desde otra plataforma. Así que gracias a Dios va bien en el sentido de que todas las personas que trabajan con nosotros lo hacen estupendamente, muy bien. Tenemos ahora mismo problemas de tipo financiero porque tenemos conciertos con la Junta de Andalucía, en virtud de lo cual firmamos un contrato por el que nosotros nos comprometemos a cubrir estos servicios con esta calidad, y ellos se comprometen a pagarnos. Bueno, pues no nos pagan. En este momento nos deben febrero, marzo y abril. Oye, pero los alimentos hay que comprarlos. No se puede dejar a la gente sin comer. Las nóminas hay que pagarlas. La electricidad también. No tenemos líquido y tenemos deudores. Así que estamos haciendo una campaña importante para ampliar la base de socios y para recaudar dinero que compense de momento los retrasos de la Junta y poder ampliar nuestros servicios. En eso estamos ahora, en la difusión de Iemakaié para captar socios y ampliar la base social. Ahora mismo estamos en unos 200, pero quisiéramos llegar casi a 2.000 para tener una base social importante y no depender sólo de la Junta, y poder autonomía para, por ejemplo, montar un comedor. ¿Pero de dónde saco el dinero? Tú puedes tener ideas, como montar un comedor, pero ¿con qué dinero?

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