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Flores de plástico bajo luces de neón

FOTO: GIULIO VAIUSO

Manuel J. Albert

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'Clima artificial de primavera', primer libro de poemas de Ignacio Vleming, se presenta en Cosmopoética

Una vez me contaron una historia que no voy a comprobar si es real porque no viene al caso –aunque estoy seguro que es una leyenda urbana-. Bien, la anécdota decía que durante una huelga –o un problema técnico- en una cadena de televisión japonesa, sus responsables decidieron sustituir la programación por una sola imagen: un acuario de peces de colores.

De repente, todos los televidentes tenían a su alcance esos bonitos animales catódicos nadando tranquilamente en su salón, sin necesidad de limpiarles o alimentarles. Más importante todavía: sin el trauma que supone ver un bichillo de esos comerse a otro sin más. Como resultado inesperado, la cadena batió sus marcas de audiencia. A la gente le encantó.

En Clima artificial de primavera (La Bella Varsovia, 2012), el primer libro de poemas Ignacio Vleming, no aparece esta historia. Pero ha sido el primer recuerdo que me ha venido a la mente tras terminar de leerlo. El joven escritor, traductor y periodista marca lo artificial como eje de una obra con la que ha ganado el premio Pablo García Baena. Con una fuente de inspiración que le dio el título: la Memoria del Edificio Capitol de Madrid (1931) el primer edificio de España con aire acondicionado. “…por lo que se consigue mantener el ambiente en el llamado clima artificial de primavera”.

“Sobre todo me interesa lo artificial de las emociones”, señala Vleming en conversación telefónica. “Creo que la artificialidad es muy necesaria. Es una especie de sucedáneo o de pastilla que uno se toma para poder soportar la realidad que, por otro lado, es tremenda”, continúa el escritor.

El arte, pero especialmente lo kitsch, recorre muchos de los poemas. Y Vleming trufa de un humor y una ironía muy particular, ambientes que a veces llegan a oler a barroco. “¿Quién vio a los cervatillos saltarse el marco de / la pintura? / ¿Quién oyó su berrea cuando todos / dormíamos?”, empieza ‘Vintage’ que juega con los cuadros de ciervos que decoraban los salones de la clase media de los años setenta.

Este tipo de cuadros, las flores de plástico, los souvenirs o los karaokes van iluminando con neón y bombillas de colores las páginas del libro. “En general creo que es bastante generoso con la cultura pop. La popularización del arte es positiva. Millones de reproducciones de la Gioconda, las distintas versiones e incluso las violaciones que se le han hecho a la original, hacen que se enriquezca. Son puentes o trampolines para que todos los estratos sociales y culturales puedan acceder a ella”.

“¿Y quién es capaz de hacer frente a la verdad?”. La cita de Tennessee Williams en La gata sobre el tejado de zinc aparece al principio del libro y es una idea que Vleming amplía en la conversación con el periodista: “Lo artificial nos ayuda a sobrellevar el día a día, la rutina. También nos ayuda a soportar la memoria, la frustración, la nostalgia y las decepciones que nos suponen las dimensiones medianas de las vidas de casi todos nosotros. Es cierto que lo artificial tiene un lado triste, porque no deja de ser mentira. Pero es muy necesario”.

El libro se Vleming se presenta en Cosmopoética este jueves a las 20.00 en la Sala Orive.

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