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Pérez Giménez o el instinto de superviviencia

FOTO: MADERO CUBERO

Alfonso Alba

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Una sociedad almeriense firma un precontrato con los laboratorios y una firma iraquí se interesa por comprar toda la fábrica

El caso de Pérez Giménez es uno de los más paradigmáticos de Andalucía. La fábrica posee tecnología de última generación y cuenta con personal “muy cualificado”, en su mayoría licenciados universitarios. Pérez Giménez, que venía el famoso analgésico Calmante Vitaminado en toda España, creó una marca de genéricos (CUVE) que llegó a todos los hospitales de la Península pero entró en una crisis económica sin precedentes. Pérez Giménez ha dejado de producir Calmante Vitaminado, “un producto propio y único”, que tenía un cliente muy fiel. Calmante Vitaminado ha sido el analgésico español más vendido. Creado en 1954 en un pequeño laboratorio de Aguilar de la Frontera, triunfó en plena depresión económica franquista, cuando la importación de medicamentos era muy cara e inalcanzable para la mayoría de los españoles.

Hoy, Pérez Giménez ha entrado en barrena. Con una deuda de más de 50 millones de euros, la mayoría de sus 220 trabajadores no cobra sus nóminas desde antes del verano y eso que, no se cansan de repetir, “si hay una empresa rentable es esta”. De hecho, la cadena de producción de medicamentos más avanzada de Andalucía está en Córdoba, en Almodóvar del Río, en los Laboratorios Pérez Giménez.

Por eso, a Pérez Giménez no paran de salirle 'novias' en el complejo mercado farmacéutico. Esta semana, han trascendido dos (en verano hubo una gran operación apunto de fraguar que al final se rompió): una empresa de capital iraquí y una sociedad almeriense. De momento, la oferta árabe es la que más desconcierta y la que más recelos despierta, pues es al estilo un euro por toda la fábrica y todas las deudas. Sin embargo, la sociedad almeriense (con intermediarios cordobeses muy importantes, que en el pasado han participado en la vida pública de la ciudad) es la que de momento ha puesto algo de dinero sobre la mesa.

Esta firma, domiciliada en El Ejido, ya ha firmado un precontrato con los actuales administradores de Pérez Giménez por 200.000 euros al mes. La compañía pretende obtener medicamentos para luego venderlos en el mercado internacional. La sociedad está recién constituida. Tanto que el abogado del administrador único de la empresa Sergio Martínez ha llegado a afirmar que esta compañía “acaba de solicitar la licencia para poder comercializar este tipo de medicamentos”.

Los trabajadores llevan meses yendo a los laboratorios sin tener apenas nada que hacer. Lo hacen porque de lo contrario perderán un puesto de trabajo por el que no cobran desde antes del verano.

Pérez Giménez sobrevivía hasta ahora gracias al respaldo económico de la Junta de Andalucía (que ayer mismo solicitó el rescate al Ministerio de Hacienda) a través de la concesión de subvenciones y créditos. El último, de dos millones de euros a través de la Agencia IDEA, para la adquisición de material con el que afrontar los compromisos con terceros. En primavera, los trabajadores y el nuevo administrador confiaban en el decreto de la Consejería de Salud que ha recurrido el Consejo de Ministros para poder reflotar la firma. Salud pretendía adjudicar la fabricación de genéricos al laboratorio farmacéutico que ofrezca el precio más bajo, en un intento, a su vez, por reducir el gasto público. Y ahí Pérez Giménez estaba muy bien posicionada.

De momento, la fábrica está parada, con una maquinaria multimillonaria que ha estado infrautilizada en los últimos años y con un sector, el farmacéutico, que no vive ahora sus mejores momentos.

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