Una despedida en 'Todas las lenguas de los hombres'

La Bella Varsovia publica el primer libro de poemas del cordobés Jesús Fernández

“Vengo a la tumba del Amor

a traer flores recién cortadas

de la inocencia

y a despedirme

en todas las lenguas de los hombres“

Los versos pertenecen a Gota, último poema con el que T. D. Lawrence Hendershot dijo adiós a la vida con la pluma en la mano. Tras escribirlo, se arrojó al mar. Una libreta de poemas garabateados y varias cuartillas escritas se guardaban en su bolsillo. Era el 18 de febrero de 1968. Aquellos versos medio borrados pertenecían a Las Variaciones Whalbergstone, poemas inspirados en la obra casi desconocida del estadounidense Alfred Whalbergstone, al que Lawrence idolatraba. Las Variaciones nacieron de la misma admiración que aglutinó a un grupo de escritores, integrados por Fria H. Bear, Martin Walsh, Gena Blair y Anthony Solomon. Todos ellos constituyeron el grupo literario La Troupe. Y son el núcleo de la obra Todas las lenguas de los hombres, que recogen sus poemas y que La Bella Varsovia ha publicado.

Pero tal vez Lawrence Hendershot, Alfred Whalbergstone, Fria H. Bear, Martin Walsh, Gena Blair y Anthony Solomon solo sean elementos de un mapa inventado y trazado por el escritor cordobés Jesús Fernández (1974). Atrapado por un gusto más ligado a la prosa y al cuento, ha ideado un completo universo poblado por creadores imaginarios, las vicisitudes de sus vidas y, claro está, sus obras escritas. Todas las lenguas de los hombres es su primer libro, pero Fernández es un habitual de antologías y revistas especializadas.

La escritora Verónica Moreno, amiga de Fernández desde hace años, le precedió anoche durante la presentación del libro en el Palacio de Viana. Recordó que a Jesús siempre le ha gustado escribir a través del personaje Andrés Malpaso, un trasunto de él mismo, como lo son también los integrantes de La Troupe. Y, “porque el libro de Jesús no es sino un relato biográfico”, Moreno trazó un resumen de la vida de Fernández a través de las andanzas de Andrés Malpaso.

Fernández trató luego de sintetizar el complejo mundo literario que ha creado y del que ha recogido una antología. Desde el amor por las piedras de Whalbergstone, a las actuaciones precedidas por el entrechocar de cantos rodados de La Troupe, en recuerdo de su referente literario. El escritor explicó la convicción que tenía T. D. Lawrence Hendershot de que ciertos sentimientos humanos podían traducirse en gestos que fuesen entendidas en todas las lenguas de los hombres. El suicidio, como despedida definitiva y universal, es uno de ellos.